La cuenta atrás para saber si Valencia será sede o no del Mundial de fútbol de 2030 ya se ha puesto en marcha y nadie puede garantizar que la tercera capital de España vaya a serlo. El actual estadio de Mestalla no cumple los requisitos que se exigen para un evento de estas características y el nuevo sigue a medio construir por los continuos incumplimientos de Peter Lim, máximo accionsta del club.
El nuevo recinto ubicado en la Avenida de las Cortes Valencianas sí cumpliría con los requisitos de la FIFA para albergar partidos de un Mundial como el de 2030 ó de una final de Champions pero lleva paralizado desde el 25 de febrero de 2009 (su construcción comenzó en agosto de 2007).
9 años de excusas
En estos 14 años de parálisis han pasado varios presidentes en el Valencia CF y la alcaldesa que ayudó a impulsarlo, Rita Barberá, no podrá verlo finalizado. La realidad es que de los 14 años de freno por la crisis económica del club, 9 corresponden ya a la etapa de Peter Lim al frente de la entidad valencianista.
El magnate de Singapur compró el club y prometió que el nuevo Mestalla estaría inaugurado para el centenario del Valencia CF que fue en 2019. Nada de nada. La falta de responsabilidad ha sido continua por su parte y ha mantenido una relación más que tirante con las instituciones valencianas a través de sus representantes en Valencia: Layhoon Chan (en dos etapas) y Anil Murthy. Lim jamás se ha reunido con el Ayuntamiento o con la Generalitat.
Denuncia judicial
Es más, la situación actual dibuja un escenario de ruptura con una denuncia de Peter Lim a las Administraciones públicas por haber dado por caducada la Actuación Territorial Estratégica (ATE) que concedía ciertos privilegios urbanísticos al club en su operación de cambio de estadio.
La nueva alcaldesa de Valencia, María José Catalá, está intentando que Lim cumpla sus responsabilidades con la ciudad a través de un nuevo convenio para que finalice el estadio (hasta ahora con el mismo poco éxito que sus antecesores en el cargo).
Ofertas por las parcelas
Básicamente el Valencia CF debe pagar un polideportivo en Benicalap (la zona donde se ubica el nuevo estadio) y a cambio podrá vender la zona de suelo terciario anexa a ese solar por la que el fondo Atitlán podría pagar unos 30 millones de euros.
Y después, cuando el nuevo estadio esté finalizado, en uso, y el actual Mestalla demolido, Lim podrá comercializar el suelo sobre el que se asienta el actual recinto valencianista. Para esas parcelas, como desveló Vozpópuli, el fondo Apollo ofrecía una cifra cercana a los 110 millones de euros, aunque hubo otros fondos de inversión que también preguntaron por las condiciones económicas.
Esta operación es clave para la supervivencia económica del Valencia CF y también para las opciones de la ciudad de tener partidos mundialistas. El plazo del próximo mes de enero es ineludible, ya que las sedes españolas que deseen formar parte de ese Mundial 2030 tienen que presentar sus garantías a tiempo.
La alcaldesa de Valencia quiere la unidad de todos los grupos municipales pero parece difícil que obtenga unanimidad en las condiciones que se le exijan a Lim y, en estos momentos, nadie puede aventurar que la tercera capital de España no se vaya a quedar fuera de la cita mundialista.
160 millones para el estadio
Las estimaciones que el club ha realizado los últimos meses es que necesita 160 millones de euros para finalizar el nuevo estadio.
Hay 80 millones que se pueden utilizar procedentes del crédito del fondo de inversión CVC que ha destinado una importante cantidad de dinero para que los clubes de fútbol en España actualicen o ejecuten nuevas infraestructuras deportivas en un acuerdo firmado por La Liga que preside Javier Tebas.
El problema es que Lim no avala nada y no presenta garantías (salvo el propio patrimonio del club). Los únicos préstamos que Lim ha autorizado en sus 9 años de máximo accionista han sido para evitar la causa de disolución del club al que le ha generado unas pérdidas durante su mandato cercanas a los 200 millones de euros.
Esos préstamos, además, los ha capitalizado a posteriori y ha pasado de controlar inicialmente un 70% de las acciones a más del 92% que posee actualmente.
Sin más dinero público
Lo que sí está claro es que ni el Ayuntamiento de Valencia ni la Generalitat van a poner un euro para ayudar a que se acabe el estadio aún a costa de perder la posibilidad de ser sede del Mundial de 2030.
Por otro lado, los 1.430 millones de euros que ha anunciado el Gobierno de España que pondrá como ayudas a las sedes no están al alcance del Valencia CF porque no está en situación de poder atender ningún crédito más.
Si se puede tener el Mundial sería estupendo pero no vamos a flexibilizar a Peter Lim las condiciones para que cumpla con la ciudad. El nuevo estadio estará durante décadas y no lo vamos a condicionar por la celebración de dos partidos de un MundialMaría José Catalá
María José Catalá ya ha explicado que "si se puede tener el Mundial sería estupendo pero no vamos a flexibilizar a Peter Lim las condiciones para que cumpla con la ciudad. El nuevo estadio estará durante décadas y no lo vamos a condicionar por la celebración de dos partidos de un Mundial".
Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, por su parte, ha explicado que pese al grave incumplimiento de Lim con el Valencia y con la ciudad "no somos Venezuela y no podemos expropiar una empresa privada".
La cercanía del Mundial 2030 (en lo referente a la elección de las sedes) es lo único que puede ayudar a acelerar una solución que sigue enquistada.
Administración desleal
La presión de los aficionados y accionistas hacia las instituciones es cada vez mayor al entender que Lim está llevando a cabo una administración desleal en el club y que puede ser motivo de denuncia (algo que ya estudian algunos colectivos).
También hay plataformas que tratan de unir esfuerzos económicos para hacer una oferta colectiva de compra a Lim (que hasta la fecha no ha atendido) como la De Torino a Mestalla que encabeza Juan Martín Queralt y donde el empresario Alberto de Rosa ha dado un paso al frente como avanzó Vozpópuli.
Los empresarios y hosteleros de la ciudad verían la llegada del Mundial (aunque fuera para celebrar dos partidos) con muy buenos ojos y muestran su preocupación por el enroque del singapurense que sólo muestra interés en la compraventa de jugadores junto a su socio, el agente FIFA portugués, Jorge Mendes.
La ventana es estrecha y Valencia sabrá en tres o cuatro meses si Lim decide cumplir o no una de sus promesas de hace 9 años (acabar el estadio). Si sigue desatendiendo sus obligaciones Valencia deberá dejar pasar esa oportunidad por falta de instalaciones adecuadas.
Manchego no nacionalista.
Lim Y Mendes, Preocupacion MÁxima.