La desaparición y muerte de Déborah Fernández en Vigo sigue rodeada de un halo de misterio. La Policía Nacional no ha encontrado explicación a las incógnitas que solicitó resolver la juez sobre la revisión del teléfono móvil de la joven y el acta de recogida del disco duro, según un oficio al que ha tenido acceso Vozpópuli. Más de dos décadas después siguen los interrogantes sobre un caso que sigue en el panorama mediático tras encontrarse unos legajos desconocidos de la investigación tras unas obras en una comisaría de Madrid.
En los últimos días se han producido novedades judiciales en este procedimiento pero sin resultados positivos para el avance de las investigaciones que permitan responder a la gran pregunta: ¿Quién asesinó a Déborah Fernández?. La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tui envió una providencia el 4 de abril con dos cuestiones que tenía que responder la Policía Nacional a petición de Ramón Amoedo, el abogado de la familia de la joven gallega.
Solicitaba al equipo judicial que aclarara si cuando en el atestado hacen referencia al examen del correo electrónico se vinculaba al teléfono móvil de Déborah Fernández o a un ordenador. Una cuestión polémica ya que los agentes mencionaron este aspecto cuando en esa época no se podía consultar este tipo de mensajería.
En ese mismo escrito, la magistrada también pedía a los investigadores que informaran si conocían el documento en base al cual se elaboró el acta de recogida del disco duro, una prueba que desapareció a consecuencia de unas inundaciones. En pocos días la Policía Nacional respondió a ambos requerimientos sin quitar las sombras y dudas que se ciernen sobre este caso.
Un disco duro manipulado
El primer oficio emitido por la Comisaría General de Policía Judicial data del 11 de abril en referencia al examen del correo electrónico. La Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) señalaron que "no se pudo determinar la autoría de las anotaciones realizadas en el citado documento 'diario de gestiones' relativas al examen del correo electrónico de Déborah Fernández". "No es posible pronunciarse acerca de si las alusiones referentes al examen del correo electrónico son relativas a un teléfono móvil o a un ordenador", mantiene.
Ese mismo día la UDEV también trasladó otro oficio relativo al acta de entrega del disco duro. "No se pueden aportar nuevos detalles referentes a la elaboración del acta mencionada", explican. Esta diligencia es de especial importancia ya que los peritos de Lazarus Technology elaboraron un informe sobre este disco duro que determinó que el mismo fue manipulado después de ser entregado a la Policía. La familia reclamó conocer la cadena de custodia y los investigadores presentaron un documento elaborado ya que el texto oficial desapareció durante unas inundaciones.
Los dos oficios de la Policía Nacional no ayudan a buscar respuestas en un caso que sigue teniendo más sombras que luces. "Ya va siendo hora que instruyan como dios manda y se depuren responsabilidades porque estamos en esta situación por su negligente investigación inicial y su desidia durante estos ya 21 años", ha explicado a Vozpópuli, Rosa la hermana de Déborah Fernández.
La historia de Déborah Fernández
La lucha de la familia de la joven sigue vive en los tribunales. Las obras en el Complejo de Canillas de la Policía Nacional en Madrid descubrieron un legajo con pruebas del caso, lo que generó su "indignación". Ante esta situación sus abogados solicitaron a la juez de la causa que el resto de las pesquisas sean realizadas por los investigadores de la Guardia Civil. Una petición que fue rechazada por la magistrada.
El asesinato de Déborah Fernández-Cervera en Vigo sigue siendo un misterio dos décadas después. El caso de Déborah se remonta al 30 de abril del año 2002. Ese fue el último día que se vio a la joven de 21 años en Vigo. Salió de su casa en la zona de Alcabre para hacer ejercicio pero nunca volvió. El 11 de mayo su cuerpo fue hallado a 40 kilómetros de donde residía en una cuneta de una carretera de O Rosal. Estaba desnudo y tapado con la vegetación. Los agentes encontraron indicios de que había sido preservado en una cámara frigorífica.
Ahí comenzó el calvario de la familia de la joven con una investigación complicada en la que la falta de avances obligó en 2010 a dar el caso por cerrado. La lucha de sus seres queridos y su insistencia en la búsqueda de nuevas pruebas fue determinante para que el 7 de noviembre de 2019 se reabriera la investigación de su asesinato. Un caso por el que han pasado cinco magistrados y seis equipos de investigación distintos.
Su exnovio, principal sospechoso
Tanto Rosa, su hermana, como el resto de familiares tuvieron que experimentar la dureza de la exhumación del cuerpo de la joven para logar nuevos indicios. De forma paralela, el Juzgado número 2 de Tui citó como investigado del homicidio al exnovio de la joven Pablo S.L.. Un hombre que siempre prestó testimonios contradictorios incluso con los oficios de la Policía Nacional. Aún sigue en el caso con la misma calificación procesal a la espera de que se obtengan más pruebas. Ahora 20 años después este hombre de origen canario vive a medio camino entre Galicia y Argentina ya que se trabaja en el sector del pescado. Está casado y tiene un hijo.