La decisión de Pedro Sánchez supondrá un nuevo retraso en la presentación al Congreso de la reforma territorial que el PSOE propone para afrontar el conflicto catalán. Si las elecciones europeas no hubieran dado la puntilla al liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba, su partido hubiera promovido ya en el Parlamento la creación de una ponencia encargada de estudiar la reforma constitucional, en estrecha connivencia con el sector de CiU, encabezado por Josep Antoni Durán i Lleida, más proclive a desactivar el terremoto de la consulta soberanista.
El PSOE defiende el blindaje de las competencias sobre lengua y cultura para Cataluña
Ambos tenían pactado formar un grupo de trabajo en la Cámara baja para estudiar cómo resolver el desafío secesionista tomando como referencia el sistema federal alemán. Entre las propuestas del antiguo secretario general del PSOE figuraba la defensa del principio de ordinalidad en la financiación, por el cual las comunidades deben ocupar el mismo lugar en el ranking por impuestos recaudados per cápita que en el de gastos realizados posteriormente por la administración central. La receta de Rubalcaba proponía también la conversión del Senado en una cámara de representación territorial, además del blindaje de las competencias sobre lengua y cultura para Cataluña.
Este es el mismo guión que ha hecho suyo Pedro Sánchez, en sintonía con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Este último esbozó este martes durante un desayuno en Madrid los principales ejes de la reforma constitucional que propone: reconocimiento de la identidad nacional catalana y de su singularidad dentro del “marco español”, delimitación precisa de las competencias del Estado federal y de cada comunidad, conversión del Senado en un Consejo Federal para que los gobiernos regionales participen en las leyes generales y, por último, la creación de un sistema de financiación para Cataluña similar al concierto económico que rige para el País Vasco, aunque con mayores dosis de solidaridad: las comunidades que lo requieran tendrían capacidad para recaudar y gestionar sus impuestos.
Tregua hasta fin de año
Pedro Sánchez ha pactado con el PSC los tiempos políticos de estas propuestas y ha dado a Rajoy una tregua hasta final de año para poder negociar con el Gobierno fuera del clima de enfrentamiento que hoy se vive en Cataluña. No hay interés alguno en el PSOE en agobiar al PP con la propuesta de reforma constitucional ya que, como pensaba Rubalcaba, se trata de un problema de Estado “en el que hay que actuar siempre al lado del Gobierno, ventilando solo los matices”, afirman fuentes socialistas.
Pedro Sánchez le ha garantizado a Rajoy que habrá líneas rojas que no se cruzarán en la reforma constitucional
Para llevarle a su terreno, Sánchez le ha dado garantías a Rajoy para que el debate no se desborde y queden definidas desde el principio las líneas rojas que no pueden cruzarse. El nuevo equipo parlamentario del PSOE las abordará a partir de octubre con los principales grupos parlamentarios dentro de un diálogo que puede tener sus altibajos teniendo en cuenta el recorrido que todavía le aguarda al PSC en Cataluña cuando en breve avale la ley de Consultas presentada en el Parlamento autonómico por CiU con el apoyo del frente soberanista, mientras rechaza al mismo tiempo el referéndum que Artur Mas convocará para el 9 de noviembre.