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El CNI detecta la presencia de espías rusos y chinos en España para obtener información de Ucrania, UE y OTAN

El CNI ha reforzado sus protocolos en materia de contrainteligencia. Rusia y China tienen intereses específicos en España, según revela un informe del DSN

  • Vista del transito de viajeros por la T4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, en una imagen de archivo. -

Los servicios de inteligencia de Rusia y China trabajan en España para tratar de obtener información relacionada con la guerra de Ucrania, la Unión Europea o la OTAN. Ambas potencias actúan a través de agentes especializados o mediante herramientas híbridas para alcanzar sus objetivos. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha sido capaz de detectar estas injerencias gracias a sus protocolos de actuación, actualizados para "aumentar su resiliencia" ante estos episodios.

La actuación de los servicios de inteligencia de Rusia y China figura en el informe anual del Departamento de Seguridad Nacional (DSN), aprobado este martes por el Consejo de Seguridad Nacional, en una reunión presidida de Pedro Sánchez. En el apartado dedicado a espionaje e injerencias desde el exterior se detalla que el nivel de actividad de estos agentes extranjeros alcanza niveles similares a los previos a la pandemia del Covid 19.

El documento especifica la actividad de agentes procedentes de Rusia y China, que tratan de obtener en España información relacionada con diversos aspectos de la geopolítica, principalmente las decisiones asumidas desde la Unión Europea o la OTAN.

El escenario geopolítico actual y, especialmente, la invasión rusa de Ucrania, ha elevado considerablemente el interés por obtener Inteligencia estatal de Occidente para tener una ventaja estratégica a nivel político, militar y diplomático: "Así, la actividad de los Servicios de Inteligencia (SI) hostiles continúa siendo una amenaza para España y sus aliados", detalla el informe.

La actividad rusa

Respecto a Rusia, en el año 2022, fueron expulsados de España 27 diplomáticos como parte de las medidas consensuadas con el resto de países de la Unión Europea tras la invasión de Ucrania. Estas expulsiones disminuyeron significativamente su capacidad de operar sobre territorio europeo, lo que repercutió en una "disminución notable" del índice de actividad de los servicios de inteligencia extranjeros en España.

No obstante, los agentes a las órdenes de Vladimir Putin continúan desarrollando actividades de inteligencia orientadas a recabar información sobre la guerra en Ucrania, "si bien continúan mostrando intereses muy similares a los previos a la invasión".

Tras la expulsión de estos diplomáticos, el Kremlin se ha visto obligado a recurrir a otras herramientas para obtener la información. El CNI prevé un incremento de las actividades de los oficiales de información "itinerantes" -sin base fija en España-, así como una mayor presión sobre los diplomáticos españoles destinados en el extranjero, especialmente los que se encuentran en América Latina, África o Asia, donde Rusia ejerce una mayor influencia.

Los servicios de inteligencia rusos, además, emplean en España herramientas híbridas tradicionales, como
"agentes de influencia, ONG y asociaciones prorrusas": "En el contexto de la guerra en Ucrania, Rusia ha dirigido sus operaciones a desestabilizar el apoyo de España a la OTAN". Asimismo, ha incrementado la explotación de su "poder blando", principalmente en los ámbitos culturales, académicos y digitales, en actividades híbridas "especialmente dirigidas a las generaciones jóvenes".

Los servicios chinos

Respecto a los agentes chinos, el informe del DSN -que en este ámbito bebe de la información facilitada por el CNI- considera que "siguen muy activos" en la obtención de información sobre decisiones de la Unión Europea y de la OTAN: "Especialmente las relativas a la posición de la UE en temas de interés para China y a la posible proyección de la Alianza Atlántica en el ámbito Indo-pacífico".

Los esfuerzos de los servicios de inteligencia chinos se centran en la captación y dirección de fuentes europeas próximas a estos ámbitos. También han percibido un aumento de agentes "no tradicionales" para la obtención de información, especialmente en los ámbitos científicos y tecnológicos. Incluso se han detectado intentos de injerencia en decisiones asumidas por la Administración que afecten a China.

"En España, China continúa desarrollando diversas capacidades que podrían ser empleadas para la ejecución de una estrategia híbrida -desarrolla el informe-. Los objetivos están enfocados a la obtención de información política, militar o científico-tecnológica, así como a la construcción de redes de influencia en las altas esferas de poder político y económico, con capacidad para ejercer presión sobre temas de especial interés o sensibilidad".

Para obtener un éxito aún mayor, Pekín combina estos esfuerzos con el uso de la "colonia china residente en España, del poder blando en el terreno sociocultural o la recepción de inversión china que pueda suponer una oportunidad económica y financiera para nuestro país".

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