Son agentes que han estado en primera línea de los disturbios de Cataluña. Han recibido golpes de los radicales, han sido emboscados y sufrieron heridas en los peores compases de los altercados. Algunos, incluso, se movieron entre los encapuchados, ofreciendo una información clave para la detención de los más violentos. Medio centenar de policías nacionales a los que la irrupción del coronavirus amenaza con dejarles sin una medalla por su intervención.
El problema está en los plazos. Los sindicatos tienen la posibilidad de meter en la terna de candidatos a las condecoraciones a los agentes que consideren que merecen la medalla. Tienen de margen entre el 1 de abril y el 31 de mayo para presentar las listas en el Consejo de la Policía, órgano que reúne a los representantes sindicales y a miembros de la dirección del cuerpo.
Pero la pandemia y el estado de alarma han dinamitado toda normalidad en el trabajo de los sindicatos. Alegan que no tienen tiempo para reunirse con las unidades y con los mandos para acotar los casos susceptibles de entrar en la terna de medallas. Por eso, piden que se paralicen los plazos estipulados: temen que el tiempo corra y los candidatos se queden fuera de las propuestas.
Decenas de casos
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) presentó un escrito para resolver las condecoraciones pendientes por los disturbios de Cataluña. Un documento de nueve páginas en los que se detallan decenas de casos de personal que, pese a su actuación en primera línea, no fueron recompensados.
Por ejemplo, el de A.G.B., un agente herido el 18 de octubre en las inmediaciones de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, en la Vía Layetana. Primero le alcanzó un botellazo en la mano. Tras reincorporarse al servicio, un objeto contundente le dio en la cabeza y perdió el conocimiento. Permaneció ingresado en un hospital cuatro días. El sindicato pide que se le condecore con la cruz blanca.
Como este, hay decenas de casos que aún están por analizar. Algunos se quedaron sin condecoración por lo que parecen meros errores burocráticos; todos los compañeros de su unidad fueron reconocidos pero no ellos. Otros son más susceptibles de debate; agentes que tuvieron heridas de diferente consideración pero que se quedaron fuera del reparto por no tener un informe médico.
El sindicato también pide que se dé una medalla a los miembros del Servicio de Información que se desplegaron sobre el terreno y ofrecieron inteligencia operativa para que los despliegues de orden público fuesen más eficaces: "Su labor ha sido esencial tanto para detener a los autores de disturbios y algaradas". Una larga lista de consideraciones sobre la que, a su juicio, no se puede trabajar en la actual situación de estado de alarma.
Un problema burocrático
Pero el problema no termina en los plazos. Hay que añadir otra traba burocrática. Aparte de las medallas, La Dirección ha otorgado una felicitación pública del 'tipo A' -verbal- a todos los policías que participaron en los disturbios. Y la normativa interna establece que no se puede reconocer dos veces a un agente por la misma intervención.
¿Qué ocurrirá con aquellos policías a los que se quiere condecorar pero que tienen ese reconocimiento verbal? El debate está encima de la mesa. Motivos, todos ellos, por los que el SUP pide que se actualice la ley de condecoraciones policiales, que data de 1964.