España

El excomisario Salamanca aseguró tener "la potestad" para conseguir visados ilegales

Esto le dijo el excomisario del aeropuerto de Barajas Carlos Salamanca al empresario Francisco Menéndez cuando éste le pidió que facilitase en 2013 la entrada de su suegra a España

  • El comisario Carlos Salamanca

"Yo soy un comisario y yo puedo hacer estas cosas. Yo tengo la potestad de poder hacerlo". Esto le dijo el excomisario del aeropuerto de Barajas Carlos Salamanca al empresario Francisco Menéndez cuando éste le pidió que facilitase en 2013 la entrada de su suegra a España, procedente de Ecuador, para darle "el gusto" a su pareja.

En su declaración en febrero de este año ante el juez del caso Tándem, Diego De Egea, a cuyo audio ha tenido acceso Efe, Menéndez relató este y otros "favores" que le hizo Salamanca en su condición de comisario entre los años 2011 y 2013 y que consistían en facilitar la entrada presuntamente ilegal de ciudadanos en España, entre ellos responsables de Gepetrol, la petrolera nacional de Guinea Ecuatorial.

En concreto, sobre la entrada de su suegra en julio de 2013, Menéndez relató a la Fiscalía Anticorrupción: "Yo tenía intención de darle ese gusto a mi pareja y efectivamente me dijo: 'No hay problema Paco, yo te lo hago'".

Ella no fue la única por la que intercedió Salamanca. Según la Fiscalía, en julio y octubre de 2013 el excomisario de Barajas permitió la entrada de dos guineanos vinculados con la petrolera, a uno de los cuales le constan asociados tres NIE diferentes.

Salamanca expedía los llamados visados en frontera para estos ciudadanos guineanos, pese a que estos documentos solo se emiten en circunstancias de carácter excepcional "para resolver situaciones urgentes de tipo humanitario, de interés nacional o derivadas de obligaciones internacionales", según exponen los fiscales en un escrito que obra en el sumario.

A cambio de estos "favores", Menéndez, que fue quien confesó ante la Fiscalía las prácticas de Salamanca y que a diferencia de este último continúa como imputado en la causa, le compensaba "abierta y sobreabundantemente".

Le compensaba con "dádivas de elevada cuantía" como vehículos de alta gama, entre ellos dos Porsches, un viaje a Londres de 16.000 euros y entregas en efectivo

El empresario explicó a los fiscales que para entender su relación con Salamanca hay que analizar el "contexto": "Él me hacía un gran favor 'vip'. Él me lo decía: 'Compadre, date cuenta que esto lo tienes que vender muy bien. Esto de que te reciban en la puerta del avión, te traigan, te lleven, es una cosa muy exclusiva'".

"Y, siempre desde el cariño -continúa Menéndez- y la relación de agradecimiento, lo que hacía era compensarle de alguna manera".

Vehículos de alta gama y un viaje a Londres

En concreto con "dádivas de elevada cuantía" como vehículos de alta gama, entre ellos dos Porsches, un viaje a Londres de 16.000 euros y entregas en efectivo, según recoge en su escrito la Fiscalía, que recurrió el archivo de la causa en relación con Salamanca.

Respecto al dinero, Anticorrupción dice que no puede concretar las fechas en las que ocurrieron las entregas, pero enumera varias: 3.000 euros que le dio Menéndez a Salamanca en un hotel de Sancti Petri (Cádiz), 47.000 euros en un restaurante de la calle Velázquez de Madrid, 57.000 euros en concepto de "Porsche Panamera" y, esta sí con fecha, del 24 de junio de 2012, 10.000 euros para que reparase la caldera de la piscina de su casa en Colmenarejo (Madrid).

Otra cantidad sospechosa a ojos de los fiscales son los 800.000 euros que Salamanca y su mujer dijeron haber ganado en la lotería de Navidad de 2012, cuando la pareja de Menéndez ingresó precisamente esa cantidad pocos días antes en cuentas bancarias.

Él nunca dudó de que "esa potestad" de Salamanca fuese ilegal: "Yo me encontré con un mundo nuevo para mí. ¿Ilegal? ¿Por qué?"

Regalos que Salamanca presuntamente recibió a cambio de facilitar la entrada de responsables de Gepetrol sin pasar por ningún control aduanero.

"¿Ilegal? ¿Por qué?"

Según contó Menéndez al juez, él mismo recibía en el aeropuerto a los guineanos, que entraban en el coche policial e iban hacia la zona del control de pasaportes.

Allí, continúa Menéndez, "bajaban los pasaportes los propios policías, se los sellaban, se los devolvían y los dejábamos fuera de la zona del aeropuerto".

Según su versión, él nunca dudó de que "esa potestad" de Salamanca fuese ilegal: "Yo me encontré con un mundo nuevo para mí. ¿Ilegal? ¿Por qué? ¿Cómo voy a pensar que un comisario estaba haciendo algo ilegal?".

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