Arranca 2023 y llegan semanas decisivas para el Govern de Pere Aragonès, que busca cerrar un acuerdo con PSC o JxCat -imposible con ambos a la vez- para aprobar presupuestos, aunque el calendario negociador puede verse interferido por la cumbre hispano-francesa del 19 de enero en Barcelona. Tras atar en diciembre el apoyo de los comunes a los presupuestos de la Generalitat para 2023, Aragonès quiere sumar al acuerdo tanto al PSC como a JxCat, pero la estrategia negociadora de las dos principales fuerzas de la oposición está forzando a ERC a tener que elegir a una de las dos.
Teniendo en cuenta que los 33 diputados de ERC y los ocho de En Comú Podem suman 41 votos, a 27 de la mayoría absoluta en el Parlament, al Govern le bastaría el apoyo del PSC o de JxCat, pero cualquiera de las dos opciones tiene sus pros y sus contras. Para Aragonès, aprobar los presupuestos de 2023 en el momento de mayor fragilidad parlamentaria de su Govern -después de quedarse en octubre pasado sin sus socios de JxCat- representaría un balón de oxígeno, que le garantizaría estabilidad durante este año y le permitiría prolongar su mandato otro año más sin excesivos apuros, planteándose si hiciera falta una prórroga presupuestaria en 2024.
Pero ni socialistas ni JxCat se lo están poniendo fácil en el inicio de un año electoral, marcado por las municipales de mayo y las generales de finales de 2023. La portavoz del PSC, Elia Tortolero, dijo este lunes que en la negociación de los presupuestos la pelota está en el tejado de ERC: "Ahora les toca a ellos decir si aceptan nuestra propuesta o no". Esa propuesta, entregada por la portavoz del PSC en el Parlament, Alícia Romero, al equipo negociador del Govern, exige por ejemplo la ampliación del aeropuerto de El Prat, la construcción del Cuarto Cinturón, el compromiso de impulsar el proyecto de Hard Rock en Vila-Seca y un plan de mejoras para la red de Cercanías de Renfe.
Tortolero ha puntualizado que los presupuestos no tienen que aprobarse forzosamente con el PSC: "El Govern no está obligado a pactarlos con nosotros, aunque nos gustaría que hubiera un pacto. A lo que está obligado, por responsabilidad política, es a que haya unos presupuestos que incluyan los 3.000 millones más que el Parlament ha aprobado para el ejercicio de 2023".
Nueva reunión con el PSC
Este lunes por la tarde, los equipos negociadores de PSC y del Govern celebraron una nueva reunión, en la que los socialistas reiteraron su propuesta, que a su juicio contiene "condiciones de mínimos" que son "fundamentales para generar prosperidad y proteger" a los catalanes. Fuentes del Govern han explicado que las negociaciones con los socialistas "continúan avanzando" y van "por el buen camino".
El calendario a corto plazo no augura un acuerdo inminente, ya que el 19 de enero se celebrará la cumbre hispano-francesa en Barcelona, encabezada por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, contra la que se manifestará el conjunto del independentismo, ERC incluida, por lo que difícilmente los republicanos buscarán un apretón de manos con los socialistas en vísperas de esta cita. También prosiguen las negociaciones con JxCat, que ya ha alcanzado algún preacuerdo, por ejemplo para aumentar las partidas destinadas al fomento y la protección del catalán, aunque sigue habiendo divergencias en cuestiones clave como la fiscalidad, la escuela concertada, la energía o el proceso independentista.
No habrá una doble abstención de JxCAT y PSC
Con lo que no podrá contar Aragonès es con una doble abstención de PSC y JxCat para facilitar la aprobación de las cuentas sin tener que ceder en aspectos esenciales: "Nosotros votaremos sí o no, según los frutos que dé la negociación, pero no nos abstendremos", señalan a EFE fuentes de JxCat. "ERC debe decidir con quién quiere pactar los presupuestos", subrayan las mismas fuentes, que consideran que Aragonès tendrá que elegir si paga el "alto precio" que le imponen tanto el PSC como JxCat a cambio de su apoyo, o bien opta por prorrogar presupuestos.