Ximo Puig ha visto como la confección de las listas para el 23-J ha provocado un duro enfrentamiento con los líderes provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, que ha acelerado el debate sucesorio del presidente valenciano en funciones.
Las fuentes consultadas por Vozpópuli en el entorno del líder de los socialistas valencianos aseguran que Puig seguirá "fuerte" al frente del PSPV-PSOE para que no sufra una descomposición fruto de la derrota electoral del pasado 28 de mayo.
Al líder de los socialistas valencianos –que no ha tenido paz ni en época de los gobiernos del Botànic porque le salieron candidatos alternativos– no se le pasaba por la cabeza que el debate sucesorio iría a tal velocidad.
¿Puig al CJC?
Fuentes de toda solvencia en la formación socialista aseguran a este medio que Ximo Puig tenía decidida abandonar la primera línea de la política la misma noche de las elecciones autonómicas. En su discurso, donde expresó que había sido "un honor" ser presidente de la Generalitat, ya daba pistas de que sería un adiós temprano.
Su destino más probable era, según habría comentado a sus colaboradores más estrechos, engrosar la nómina del Consejo Jurídico Consultivo a la que tiene derecho como expresidente, tal y como hizo Francisco Camps en su día antes de abandonarlo para ejercer la abogacía.
Sin embargo, la convocatoria de Pedro Sánchez de elecciones generales para el próximo 23 de julio le 'obligaron' a seguir por "responsabilidad" como él mismo ha reconocido públicamente en la última semana.
Esa continuidad en el cargo de quien ha perdido las elecciones no es bien vista por todos los dirigentes del partido y algunos han hecho verlo con gestos en esa dirección. Los dos primeros en abrir fuego han sido el secretario general provincial de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, y su homólogo en Alicante, Alejandro Soler.
Soler y Bielsa, blindados en sus ejecutivas
Ambos presentaron las listas para el Congreso y el Senado con el 100% del apoyo de la comisión ejecutiva provincial, pero sin el consenso con Ximo Puig, más allá de los 'intocables' designados por Ferraz, que son Diana Morant y José Luis Ábalos, 1 y 2 por Valencia para la Cámara Baja.
En el resto de designaciones ha habido discrepancias que Puig pretendió solventar con un informe desfavorable a las listas de Soler y Bielsa (no así la de Castellón, que mantuvo intacta) y modificaciones en Congreso y Senado que Ferraz ha atendido pero sólo parcialmente.
Puig colocó a Alfred Boix de cabeza por Valencia para el Senado, pero el comité federal de listas ha devuelto ese puesto al alcalde de Paterna y colaborador de Bielsa, Juan Antonio Sagredo. Del mismo modo, ha cambiado el cabeza de lista por Alicante para el Senado al situar a Antonia Moreno, pero el ámbito federal del partido ha restituido la propuesta inicial de Soler, que era Ana Martínez.
Incluso en Castellón, donde no había mucha polémica, la comisión federal de listas ha colocado como cabeza de lista para el Senado a Amparo Marco, la alcaldesa de Castellón derrotada el 28-M y ha descabalgado a Eva Redondo.
Puig, por contra, conseguía que Carmen Martinez se mantuviera de número 3 por Valencia para el Congreso frente a Pilar Sarrión como proponía Bielsa. El líder del PSPV ha salido muy tocado del pulso de las listas y queda en entredicho su supuesta ascendencia en Ferraz.
La comisión ejecutiva nacional celebrada en la tarde-noche del pasado jueves ya dejó claro que el debate sobre la sustitución de Puig al frente del partido está abierto par en par. La rapidez con la que se afronte dependerá fundamentalmente del resultado electoral del próximo 23-J.
'Calma' hasta el 23-J
Una derrota amplia de Pedro Sánchez precipitaría un congreso federal extraordinario que tendría su réplica con posterioridad en el PSOE valenciano. Si por contra Sánchez gana o aguanta 'dignamente' las opciones de afrontar con celeridad su sustitución al frente del partido disminuyen y aumentaría un intento del actual líder de hacer un relevo ordenado.
