Los líderes de la Unión Europea (UE) mantendrán hoy viernes un primer debate sobre el plan de recuperación económica tras la pandemia en una videoconferencia en la que, no obstante, no se espera un acuerdo.
Sobre la mesa se encuentra la propuesta que la Comisión Europea (CE) presentó en mayo, anclada en un presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 que estaría dotado con 1,1 billones de euros. Con el respaldo de este presupuesto, la Comisión emitiría deuda en los mercados para financiar un fondo de recuperación.
Este fondo tendría 750.000 millones de euros que se distribuirían a su vez a los Estados a través de los programas del presupuesto hasta 2024, de los que 500.000 millones se canalizarían en forma de subvenciones a fondo perdido y 250.000 millones en forma de préstamos.
"Creo que todos somos conscientes de la complejidad de las propuestas y del tiempo necesario para abordarlas. Nuestra reunión del viernes debería ser un paso crucial hacia un acuerdo en un posterior encuentro físico", escribió el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la carta en la que invita a los mandatarios a la cita.
El objetivo es cerrar el pacto en julio para que después la Eurocámara dé su visto bueno y se concluyan los procesos de ratificación nacionales este mismo año.
Plan de recuperación tras la pandemia
Los Estados miembros están de acuerdo en que se necesita un plan de recuperación tras la pandemia, pero existen diferencias sobre varios detalles, como la proporción de préstamos y subvenciones o los criterios para repartir el dinero.
Además, no hay unanimidad sobre el tamaño y la duración del plan, ni sobre la condicionalidad y la aplicación de reformas a cambio de los fondos.
En cuanto al presupuesto plurianual, hay distintas perspectivas entre los Gobiernos sobre su tamaño, contenido y financiación, incluidos los recursos propios y los descuentos que tienen países como Holanda, Dinamarca o Suecia en su contribución a las cuentas por aportar mucho más de lo que reciben.
Los cuatro 'frugales'
Los conocidos como 'frugales' (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia), partidarios de la austeridad, son los más críticos con el fondo de recuperación de la CE.
En una carta conjunta publicada el martes en el diario británico Financial Times, los jefes de Gobierno de esos Estados respaldaban la creación de un fondo limitado en el tiempo, hasta finales de 2022, y destinado a apoyar a los países más afectados por la pandemia.
Sin embargo, pedían que se basará en préstamos que han de ser devueltos, ya que "no hay dinero nuevo, fresco", y toda la ayuda deberá ser costeada por los contribuyentes.
"Cuando esas inversiones se dirigen hacia las necesidades reales y se aprovechan mediante reformas, pueden ayudar a impulsar la economía y hacerla más fuerte y resistente para el futuro", añadían.
En cuanto a los criterios para acceder a los fondos, exigían que fueran "específicos" y relacionados con la pandemia. "Tomar decisiones ahora basadas en estadísticas previas a la crisis simplemente no tiene sentido", subrayaban.
Fuentes comunitarias apuntan que, además de estos cuatro países, hay algunos Estados miembros más escépticos con respecto a las subvenciones de lo que admiten en sus declaraciones públicas.
El criterio del desempleo
Más allá de los 'frugales', los criterios para repartir el fondo de recuperación preocupan a otros Estados miembros, que se oponen a que el nivel de desempleo entre 2015 y 2019 sea determinante a la hora de recibir el dinero.
Así, el Grupo de Visegrado - Hungría, Polonia, Chequia y Eslovaquia- apuesta por que se dé más peso a la caída del PIB que al nivel de paro en los últimos años al asignar la dotación por país, para que esos cuatro Estados no queden en desventaja.
"Debemos evitar una situación en la que un país con más o menos la misma población y más o menos el mismo PIB per cápita situado en el sur de Europa se beneficie del programa mucho más que un país de Europa central", aseguró el primer ministro eslovaco, Igor Matovic, tras una reunión con sus homólogos de Visegrado la semana pasada.
Francia, España, Italia, Portugal y en general los países del sur son los más conformes con la propuesta de Bruselas, que recoge sus demandas de emitir deuda común y dar prioridad a las subvenciones para evitar que su deuda pública se dispare al tomar préstamos.
Alemania también está satisfecha con la propuesta, según varias fuentes europeas.
Bajas expectativas
Fuentes diplomáticas reconocieron que no se esperan grandes avances en la videoconferencia de este viernes, pero constataron que durante julio será necesario cerrar un acuerdo político, por lo que no dieron por descontado que el próximo mes se celebren incluso dos cumbres más.
"Lo que espero es que al menos tengamos un compromiso a nivel de Consejo de acabar esta negociación en julio", agregaron las fuentes.
Mientras tanto, un alto cargo comunitario consideró que esta cita sería un éxito si no se da "marcha atrás" con respecto a la propuesta de la CE.
Fuentes europeas descartan, por otra parte, que en la cumbre vaya a abordarse la renovación de la presidencia del Eurogrupo, después de que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunciase hace unos días que conversará con sus homólogos europeos para "ver si madura" la candidatura de la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.