Comunidad Valenciana

La crisis del sector cerámico en Castellón amenaza la economía de toda la provincia

La bajada de producción al cierre de 2023 ha sido de un 23% y el efecto colateral en otros segmentos económicos como el transporte y la construcción son preocupantes

  • Sede de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos -

La pujanza del sector cerámico en Castellón se ha perdido durante los últimos años y amenaza con contagiar a la economía de toda la provincia. Los transportistas, el sector de la construcción, los instaladores eléctricos o el Puerto de Castellón miran de reojo la crisis cerámica que no cesa.

El 2023 ha sido un año de recesión en la producción del sector cerámico que aglutina en la provincia de Castellón a casi el 70% del empleo nacional. Los registros del año pasado reflejan cotas tan bajas como las de hace una década con 400 millones de metros cuadrados y que se sitúan muy lejos de los 587 que se alcanzaron hace apenas dos años, un 23% menos.

Freno al Puerto

Las exportaciones también han caído un 20% y en 2021 ya se habían reducido un 15%, por lo que también se empieza a resentir la actividad del Puerto de Castellón que tiene en este sector económico uno de sus principales objetivos (aunque parte de las exportaciones salen por el Puerto de Valencia).

Las sucesivas crisis provocadas por la pandemia de coronavirus, primero, y el elevado coste energético de la producción derivado de la guerra entre Rusia y Ucrania, después, han dejado muy tocado un sector cerámico que en la provincia de Castellón supone prácticamente 1 de cada 3 empleos entre directos e indirectos.

La industria azulejera es para Castellón un pulmón y una actividad que fija la población en los municipios productores, algo que es muy importante para una provincia en la que el 80% de su territorio se encuentra en riesgo de despoblación.

Pocas ayudas públicas

La bajada de producción y las ayudas públicas que apenas alcanzaron los 93 millones de euros durante el año pasado frente a las que han registrado países del entorno comunitario como Italia (600 millones de euros) y que es un gran competidor, dejan al sector cerámico castellonense en una situación delicada.

Recientemente la Confederación de Empresarios de la Comunidad Valenciana presentó un manifiesto en Madrid, en la sede de la CEOE, donde reclamaban más ayudas directas y urgentes.

Energía cara y menos empleos

Los costes energéticos han bloqueado gran parte de la producción azulejera porque su escalada en los últimos meses ha sido imparable y los gastos se han multiplicado por 15 respecto a la factura de hace año y medio como explicaba el presidente de Ascer, la patronal cerámica, Vicente Nomdedeu, durante la presentación del citado manifiesto.

Las cifras son elocuentes y ya se han destruido durante la crisis del sector cerca de 2.000 empleos y más de 10.000 personas ha sufrido ya un Expediente de Regulación Temporal de Empleo en esta industria azulejera. En total unas 15.000 personas están empleadas en el sector cerámico de Castellón.

Retraso en los pagos

Además, el pago a proveedores se está alejando de la obligación del pago a 60 días lo que está produciendo un efecto contagio en toda la cadena de producción de un segmento clave para la economía castellonense.

Los transportistas se quejan de la bajada de actividad porque la cerámica les da una continuidad en el trabajo que no les ofrecen otros segmentos productivos como el de la naranja cuyas exportaciones están sujetas a un grado mayor de temporalidad.

La crisis económica global también ha provocado que se frene el sector de la construcción en Europa que está íntimamente relacionado con la cerámica y que no mejoran las expectativas para 2024 de las empresas azulejeras en Castellón.

Más competencia

Además, la competencia es ahora mayor que en otras crisis registradas por la cerámica como la de la primera década del siglo, lo que dificulta la recuperación que, en el mejor de los casos, desde Ascer apuntan que será en 2026.

Y es que países como India, con costes de producción sensiblemente inferiores, han colocado ya sus productos en porcentajes considerables en Europa y en Estados Unidos, mercados que hasta hace unos años eran 'territorio' de la cerámica castellonense.

Las exigencias medioambientales tampoco son las mismas que en el país asiático y las empresas azulejeras castellonenses se ven obligadas a utilizar combustibles que son más caros para producir cada vez menos emisiones de gases contaminantes.

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