Los agricultores valencianos piden a sus compañeros franceses que están impidiendo la circulación por sus carreteras de transportes con productos agrícolas que giren sus iras hacia Bruselas. Las acusaciones del primer ministro Gabriel Attal de “competencia desleal” por “usar productos fitosanitarios que están prohibidos en Francia” han sido negadas por el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado.
"Todos los agricultores europeos, ya sean franceses, españoles o italianos, tenemos las mismas obligaciones a la hora de producir alimentos porque debemos cumplir el mismo marco normativo de la Unión Europea. Por tanto, los enemigos no somos nosotros", explica el presidente de AVA.
Marruecos, Egipto y Sudáfrica
Para Aguado "los enemigos de los agricultores europeos están en Bruselas y allí es donde deberían apuntar los franceses, como lo hacemos nosotros, para acabar con su plan preconcebido de sustituirnos por las importaciones de países terceros que sí son competencia desleal”.
Cristóbal Aguado es muy crítico con la actuación de la Unión Europea en esta cuestión y revela que “Bruselas está firmando sistemáticamente acuerdos comerciales con países terceros como Marruecos, Egipto y Sudáfrica que les otorgan los mismos derechos que tiene cualquier Estado miembro de la UE, es decir, arancel cero para sus envíos, pero les eximen de las mismas trabas, limitaciones y prohibiciones que establece a los Estados miembros".
Las importaciones foráneas sí emplean materias activas fitosanitarias cuyo uso está prohibido en la Unión Europea, del mismo modo que no cumplen los mismos estándares laborales, fiscales, sociales y medioambientales. La estrategia es clara: romper el mercado, deshacerse de los agricultores europeos e incrementar las importaciones con las que poder vender a esos países terceros otros bienes industriales”Cristóbal Aguado
"Las importaciones foráneas sí emplean materias activas fitosanitarias cuyo uso está prohibido en la Unión Europea, del mismo modo que no cumplen los mismos estándares laborales, fiscales, sociales y medioambientales. La estrategia es clara: romper el mercado, deshacerse de los agricultores europeos e incrementar las importaciones con las que poder vender a esos países terceros otros bienes industriales”, lamenta Aguado.
Críticas al Gobierno de España
Además, el dirigente agrario carga contra el Gobierno de España. "Ya quisiéramos tener los mismos problemas que los franceses porque aunque compartamos el mismo marco regulatorio, nuestro Gobierno, de tintes muy ideológicos, actúa de manera aún más radical en cuestiones agroambientales".
Cristóbal Aguardo desvela que "en muchos cultivos no disponemos de soluciones eficaces para combatir las plagas y enfermedades. Continuamente estamos vendiendo nuestros productos por debajo de costes y el Gobierno sigue sin hacer cumplir su ley de la cadena alimentaria y sin fijar los costes medios de producción para servir de referencia".
Esto sucede en España a diferencia de lo que sucede en Francia donde según Aguado "al menos tienen la bendición de que llueve a menudo y no precisan las infraestructuras que aquí necesitamos y nos niegan para almacenar y distribuir el agua para regadío".
Abandono de tierras
Como resultado de todo ello la Comunidad Valenciana "es la región con más tierras agrarias abandonadas (173.000 hectáreas), con la edad agraria más alta (64,4 años de media) y con menor incorporación de jóvenes agricultores”.
AVA reprocha al Gobierno español su actitud de “pasividad” ante las falsedades del primer ministro galo y exhorta a todo el sector agrario europeo a “permanecer unidos contra nuestro enemigo común que no es otro que la Comisión Europea: no a la competencia desleal de países terceros, no a la política basada en un ecologismo filosófico y radical que no pisa tierra y sí a la garantía de precios justos, autosuficiencia alimentaria y lucha contra el cambio climático con la agricultura europea como aliada estratégica”.
Las pérdidas del sector logístico valenciano, en especial aquellos que transportan productos en frigorífico como frutas y verduras frescas, están siendo muy elevadas con hasta 120.000 euros diarios por cada empresa de exportación de este tipo de productos. La factura diaria de pérdidas a nivel autonómico puede superar los 10 millones de euros.