España

Acuerdos a la catalana: del Tripartito a Junts pel Sí pasando por el Pacto del Majestic

La posible investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat de Cataluña pondrá a prueba la capacidad de negociación de los partidos nacionalistas catalanes, virtud acreditada en su larga historia de pactos a diestra y siniestra.

  • Oriol Junqueras y Artur Mas, de enemigos políticos a aliados.

La fecha límite para constituir el Parlamento catalán es el 26 de octubre. Los diez escaños de la CUP son indispensables para una posible investidura de Artur Mas. Con el 26 de octubre como posible formación del Parlament, el primer pleno de investidura se celebraría como muy tarde el 9 de noviembre. Si no sale president en esa votación, se abre un plazo de dos meses como máximo de negociaciones para elegir al nuevo presidente de la Generalitat. Si se fuerza el calendario al máximo, la última fecha para la investidura sería el 9 de enero, después de las elecciones generales del 20 de diciembre. Queda un proceso de negociación que liderará Junts pel Sí, coalición formada por partidos expertos en llegar a todo tipo de acuerdos.

"La política hace extraños compañeros de cama", afirmaba el político británico Winston Churchill, argumento que sirve para ilustrar la enorme capacidad de los partidos nacionalistas catalanes para pactar una y otra vez con "amigos y enemigos". El acuerdo en política suele ser fruto de la necesidad de alguna de las partes en cuestión. Convergencia i Unió aprovechó la debilidad de los Gobiernos minoritarios de PSOE y PP para conseguir importantes contrapartidas. En Cataluña, necesitó la abstención del PSC para asegurarse la investidura de Artur Mas en 2010, y luego, a partir de 2012, gobernó en coalición con ERC. Los republicanos catalanes formaron parte del Tripartito, junto a PSC e ICV, de 2003 a 2010. Dos años después de la ruptura, gobernaron en coalición con su otrora enemigo, Artur Mas.

Pero esta historia de pactos viene de lejos. El PSOE alcanza en 1990 un acuerdo para cuestiones de Estado con CDS, CiU y PNV, lo que José María Benegas denominó "bloque constitucional". La consecuencia, intercambio de favores: negativa de la Minoría Catalana a la creación de una Comisión de investigación sobre el tráfico de influencias, aceptación de casi todas las enmiendas de CiU al proyecto de ley de la LOGSE, aprobación de los cambios de denominación de Gerona y Lérida (desde entonces oficialmente Girona y Lleida) y apoyo convergente a la "ley Corcuera".

Felipe González ofreció en 1993 a Pujol la formación de un Gobierno de coalición

Las elecciones generales de 1993 dejaron a Felipe González en una situación de minoría. Llegó incluso a ofrecerle a Pujol un Gobierno de coalición. El molt honorable no quiso compartir el Ejecutivo nacional, pero estuvo funcionando de hecho un pacto de legislatura. Dos ejemplos: Madrid y Barcelona pactaron un nuevo modelo policial para Cataluña y CiU se negó a que González compareciera en el Parlamento a explicar la vinculación con los GAL. En julio de 1995 se rompió el romance. Dos años duró la luna de miel. Pujol ya se estaba preparando para arrojarse en brazos del nuevo galán de la política nacional, José María Aznar. Pero hubo después ocasiones de volver a intimar. Sobre el Estatut, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de CiU Artur Mas, llegaron a un acuerdo global en enero de 2006.

Las elecciones de 1996 supusieron un vuelco que acabó con catorce años de hegemonía socialista. El Partido Popular, sin embargo, no obtuvo la mayoría absoluta y necesitó acuerdos para su nueva andadura. Y ahí surge el Pacto del Majestic, una alianza que todavía enorgullece a Aznar. Fruto de esta "entente cordiale", Convergencia y Unió apoyó la investidura de José María Aznar como presidente. La cena, celebrada el 28 de abril de aquel año en el Hotel Majestic del Paseo de Gracia de Barcelona, marcó el comienzo del cambio de afectos. El Gobierno le concedió más competencias a la Generalitat y CiU se garantizó el apoyo popular cuando lo necesitara en Cataluña. Y llegó el momento de cobrar. CiU ganó las elecciones autonómicas de Cataluña, pero sin mayoría suficiente. Ahí estuvo el PPC para echar una mano. Otra víctima del Pacto del Majestic fue Alejo Vidal-Quadras, apartado del liderazgo de los populares catalanes por deseo expreso de Pujol.

ERC, del Tripartito a Junts pel Sí

En diciembre de 2003 llega al poder en Cataluña el famoso Tripartit, formado tras la firma del Pacto del Tinell, entre el PSC, ERC e ICV. Preside el socialista Pasqual Maragall. Fue una legislatura agitada, donde se concibe la modificación sustancial del Estatuto de Autonomía. Para llevarlo a cabo era necesario el apoyo de CiU. Este empeño común que unía al Tripartito con la oposición estuvo a punto de saltar por los aires durante el famoso debate del 24 de febrero de 2005, cuando Maragall acusó a Artur Mas de que CiU se quedaba con el 3% de los costes de la obra pública que había adjudicado. Al final siguieron el proceso, por el bien común de Cataluña.

ERC se había convertido en el nuevo árbitro de la situación. Pretendió incluso un Gobierno de concentración (sin el PP, claro). Pudo haber pactado con CiU, pero al final prefirió unir su suerte a la izquierda catalana. Josep Lluís Carod-Rovira era el hombre fuerte de los republicanos en aquel gobierno, como conseller en cap, hasta que tuvo que dimitir por el escándalo de su reunión con dirigentes de ETA en la localidad francesa de Perpiñán.

Oriol Junqueras ha pasado de la oposición a Mas a convertirse en su aliado

La aprobación en las Cortes Generales del Estatuto catalán con la limitación del término nación al preámbulo del nuevo texto motivó que ERC pidiera el no en el referéndum previsto. ERC sale del Tripartito y Maragall convoca nuevas elecciones el 1 de noviembre de 2006. El nuevo líder del PSC es José Montilla. Los resultados fueron prácticamente idénticos. ERC se volvió a juntar con socialistas e Iniciativa, en lo que se dio en llamar el Govern d'Entesa, con Montilla de presidente. En resumen: rompieron para reconciliarse al poco.

Con las elecciones autonómicas de 2010 acaba la historia del Tripartito. Artur Mas es elegido presidente, pero gracias a la abstención del PSC. ERC se mantiene enfrente de CiU. Dos años después Mas vuelve a convocar comicios. Su partido obtiene 50 diputados. ERC se convierte en la segunda fuerza más votada y logra 21 diputados. La coalición de gobierno de ambos partidos permitió a Mas proseguir como presidente de la Generalitat. Pero para ello tuvo que olvidarse Oriol Junqueras de la feroz oposición que había esgrimido su partido frente a la corrupción, que tanto salpicaba a Convergencia. Y en 2015, (casi) todos juntos y revueltos en Junts pel Sí: conservadores e izquierdistas. Y ahora, ¿lograrán ganar para la 'causa' a los diputados de la CUP?

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