Junts per Catalunya quiere aprovechar la “debilidad” del Ejecutivo de Pedro Sánchez para forzar a ERC a desmarcarse de la aprobación de los próximos Presupuestos Generales del Estado. Los de Carles Puigdemont piden avanzar en nuevas prerrogativas de Sánchez -como modificar la sedición en el Código Penal- antes de sentarse a negociar las cuentas públicas.
Las palabras del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de no vincular la cuestión presupuestaria a la Mesa de Diálogo, e incluso amagar con tumbarlos, ha envalentonado a sus socios en el Ejecutivo catalán, que creen que Sánchez busca que se conformen con la concesión de los indultos. Por esta razón, instan a todo el independentismo a mantener su posición de máximos, que es “la autodeterminación y la amnistía”. En especial en el momento actual, tras la crisis de gobierno, y la imposibilidad del presidente de Gobierno de buscar otras alianzas en el Congreso.
El Gobierno abrió una vía de negociación con ERC para tener las cuentas públicas aprobadas en otoño, tras el verano. Desde la salida de Pablo Iglesias del Ejecutivo, Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, tiene línea directa con el PSOE y Moncloa, sin intermediarios. Pero los de Puigdemont hace tiempo que insisten en hacer “frente común” en Madrid.
“Tenemos que hacernos valer”, afirman desde Junts. Una de las causas que señalan para la desmovilización del independentismo es esta falta de “unidad” entre los dos socios en el Govern. Y usan la coyuntura política nacional como pretexto para acercar a ERC a sus posiciones.
No obstante, parece poco probable que los de Oriol Junqueras cambien de estrategia. Como informó Vozpópuli, en su primera visita a Madrid como ‘president’, Pere Aragonès ni siquiera invitó a los representantes de Junts y la CUP en su acto en Blanquerna tras reunirse con Pedro Sánchez en Moncloa. Desde ERC han entendido que les sale más rentable negociar en solitario con Madrid.
Aumentar la presión sobre ERC
Además, tanto en Moncloa como en la Generalitat ven que son quienes más réditos -al menos en el corto plazo- han obtenido, en detrimento de Podemos y Junts. Ni siquiera parece, según la últimas encuesta de Sigma Dos, que los indultos puedan penalizar a los socialistas fuera de Cataluña. Pese a que la mayoría de españoles no está de acuerdo con esta medida de gracia, ni siquiera el grueso de votantes socialistas, el PSOE ha frenado su caída en las urnas.
En el caso de Unidas Podemos, cabe recordar que la concesión del perdón fue, en primera instancia, una propuesta de los morados, pero Sánchez los ha acabado capitalizando ante la sociedad catalana en su acto en el Liceo.
Sin embargo, desde la presidencia de la Generalitat y los consellers del ala de ERC no infravaloran la capacidad de Junts para trasladar su relato en sus terminales mediáticas y de presionarlos. Saben que buena parte del movimiento independentista está ‘desconectada’ de la política que se hace en Madrid por lo que respecta a los asuntos más prosaicos -de financiación y Presupuesto-, y que solo ven ‘logros’ en todo lo que atañe a la liberación de los presos y la agenda rupturista.
El apoyo de la CUP a Puigdemont
En esta presión de los de Puigdemont sobre los republicanos esperan contar con el apoyo de la CUP. Los anticapitalistas, que acaban de viajar a Waterloo para reunirse con el exmandatario catalán, han expresado en varias ocasiones su descontento con Aragonés por congelar el procés.
Aunque todavía es pronto para pedir una rendición de cuentas, ya han advertido que no les temblará el pulso para hacer caer el Govern si en esta legislatura no se avanza en el “derecho de autodeterminación”. En este sentido, lo previsible es que los dos diputados en el Congreso de esta formación rechacen los Presupuestos de Sánchez y, como Junts, fuercen a ERC a adoptar la misma posición. Pero ERC, de momento, no tiene incentivos para cambiar su vía posibilista.