El independentismo catalán está a la espera de conocer los siguientes pasos que dé Pedro Sánchez para resolver el "conflicto" territorial en Cataluña. Y algunas voces ya alertan de que el presidente del Gobierno podría desentenderse de la agenda catalana tras la concesión de los indultos. "Sánchez cree que ya ha cumplido con ERC con la liberación de los líderes del procés y que ahora ellos deben mantenerse aliados con el bloque de investidura", explican fuentes del partido independentista en referencia a las negociaciones para aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado.
Si los de Oriol Junqueras iban por libre en Madrid, pese a la insistencia de Junts per Catalunya de hacer un "frente común"en el Congreso, ahora es Carles Mundó, el ideólogo del deshielo institucional entre la Generalitat y Moncloa, quien pide a los primeras espadas del partido de "gestionar los tiempos" con el fin de que Sánchez no les deje tirados sin haber avanzado en las reclamaciones de autodeterminación.
ERC ha intentado capitalizar los indultos al sostener que eran fruto del diálogo con Madrid, y ahora quiere que la Mesa de Diálogo, su propuesta estrella de la legislatura, no acabe siendo un instrumento estéril. El independentismo se ha dado dos años para lograr una "votación" acordada con el Gobierno central, pero es también el mismo periodo de tiempo que tiene Sánchez antes de volver a convocar elecciones.
Las fuentes consultadas explican que debe surgir algún resultado de la Mesa de Diálogo antes de que finalice la legislatura. Porque no tienen dudas de que Sánchez se alejará de los independentistas antes de convocar elecciones. El gran temor de ERC es que, una vez se aprueben las nuevas cuentas públicas, Sánchez ponga a hibernar la Mesa y no se modifique el delito de sedición del Código Penal.
El nuevo Gobierno
Los nuevos nombramientos de Sánchez en el Ejecutivo suscitó las suspicacias de sus socios catalanes. La pérdida de peso de Miquel Iceta se interpretó como que la agenda catalana dejaba de ser una prioridad para Sánchez. En la misma línea, el hecho de que la nueva Ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, no mencionara Cataluña ni una sola vez en su discurso tras aceptar el cargo fue un detalle que no gustó en el entorno nacionalista.
Con la reestructuración de Gobierno, Sánchez quiere marcar un perfil técnico (parecido al de Mario Draghi en Italia). La nueva etapa se centrará en la economía ahora que gracias a los fondos europeos se podrá llevar a cabo una política expansiva. En ERC son conscientes de ello, y por esta razón, también quieren tener voz en la gestión de estos fondos.
El gran dilema de ERC es si centrarse únicamente en ganar tiempo con esta promesa de dos años de Mesa de Diálogo -acabe o no dando resultados- y concentrarse en los acuerdos sectoriales y de inversión para Cataluña o pujar por lograr cesiones en el ámbito del derecho de autodeterminación. Saben también que si dejan al margen las aspiraciones nacionalistas tendrán la presión de Junts y la CUP.
"Dar protagonismo a Vox"
En esta tesitura en la que se encuentran los de Oriol Junqueras, Mundó se inclina cerrar filas con el resto de formaciones independentistas. Y no ha dudado en hacer pública esta posición: en un artículo publicado en el Ara aseguraba que Sánchez "intentará usar su último año de mandato para hacer dos cosas: distanciarse del independentismo para recuperar los votantes más moderados y confrontarse con Vox para darles protagonismo y dividir el voto de la derecha".
Según Mundó, por muy paradójico que suene, "al Psoe le va bien unos buenos resultados de Vox para impedir que el PP sea el partido más votado. Solo así tiene opciones de continuar gobernando". Su advertencia es clara: "los partidos independentistas harán bien en prestar la máxima atención a la gestión de los tiempos políticos". El objetivo es que Sánchez no les orille una vez tenga atados los Presupuestos.