La situación de los embalses en la Comunidad Valenciana empieza a ser preocupante al bajar del 40% de la capacidad total el agua que contienen. La sequía de los meses de otoño, sumado al cambio climático que ha hecho estructural el déficit hídrico, principalmente en la provincia de Alicante, empieza a dibujar un panorama sombrío para los meses de verano.

El agua embalsada en la actualidad es de 773 hectómetros cúbicos (39,52%) del total de 1.956 hectómetros cúbicos que se puede albergar en los diferentes embalses de las tres provincias. Si se mira la media de los últimos 10 años la cantidad de agua actual está un 1% por debajo de esos registros que, ya de por sí, eran muy pobres.

Un 12% menos que en 2022

Si la comparativa se realiza sobre la misma semana del año pasado, que fue más lluvioso, la diferencia es abismal porque entonces los embalses estaban al 51,58% de su capacidad, un 12% más que en esta semana de 2023.

Valencia es de las tres provincias la que mejor registro de lluvias tiene y eso se nota en sus embalses que están con agua al 44,23% de su capacidad. Sin embargo, en Castellón (especialmente en el norte donde la sequía es persistente en los últimos años) los embalses están sólo al 28,96% de su capacidad.

Luz roja en Alicante

Más alarmante es aún la situación de los embalses de la provincia de Alicante que están llenos al 25,71% de su capacidad, lo que augura muchas restricciones en verano si no llega una primavera y meses de invierno muy lluviosos.

A esta situación climatológica que pone en apuros a la agricultura de la región, así como a las comunidades de regantes y a los ciudadanos que pueden sufrir restricciones en el consumo de agua, se suma a la incertidumbre sobre la situación política.

Los enfrentamientos entre PP y PSOE por la política hídrica han dado como resultado que trasvases como el Tajo-Segura se esté viendo recortados en sus aportaciones desde la cuenca excedentaria hacia la cuenca deficitaria en cuyo tramo final más de un millón de personas dependen de esta conducción para beber.

Criterios ecológicos, como Ayuso

El presidente valenciano, Carlos Mazón, mantiene una clara reivindicación para que el trasvase Tajo-Segura se mantenga en las aportaciones pactadas para que permitan a los agricultores de la Vega Baja salir adelante con sus explotaciones.

La línea establecida por el jefe del Consell en cuanto a esta conducción histórica es que "no se establezcan las aportaciones en base a criterios políticos sin con criterios ecológicos" y en ese sentido, se ha situado al lado de Isabel Díaz Ayuso en sus alegaciones al Plan Hidrológico del Tajo. "Estamos en el mismo equipo" explicaba recientemente el presidente autonómico.

En la reunión que mantuvo con el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana, Salvador Navarro; el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado; de Asaja Alicante, José Vicente Andreu; y de AVA Castellón, José Vicente Guinot se analizaron las infraestructuras hídricas prioritarias de la Comunidad Valenciana.

Infraestructuras hídricas: 1.200 millones

Mazón se comprometió a realizar un calendario con las inversiones que dependen del Gobierno valenciano (unos 800 millones de euros), mientras que apremió a que el Gobierno de España invierta los más 1.200 millones de euros que le corresponden en otras actuaciones pendientes.

Otros 200 millones de euros en inversiones corresponderían, según el informe de la comisión del Agua de la CEV a otras administraciones y entidades locales.

Carlos Mazón insiste en que es "muy importante" constituir la Mesa del Agua de la Comunidad Valenciana y anima a los grupos políticos de la oposición a nombrar a sus representantes.

Alcanzar consensos e invertir son dos de las prioridades que se ha marcado el presidente de la Generalitat, quien recuerda que la región ya hace un "enorme esfuerzo" de reutilización de agua. Hay que recordar que Alicante, junto a Murcia y Almería reutilizan el 15% del total de agua que se emplea en un segundo ciclo en Europa.

Menor dependencia

Está claro que el cambio climático y los recortes 'políticos en las aportaciones del trasvase Tajo-Segura han colocado a la Comunidad Valenciana en una difícill situación.

Es por ello, que Mazón apremia para "realizar esas inversiones que no admiten más demora para tener una menor dependencia de otras fuentes", como el citado trasvase; o también del agua desalada que si se utiliza mucho "resulta perjudicial por su coste económico y por sus efectos sobre los cultivos de cítricos".

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