España

Mas impone un “corralito” a las farmacias catalanas: los boticarios ya no cobrarán hasta 2016

La lenta agonía en el pago de las facturas a los farmacéuticos por parte de la Generalitat ha tenido hoy un desenlace esperado pero crítico: el gobierno en funciones de Artur Mas les ha comunicado que no puede pagarles la deuda de 330 millones de euros hasta “bien entrado 2016”.

  • Exterior de una farmacia en Barcelona

Los farmacéuticos catalanes deberán alargar su dramática espera hasta "bien entrado el año 2016, lo más seguro a partir de junio" para recibir los pagos pendientes que tienen con la Generalitat. "Se nos ha impuesto una especie de ‘corralito’, porque no cobraremos las facturas pendientes de varios meses atrás y esto nos coloca en una situación muy precaria para poder dar el servicio a los ciudadanos", asegura a Vozpópuli Juan, un farmacéutico del barrio de Les Corts de Barcelona.

En un momento que Cataluña sigue sin formar un gobierno un mes más tarde de celebrar las pasadas elecciones autonómicas, el Ejecutivo en funciones que preside Artur Mas ha comunicado a los farmacéuticos que "al menos" deberán esperar de entre cuatro a seis meses para poder cobrar los 330 millones de euros que les adeuda la Administración catalana, según han confirmado a Vozpópuli fuentes farmacéuticas en Barcelona.

Los impagos por parte de la Generalitat desde 2012 han sido constantes, llegando a pagar a nueve y doce meses vista a los farmacéuticos pese a que Cataluña ha solicitado más de 40.000 millones de euros de ayudas estatales como el pago a proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

El período más grave que padecieron las farmacias se produjo en el año 2013, cuando se registró el récord de hasta un período de cuatro meses de deuda que ahora se volverá a alcanzar. Ese año, tras arrastrar 2 meses de impago, se le sumaron otros dos meses.

En noviembre de hace dos años y tras múltiples protestas del colectivo, la Generalitat transfirió dinero a las farmacias. Los problemas del sector empezaron en otoño del 2011, cuando la Generalitat pagaba con un mes de retraso. Ese plazo aumentó a dos meses en otoño del 2012.

Los cálculos del sector farmacéutico, "a la desesperada, provocarán más de un cierre de farmacias en pequeños núcleos urbanos de Cataluña" después de que el Govern les haya comunicado que no tiene más dinero para pagarles los fármacos y que no lo tendrá hasta que no le lleguen fondos extraordinarios del Estado.

Pagos a 90 días

Desde mediados de este año, la Generalitat procedía a abonar la deuda de las facturas pendientes a las farmacias para que pudieran pagarle a sus proveedores –empresas farmacéuticas y otroas sociedades vinculadas al sector de la salud- a 90 días respecto a la fecha de la factura.

El anuncio agrava esta situación y sitúa el plazo de cobro en 120 días, según apuntan los farmacéuticos, que han denunciado la insensibilidad y la falta de previsión de la Administración. A día de hoy, la Generalitat debe 121,5 millones correspondientes al mes de julio, 100 millones de agosto y 112,5 millones del mes de septiembre. La próxima fecha de cobro prevista era el 5 de noviembre, pero ese día no se efectuará el pago.

El Govern espera "fondos extraordinarios"

La llegada de fondos extraordinarios que el gobierno catalán asegura que espera para poder pagar la deuda está pendiente de que la comisión delegada del Gobierno para Asuntos Económicos dé su visto bueno. Los farmacéuticos catalanes critican que esta situación de impago o pagos a cuentagotas ya la sufrieron en los meses de abril y mayo de este año y creen que en el trasfondo del problema está “la descoordinación de la Generalitat con los recursos que solicita al Estado”.

Desde el sector también critican la falta de responsabilidad de las administraciones y les reclaman, tanto a la Generalitat como al Estado, que "planifiquen adecuadamente con presupuestos realistas". "¿Es necesario llegar a límites de 3 y 4 meses de retraso para después volver atrás? Y que esta situación se repita hasta dos o tres veces al año", ha asegurado Jordi de Dalmases, presidente del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña. "El medicamento no es un bien de consumo. Tiene un valor esencial para la salud pública y corresponde a la Administración su financiación", ha recordado.

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