Una semana más tarde de lo previsto debido a la remodelación de los ministros, el Gobierno ha dado luz verde al anteproyecto de ley de Memoria Democrática. El objetivo de esta nueva norma es "proteger la memoria democrática" y "reconocer a las víctimas de persecución y violencia durante la dictadura", según el Ejecutivo.
Uno de los protagonistas de esta medida es el Valle de los Caídos, que deberá afrontar una nueva realidad después de años y años de polémica. Estas son las seis claves para comprender cómo cambiará cuando se apruebe la norma tras su paso por el Parlamento.
José Antonio Primo de Rivera
El fundador de la Falange, que hasta ahora ha estado enterrado junto al altar de la Basílica del Valle de los Caídos, deberá ser exhumado para ocupar un lugar “no preponderante”. Sin embargo, a diferencia de Franco, no tendrá que ser trasladado fuera del Valle porque sí que fue víctima de la Guerra Civil. Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, ha asegurado que el cuerpo de Primo de Rivera será exhumado previa "conversación con la familia, de la forma más normal y para cumplir la ley".
La cruz que preside la basílica
Todavía está por estudiar qué pasará con la inmensa cruz que preside la basílica del Valle de los Caídos. Se trata de la cruz más grande del mundo, con 150 metros de altura. Fue construida por Juan de Ávalos y en la base cuenta con esculturas de los cuatros evangelistas. El Gobierno apuesta por una "resignificación" del valle y la creación de un cementerio totalmente civil, por lo que se deberá estudiar detenidamente cómo se hará. Las propuestas más radicales han llegado a apuntar a una posible demolición de toda referencia religiosa.
¿Seguirá siendo un lugar de culto?
Sí. Como el mismo ministro Bolaños ha afirmado, "es una abadía y así seguirá" aunque también ha defendido que quieren que "responda a una defensa de los valores democráticos". ¿Cómo se conjugará eso? Es una de las grandes dudas que han quedado sin responder en la comparecencia de este martes en Moncloa.
¿Qué pasará con la Fundación?
La Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos se extinguirá mediante la derogación del decreto de agosto de 1957, por el que se la nombraba titular y administradora del lugar. Desaparece porque el decreto, según insiste el Gobierno, era "totalmente contrario a los valores democráticos"
El futuro de los monjes benedictinos:
El decreto franquista, que continuaba vigente, recogía la creación de un convenio entre la fundación y la Abadía Benedictina de Silos, que fue promulgado un año después. Desde entonces, la abadía benedictina ha sido la custodia del lugar y sus máximos responsables han mantenido diversos periodos de tensiones con los gobiernos de izquierdas de la última época, primero con José Luis Rodríguez Zapatero y Teresa Fernández de la Vega, y ahora con Pedro Sánchez y Carmen Calvo.
Ahora, tanto la fundación como ese acuerdo con la Abadía Benedictina quedarán derogados cuando se apruebe la ley y se pondrá fin a las funciones de estos monjes en el Valle, por lo que tendrán que abandonar la basílica. Allí mantenían incluso una escolanía.
¿Quién se hará cargo entonces del Valle?
Una vez quede extinguida esta fundación y considerando que los monjes benedictinos ya no podrán seguir regentando el lugar, el Gobierno deberá aprobar un nuevo real decreto que establezca la organización, funcionamiento y régimen patrimonial de todo el complejo, una norma que se quiere negociar con la Iglesia. Mientras ese acuerdo llega, Patrimonio Nacional tomará las riendas de todo el Valle.