En el PSOE valenciano, sin embargo, hay dos circunstancias que pueden acelerar el adiós de Puig aún en un escenario postelectoral que no sea catastrófico. Eso se debe fundamentalmente a que el presidente valenciano aguanta más por su entorno más cercano que por sus ganas de seguir.
Sigo al frente del PSPV para fortalecer la alternativa de Gobierno, mientras pueda y me dejen. No voy a ser nunca un problema para el partidoXimo Puig
Ximo Puig ha verbalizado en las últimas horas que "sigo al frente del PSPV para fortalecer la alternativa de Gobierno, mientras pueda y me dejen". Esa frase no ha pasado desapercibida para los cuadros del partido que detectan cierto hartazgo del secretario general de los socialistas valencianos.
Es más, en la última intervención del pasado jueves y tras una sesión muy bronca de la Ejecutiva nacional, Puig dijo que "no voy a ser nunca un problema para el partido", en una clara referencia a que dará un paso al lado si se recrudecen las hostilidades.
Ese primer paso de cuestionar al líder lo han dado fundamentalmente tanto Carlos Fernández Bielsa como Alejandro Soler. También el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo (de la órbita de Bielsa) tuvo intervenciones muy críticas contra el cambio de las listas de Puig que le afectaban en primera persona porque pasaba de encabezar la lista para el Senado en Valencia a desaparecer de ella.
Ximo Puig sabe que Bielsa y Soler son enemigos duros de pelar y que destacan por su gran ambición personal, pero las fuentes consultadas por Vozpópuli en la federación socialista valenciana apuntan a que Puig sí que dará una última batalla por señalar a sus posibles sucesores.
Rebeca Torró y Arcadi España
Frente a esa dupla Bielsa-Soler –que podría presentarse en solitario o como tándem en el momento del congreso que decida la sucesión de Ximo Puig–, habría que añadir a otros 'aspirantes' que no tienen oficialidad, pero que también empiezan a asomar con fuerza.
Son aquellos que han estado al lado del presidente valenciano y a quienes él considera adecuados para seguir su labor. La primera es la consellera en funciones de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Rebeca Torró, quien ejercerá como portavoz del grupo socialista en las Cortes Valencianas y en el que Ximo Puig tendrá el papel de presidente, lo que le permitirá elegir en qué debates participa.
Torró sería así una candidata que, de concretarse, podría enfrentarse a la primera oportunidad de una militante socialista de convertirse en presidenta de la Generalitat. Su gestión al frente del Gobierno valenciano ha venido claramente marcada por el éxito de la llegada de la gigafactoría de baterías de Volkswagen a Sagunto.
El segundo, y no necesariamente en ese orden, sería el conseller en funciones de Hacienda y Modelo Económico, Arcadi España, quien ya sonó como heredero de Puig cuando este empezó a plantearse su adiós antes de que le convencieran para repetir como candidato. Ha sido el escudero fiel de Puig durante sus mandatos y su jefe de gabinete durante una legislatura y media.
En su departamento no ha habido grandes tensiones de tesorería por el contexto inflacionista y de subida recaudatoria, pero no ha podido evitar una subida alarmante de la deuda valenciana lastrada por la infrafinanciación que se produce desde hace décadas.
Falta de autocrítica
En cualquier caso, habrá que esperar al resultado del 23-J y, previamente, a los movimientos que Puig haga en las Cortes autonómicas y en el nombramiento para la Presidencia de la Diputación de Valencia, para calibrar si el momento de su sucesión se acelera y, con inquina, por parte de sus adversarios o se relaja hasta que el calendario congresual lo determine.
De momento, hay muchos dirigentes en el PSOE valenciano que no ven bien la falta de autocrítica de Puig tras la derrota del 28-M, ya que el líder valenciano –más allá de que ha ganado 4 diputados respecto a 2019– centra toda la culpa de su fracaso en "una atmósfera de intoxicación que genera odio y ha interrumpido la conversación democrática serena".