Comunidad Valenciana

Puig quiere marcarse un Ayuso: sumar más que Compromís y Podemos y gobernar sin ellos

La tentación de Puig de tener un gobierno monocolor es ahora más fuerte después de los roces que han deteriorado la convivencia de los tres partidos del Gobierno en esta legislatura

  • Ximo Puig, en el Palau de la Generalitat -

Ximo Puig tiene claro que quiere explorar la posibilidad de gobernar en solitario sin la presencia de sus socios tradicionales: Compromís y Podemos. Las encuestas que manejan los socialistas valencianos les están situando muy por encima de la suma de las otras dos formaciones y Puig desearía que, si la alianza de los tres alcanza los 50 escaños, los nacionalistas y los 'morados' les apoyaran desde fuera de la Generalitat.

El candidato del PSOE a repetir por tercera vez como presidente del Gobierno valenciano tendría, según sus sondeos, una cifra de apoyos de 31-32 escaños, mientras que Compromís se quedaría en 13-14 y Podemos en 5-6. La distancia entre los socialistas y la suma de sus dos socios sería superior a la decena de escaños, algo que no ha sucedido hasta la fecha.

Oltra quiso ser presidenta en 2015

En 2015, Puig alcanzó la Presidencia con sólo 23 diputados y con el apoyo de los 19 de Compromís y los 13 de Podemos –nueve menos que la suma de sus socios–. Mónica Oltra se hallaba en el mejor momento de su carrera política e intentó ser presidenta argumentando que la suma de los nacionalistas y Podemos era bastante superior al resultado obtenido por los socialistas. Finalmente, y después de dos décadas de gobiernos del PP, pudo más el pragmatismo y se conformó el primer pacto del Botánico con los tres partidos sustentando al Gobierno autonómico presidido por Puig.

La cita electoral de 2019 abortó cualquier intentona de rebatir quién ostentaba el liderazgo de la izquierda valenciana porque el PSOE alcanzó los 27 escaños (fue la primera fuerza) y la suma de Compromís (17) y Podemos (8), ya quedaba por debajo de los apoyos de la candidatura de Ximo Puig.

Ha sido en la presente legislatura –que el presidente valenciano dará por finalizada el próximo lunes con la firma del decreto para la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones– cuando han surgido los verdaderos problemas entre los socios de Gobierno.

PSOE: el voto útil de la izquierda

La pujanza en las encuestas del PP de Carlos Mazón, al que ya casi todos los estudios sitúan como fuerza más votada el próximo 28-M, ha despertado en Puig la necesidad de intentar aglutinar todo el voto útil de la izquierda en el PSOE, aunque sea a costa de sus socios. En el caso de Podemos, que se encuentra en el filo de la navaja en su lucha por superar el 5%, Puig trata de hacer una operación quirúrgica de precisión en su discurso para que los 5-6 escaños que puede sacar la candidatura liderada por Héctor Illueca se sumen en el bloque de la izquierda.

Con los datos en la mano (aunque lo que valdrá finalmente será el recuento de las urnas) Ximo Puig quiere reclamar su derecho a gobernar en solitario con el apoyo de Compromís y Podemos en acuerdos puntuales de legislatura pero sin más presencia en la Generalitat que la de algunos cargos de segundo nivel en los diferentes departamentos del Gobierno valenciano.

A Puig y a su entorno más cercano no le ha gustado nada el rumbo de este segundo mandato en el que la crisis interna de Compromís, a raíz de la destitución de Mónica Oltra, ha erosionado la imagen del Ejecutivo que preside. Al margen de la salida forzada de Oltra –envuelta en el escabroso juicio que analiza si hubo encubrimiento de su Conselleria del abuso de una menor tutelada por parte de su exmarido–la crisis posterior forzó otra destitución de una integrante de Compromís del Ejecutivo valenciano, Mireia Mollà.

Fue un ajuste de cuentas con la actual vicepresidenta, Aitana Mas, (sustituta de Oltra) lo que provocó ese enfrentamiento y el nombramiento de Isaura Navarro.

Las renovables, el Puerto y los empresarios

La discrepancia sobre la velocidad con la que se estaban concediendo licencias para proyectos sobre energías renovables estuvieron detrás de la destitución pero escondía un debate de fondo en los nacionalistas. La lucha es entre los partidarios de aprobar grandes extensiones para parques eólicos y solares y aquellos que apostaban por ser más 'proteccionistas' con el medio ambiente y buscaban iniciativas más numerosas pero de menor tamaño.

