La presión social sobre CaixaBank en Valencia empieza a crecer como la espuma por la postura de apoyo y silencio que la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri tiene hacia la figura de Peter Lim, máximo accionista del Valencia Club de Fútbol. La crisis reputacional de la entidad financiera, al ser la principal acreedora del club valencianista y la que da oxígeno al magnate asiático, es ya palpable en la capital del Turia.
CaixaBank celebrará este viernes en Valencia –donde tiene su sede social– la Junta General de Accionistas para dar la información de las cuentas anuales de la entidad. Y lo hará en medio de un clima enrarecido con la presión de diversos colectivos sociales como De Torino a Mestalla (DTAM) que recientemente publicó una carta abierta en la que le formulaba diversas preguntas a Goirigolzarri.
Deterioro en la gestión de Lim
Las principales cuestiones van dirigidas al silencio de CaixaBank sobre el deterioro en la gestión de Peter Lim y que están influyendo en las cuentas del club. Cuestionaban si no le preocupa a la entidad financiera que el Valencia ya no pueda conseguir crédito (salvo en prestamistas especializados que cobran intereses desorbitados) y si el déficit continuado no llevará finalmente al impago (de hecho el club ya ha tenido que abonar en varias ocasiones las fichas de los jugadores con pagarés).
La deuda del club supera los 340 millones de euros entre necesidades de tesorería y la deuda con las entidades bancarias y otros acreedores. CaixaBank, de hecho, es el principal acreedor de la deuda del Valencia (180 millones) y tiene como garantías la parcela del actual estadio de Mestalla así como diversos porcentajes sobre la taquilla o los derechos televisivos.
En octubre de 2014 Peter Lim concretó la compra del club y –ocho años y medio después– la deuda sigue igual de desbocada, presenta déficit en cada ejercicio, la gestión deportiva es inexistente y sólo ha centrado su interés en la compraventa de jugadores por la que en este periodo se han movido casi 1.000 millones de euros. La mayoría de ellos pertenecen directa o indirectamente al agente FIFA portugués, Jorge Mendes, socio de Lim en varios negocios.
El préstamo que provocó la venta
¿Y qué pinta CaixaBank en esta historia? La entidad financiera, en aquel momento Bankia, fue la que prestó 86 millones de euros a la Fundación del Valencia CF para que se quedara con el 70% de las acciones del club después de una ampliación de capital del club, presidido entonces por Manuel Llorente, para inyectar liquidez. El préstamo se formalizó gracias a un aval del Instituto Valenciano de Finanzas de la Generalitat que se debería hacer cargo de los pagos en caso de incumplimiento de la Fundación, lo que terminó ocurriendo.
A partir de ese momento es cuando entró en escena Peter Lim quien fue aupado a la mayoría accionarial del club (70%) gracias a la ayuda de Amadeo Salvo, uno de los propietarios de la empresa del sector energético Power Electronics, y Aurelio Martínez, destacado dirigente socialista y hoy presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia. Ambos formaron una corriente de opinión muy agresiva para que desde la Fundación hicieran todo lo posible y lo imposible para que el club fuera vendido a Lim sin apenas garantías firmadas por escrito.
Trato de favor con coste de 61 millones
En ese pecado original, Bankia, ahora Caixabank, unió su destino al de Lim, ya que 'confió' en el singapurense para hacerle una quita técnica de la deuda del club de 61 millones de euros. Pasado el tiempo, esa cifra jamás será recuperada por la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri, porque sólo sería devuelta si en los siguientes 10 años a la venta, el club daba beneficios. A partir de 40 millones de euros de beneficios CaixaBank cobraría el 25% de los beneficios de explotación y un 55% si el Ebitda superaba los 60 millones de euros.
La situación, por contra, es de quiebra técnica para el Valencia CF. Peter Lim ha seguido haciendo negocio con la compraventa de jugadores (muchos de ellos con origen en clubes portugueses) por lo que CaixaBank ha 'regalado' 61 millones de euros.
Pese a ese quebranto para los accionistas de CaixaBank, Goirigolzarri ha mantenido silencio y siempre se ha limitado a decir que Lim paga las cuotas de los otros préstamos que el banco mantiene con el club. Sin embargo, esa ruina en la gestión económica del singapurense, el desapego social que ha generado año tras año y la infame situación deportiva con una plantilla cada vez más devaluada y en riesgo descenso a Segunda división ha elevado el tono de las críticas.
Manifestaciones y movilización social
Diversas manifestaciones, algunas de ellas con 20.000 seguidores clamando para exigir a Lim la venta del club, otras llamativas como la de miles de aficionados fuera del estadio protestando contra el de Singapur mientras los partidos estaban en marcha dentro de Mestalla, y la formación de diversos colectivos sociales en su contra, han agitado los dos últimos años la capital del Turia.
De Torino a Mestalla, Libertad Valencia Club de Fútbol o ex jugadores del club como Santiago Cañizares y Mario Kempes exigen a CaixaBank que fuerza la venta del club. Motivos tienen porque el tratamiento a Peter Lim difícilmente se podría ver en un impositor con una nómina modesta en el banco.
CaixaBank tiene que decidir si van a ser parte de la solución o del problemaAntonio Paños
"CaixaBank tiene que decidir si van a ser parte de la solución o del problema". La frase la pronunció el pasado viernes Antonio Paños, integrante de DTAM y antiguo responsable del área de Riesgos de Bancaja (una persona de gran reputación financiera en la ciudad). Aseguran en esta asociación y comparten las centenares de peñas del Valencia CF que "no se puede dar más oxígeno a Peter Lim".
