El planteamiento postelectoral de Vox en la Comunidad Valenciana ya está diseñado y si la suma con el PP da para formar el Gobierno autonómico le pedirán al candidato de los populares, Carlos Mazón, la vicepresidencia de la Generalitat y varias consellerias (en función de los resultados).

La lucha cerrada que dibujan todas las encuestas apunta a que la mayoría que puedan conseguir en las urnas el bloque de izquierdas o el de la derecha será muy ajustada. Los 50 diputados que marcan la mayoría absoluta en la Cámara autonómica parece que se definirán por la entrada o no de Podemos en las Cortes Valencianas, por un lado, y también por el comportamiento de los últimos votantes que le quedan a Ciudadanos y que a última hora pueden decidir apostar por el PP, el PSOE o refugiarse en la abstención.

Lo que parece claro es que así como Ximo Puig deberá tener de muleta a Compromís y Podemos, si quiere reeditar el pacto de gobierno de las dos últimas legislaturas, Carlos Mazón no podrá alcanzar en solitario la mayoría absoluta y tendrá que mirar de reojo a Vox.

Apoyo con contraprestación

Las fuentes consultadas por Vozpópuli en Vox, que tendrá a Carlos Flores como candidato a la Generalitat, aseguran que "no se va a regalar un apoyo al PP sin nada a cambio". La dirección nacional tiene decidido que Vox entrará a formar parte de todos los gobiernos posibles, superando los apoyos de investidura con acuerdos puntuales de legislatura con los que se estrenó en sus primeras comparecencias electorales.

El esquema que se siguió en Castilla y León es el que se seguirá en la Comunidad Valenciana o en la Región de Murcia, según han apuntado las mismas fuentes. Hay que recordar que Vox en Castilla y León sumó sus 13 procuradores a los 31 que obtuvo el PP para poder así superar la mayoría absoluta situada en 41.

A cambio de ese apoyo Vox obtuvo la vicepresidencia de la Junta de Castilla y León, así como tres departamentos del Gobierno autonómico: Cultura, Turismo y Deporte; Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural; y también Industria y Empleo. En total 4 de los 12 integrantes (un tercio) del Gobierno que lidera Alfonso Fernández Mañueco son del partido de Santiago Abascal.

En la Comunidad Valenciana los datos que reflejan las encuestas sitúan al PP en el entorno de los 34-36 escaños y a Vox entre los 14-15. A falta de dos meses para las elecciones esa suma puede aumentar, aunque podría no diferir mucho atendiendo a la composición del electorado y al efecto diferenciador respecto a otros territorios que marca en las últimas elecciones un partido nacionalista como Compromís.

El planteamiento de Vox a la hora de 'contactar' con el PP (algo que parece que no se producirá hasta después de las elecciones) es la de formar un equipo conjunto de negociadores valencianos y de la dirección nacional del partido para realizar las propuestas a la formación que lidera Carlos Mazón y que, todo apunta, a que será la fuerza más votada.

Sin Igualdad y sin Transparencia

En ese escenario de posibilidad de sumar con el PP para formar Gobierno, Vox estaría interesado en liderar (al margen de la vicepresidencia), departamentos como el de Justicia e Interior, Agricultura o Empleo. Sin embargo, no incluirían entre sus aspiraciones la cartera de Educación porque, según las fuentes consultadas, son conscientes de que sus postulados podrían generar grandes tensiones con la comunidad educativa donde PSPV y Compromís tienen bastante ascendencia.

La pretensión de los de Santiago Abascal es reducir el número de Consellerias –actualmente son 12– y dejarlas entre 8 y 10. La Conselleria de Igualdad y la de Transparencia serían dos de las que propondrían eliminar durante la negociación con el PP de Carlos Mazón, para incluir esas competencias dentro de otras carteras del Ejecutivo autonómico. Este es el marco global con el que Vox querrá pactar con el PP a partir del 28 de mayo.

El PP busca gobernar en solitario

La realidad indica, por contra, que hasta el momento no ha habido ningún contacto entre Mazón y Flores, ni siquiera telefónico. El PP vive inmerso en otro escenario en el que trata de estirar al máximo sus opciones de gobernar en solitario.

Mazón considera que los 36 diputados que le dan al PP en este momento sus propias encuestas se pueden estirar hasta el entorno de los 38-39 y, con esas cifras, intentaría que Vox no entrara en el Gobierno y le diera el apoyo sólo en la investidura.

Alcanzar un gobierno monocolor es la prioridad de Mazón sabedor de que su talante negociador y de lucha por el votante de centro podría verse 'contaminada' si se intuye que quiere sumar a Vox a su posible Ejecutivo. Lo que seguro que no repetirá es el acuerdo firmado entre PP y Vox en Valladolid –el 10 de marzo del año pasado– en el que se escenificó el programa conjunto de Gobierno y en el que sólo había 3 mujeres entre los 12 integrantes del Gobierno de Mañueco.

Feijóo no interferirá

Mazón aspira así a convertir al PP en la única formación del bloque de la derecha donde depositar el voto útil. Su discurso caminará en esa dirección en estos dos meses que restan hasta las elecciones. Las previsiones, por contra, no parecen otorgarle la capacidad de alcanzar la mayoría absoluta y Vox tiene claras ya cuáles serían sus condiciones para apoyarle.

La dirección nacional del PP, tal y como avanzó Vozpópuli, no va a dar órdenes concretas a la hora de formar gobiernos autonómicos ante la inminencia (el próximo mes de noviembre) de las elecciones generales.

Alberto Núñez Feijóo dará libertad a cada líder territorial porque enfrascarse en primera persona en estas negociaciones podría suponerle algún tipo de atadura con vistas a esas elecciones generales en las que aspira a formar un gobierno únicamente sustentado por el PP.