Ximo Puig se vio arrastrado por esta polémica ante las quejas de las empresas que habían presentado sus proyectos en tiempo y forma y no veían respuesta ni agilidad en la Administración autonómica.

La ampliación del Puerto de Valencia ha revelado la profundidad del desencuentro entre el PSOE valenciano y Compromís. Los socialistas votaron a favor de concluir esa infraestructura y los nacionalistas lo hicieron en contra. Joan Ribó y un miembro de Compromís del Gobierno valenciano se posicionaron en contra y la polémica se extiende hasta la fecha sin resolución y con las quejas de las empresas que operan en el Puerto.

Ximo Puig, Héctor Illueca y Aitana Mas juntos en las Cortes Valencianas Europa Press

Podemos, con Héctor Illueca en la vicepresidencia segunda, también ha generado un sinfín de desencuentros con Puig. El último y, quizás, el más sonoro, ha sido el referente a sus críticas hacia los empresarios, especialmente los de las cadenas de distribución alimentaria. Juan Roig ha sido la diana de las críticas de Illueca que, siguiendo la estela de Ione Belarra, ha tildado de "capitalista salvaje" a quien pasa por ser el empresario que más empleo genera en toda España. El presidente valenciano tuvo que desautorizar en varias ocasiones a su número tres.

El intento de Puig de emprender un viaje hacia posiciones moderadas se ha visto así torpedeado por sus propios socios, lo que ha derivado en la decisión de ir a las elecciones desmarcándose lo máximo posible de las opiniones de Compromís y Podemos.

Cada uno por su lado hasta el 28-M

Primero fue Sandra Gómez, candidata del PSOE a la Alcaldía de Valencia, la que esta misma semana decía que tenía "más ganas" de ser alcaldesa que Joan Ribó y lanzaba un dardo a Compromís afirmando que "en política no se puede estar siempre en contra de todo".

Tenemos muy buenas perspectivas. Aspiramos a gobernar con la máxima libertad posible y la máxima mayoría socialJose Muñoz (secretario de Organización PSOE valenciano)

Ayer, con la bajada del telón en las Cortes autonómicas –donde el PSOE fue abandonado por sus socios en la votación para tratar de frenar una comisión de investigación sobre el caso Azud y el día anterior en un debate sobre la abolición de la prostitución– fue el secretario de Organización del PSOE, José Muñoz, quien confirmaba que "tenemos muy buenas perspectivas" y no escondía las aspiraciones de Puig de "gobernar con la máxima libertad posible y la máxima mayoría social".

Milagros a Lourdes. Compromís es y será fundamental en la consolidación del nuevo Gobierno del Botánico, quien quiera soñar, que sueñe Papi Robles (portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas)

El guante fue recogido por la portavoz de Compromís, Papi Robles, quien le replicó que "milagros a Lourdes. Compromís es y será fundamental en la consolidación del nuevo Gobierno del Botánico, quien quiera soñar, que sueñe”

La portavoz de Podemos, Pilar Lima, también abogó por prolongar el Gobierno de coalición “más duradero en la historia de la democracia” y por “desdramatizar las diferencias”. Lima fue más comedida sabedora de los problemas que atraviesa su partido y con la incógnita de si podrán formar o no grupo parlamentario.

Puig quiere una nueva correlación de fuerzas

Ximo Puig ha puesto así las cartas boca arriba de lo que considera que debe ser una nueva correlación de fuerzas dentro de la coalición y, sobre todo, aspirando a que el apoyo de Compromís y Podemos se limite a la investidura y a pactos puntales de legislatura desde las Cortes Valencianas y sin formar parte del Gobierno valenciano.

En la acera contraria, Carlos Mazón, también trata de estirar al máximo el apoyo hacia el PP y llegar al entorno de los 38-39 diputados para garantizarse una mayoría amplia que le permita gobernar en solitario con el apoyo de Vox pero también fuera de la Generalitat.

Tampoco lo tendrá fácil y la portavoz de Vox en las Cortes, Ana Vega, advirtió que si el PP quiere gobernar va a necesitar a Vox: “un socio fiel y que dice las cosas muy claras”. Ahora bien, adelantó que "no vamos a dar un cheque en blanco al PP y aspiramos a tener la vicepresidencia del Consell. Según el apoyo que tengamos en las urnas exigiremos más o menos".

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