La advertencia a Goirigolzarri –de quien aseguran que nunca hubiera permitido algo igual con su Athletic Club de Bilbao– ha sido directa: "entendemos que la masa social y la clientela tiene que saber interpelarles para que revisen su posición porque su argumentación, hasta la fecha, ha sido singular. Mantienen que mientras el Valencia pague las cuotas, CaixaBank no tiene nada que decir".
Ante eso DTAM exige al banco que "dé un paso hacia adelante y deje de ponerse de lado». "Debe exigir una reposición de garantías a los préstamos concedidos al Valencia, porque esa minoración de garantías viene de una pésima gestión de Lim”, reflexionan.
El peligro de la retirada masiva de depósitos
La alternativa que ya se plantea ante la inacción del banco es la retirada de los depósitos y la cancelación de las cuentas por parte de los valencianistas que no aprueban la connivencia entre CaixaBank y Peter Lim.
Goirigolzarri puede tener un problema serio en Valencia si no toma cartas en el asunto, ya que a este conflicto con la principal entidad deportiva de la Comunidad Valenciana se suman las decenas de oficinas cerradas como consecuencia de la absorción de Bankia. A los valencianos también les ha generado malestar observar que su ecosistema financiero tradicional (Banco de Valencia y Bancaja) quedaran fuera de la circulación.
Lim ha pasado en este tiempo de inyectar dinero para comprar el 70% de las acciones del Valencia a poseer ya más del 90% al promover ampliaciones de capital a cambio de adquirir un mayor porcentaje de la sociedad anónima deportiva. Esto le permite estar en una posición de claro dominio a la hora de plantear una futura venta del club.
Ni venta de las parcelas de Mestalla ni nuevo estadio
Nada se sabe de los 150 millones de euros que se comprometió a pagar (de palabra) si a los dos años nadie había comprado las parcelas del actual estadio de Mestalla. En el nuevo estadio, que debería haber estado acabado para el centenario (2019) no se ha movido ni un ladrillo y la menguante influencia deportiva del club en competiciones nacionales y su desaparición de las internacionales es el mejor espejo en el que mirar la gestión de Lim.
CaixaBank tiene así la patata caliente en uno de los territorios con mayor número de clientes, al igual que los políticos que encaran ahora la precampaña electoral y que también son interpelados por esos colectivos sociales.
De hecho, el abogado valenciano Pablo Delgado ya ha anunciado desde la plataforma DTAM que van a presentar una demanda en el juzgado para que las Administraciones públicas o una empresa externa sustituyan a Meriton Holdings LTD (la empresa con la que Lim compró el Valencia) como promotor del nuevo estadio de la avenida de Cortes Valencianas.
El tiempo de Peter Lim para el valencianismo acabó hace años al descubrirse su 'estafa' en la compra del Valencia CF que estuvo llena de presiones y amenazas. CaixaBank conocía que no había contraprestación alguna por escrito por parte de Lim cuando firmó el contrato, algo que se ocultó a los patronos que votaron a favor de la venta, y ahora puede ver como todo ese enfado acumulado se le vuelve en contra.
Los políticos ya no quieren la foto
Los dirigentes institucionales también se hayan en la disyuntiva de si dar o no más tiempo a Lim para que reanude las obras del nuevo estadio. La decisión es que no habrá más complacencia ante la inacción del singapurense pese al dinero del préstamo de CVC a los clubes de La Liga para realizar infraestructuras nuevas o mejorar las actuales. Y es que la foto de los principales responsables del Ayuntamiento con los enviados de Peter Lim ya no suma en Valencia, resta y mucho.
Javier Tebas, presidente de La Liga está ya también señalado por todos los colectivos valencianistas por su defensa a ultranza de Peter Lim (aunque en sus últimas comparecencias ha sido menos entusiasta). Intuyen y afirman los integrantes de los colectivos sociales en torno al club de Mestalla que la ayuda del magnate de Singapur a Tebas para expandir el fútbol español en su país garantiza ese cariño en el trato hacia el máximo accionista del Valencia CF.
No en vano, La Liga tiene el 91,8% del capital de la empresa La Liga Singapore Pte. Ltd creada a tal efecto con la ayuda de Lim. Quizás por eso, en su última comparecencia pública la semana pasada, donde Tebas fue preguntado por la situación del Valencia CF, aseguraba que "me da pena el desapego social hacia Peter Lim".
La presión social; la exigencia a CaixaBank; el temor de los políticos ante la ola de indignación a las puertas de las elecciones; las acciones judiciales contra Lim en los juzgados y en la Fiscalía (por la diferencia entre el precio de compra de jugadores y lo ingresado por la entidad, como denuncia el exvicepresidente del Valencia CF Miguel Zorío); y la zozobra económica que para La Liga supondría que el cuarto club histórico pasara a mejor vida, puede hacer que el rumbo varíe hacia una nueva venta.
Hacer lo posible para facilitar las condiciones para dar entrada a un inversor que cuide el club es el objetivo de todas las asociaciones mencionadas y de todo el 'ecosistema' valencianista. Junio, tras el paso por las urnas el 28-M, apunta a ser un mes donde puede haber novedades.