De las 70 medidas anunciadas por Mariano Rajoy para combatir la corrupción, hay algunas potentes y otras que se quedan en la atmósfera. Pero lo peor es el calendario legislativo que los dos principales partidos manejan para aprobarlas. Del Congreso pasarán al Senado en enero y hasta abril, un mes antes de las elecciones municipales y autonómicas, no verán la luz. Conclusión: el debate entrará de lleno en la campaña y tanto el PP como el PSOE se enfrentan al riesgo de que todas las ganancias se las lleve el partido de Pablo Iglesias, casi virgen en el problema de la corrupción, y Podemos se acabe frotando las manos. La secuencia judicial de los escándalos conocidos en los últimos años tampoco invita a la tranquilidad, se admite en los dos grandes partidos. De hecho, ningún grupo del arco parlamentario está en condiciones de tirar la primera piedra si se presta atención a las intervenciones de ayer en el Congreso.
La presión de Podemos impide al PSOE alcanzar acuerdos con el PP sobre la corrupción
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, carece de margen para pactar con Mariano Rajoy este paquete de medidas, por dos razones: se lo impide el ala izquierda del partido y tampoco se lo facilita la presión electoral que ejerce Podemos. Los socialistas son conscientes de que son los más perjudicados en este ciclo electoral si acaban colocados al lado del PP en cualquier acuerdo de esta naturaleza. Eso explica la respuesta negativa dada este jueves por Sánchez al consenso que le ha ofrecido el presidente. “Este mandato es y será para siempre la legislatura de la Gürtel. El PP lleva veinte años acudiendo dopado a las elecciones”.
En el Gobierno no se esperaba otra cosa, desde el momento en que el PSOE enmendó a la totalidad las dos leyes sometidas este jueves a votación, la que regula la financiación de los partidos y la que aborda el estatuto del alto cargo. El PP solo podrá contar para sacar sus medidas adelante con el voto de los nacionalistas vascos y catalanes, que en este trámite han optado por abstenerse. El resto de los grupos presentaron este jueves tarde sus enmiendas y compiten por llegar más lejos que el contrario.
El PP solo podrá contar con los nacionalistas para aprobar las medidas anunciadas en el Congreso
La paradoja descansa en que tanto el PP como el PSOE saben que en mayo y en las próximas legislativas se enfrentan a un enemigo común y, sin embargo, encuentran serias dificultades para combatirlo juntos. Este jueves hubo referencias directas de Rajoy a este enemigo: “España no está corrompida. No añadamos a la corrupción el infundio porque es peligroso. Se comienza generalizando la corrupción, se culpa a los políticos y se acaba señalando al sistema. A partir de ahí no queda espacio más que para los salva-patrias de las escobas, cuyo único programa consiste en barrer, con las consecuencias de todos conocidas”.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, interpretó así las palabras del presidente: “Para comprobar los efectos que el populismo tiene en cualquier democracia solo hay que darse una vuelta por el mundo para verlo”. Podemos asomó este jueves su programa económico.