Los Juzgados de Madrid han recibido una nueva denuncia relacionada con la reunión en el aeropuerto de Barajas entre el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. El sindicato de seguridad privada Alternativa Sindical ha pedido investigar si el Ministerio presionó a AENA para apartar a uno de los vigilantes que presenció el encuentro entre ambos mandatarios en la terminal de vuelos ejecutivos.
El empleado pertenece a la empresa de seguridad Ilunion y lleva en su casa desde el pasado 31 de enero. Se le ha abierto un expediente -que puede costarle el puesto- después de que se publicasen imágenes de la sala VIP en la que días antes habían estado Ábalos y Delcy Rodríguez. En ellas se apreciaban vacías las instalaciones que él custodiaba. Ese mismo trabajador había sido testigo del encuentro mantenido la noche del 19 al 20 de enero. Tras ser apartado, este vigilante acudió a un notario para plasmar lo que vio en una declaración jurada.
Desde el sindicato creen que la decisión de apartarle vino directamente de Fomento, que presionó a AENA para que a su vez hiciera lo propio sobre Ilunion. Al mismo tiempo, entienden que la situación que atraviesa su compañero es una forma de intimidar en caso de que el Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid investigue las denuncias presentadas contra Ábalos por prevaricación. Por todo ello denuncian un presunto delito de coacciones y otro contra la integridad moral del empleado.
Paralelamente, este mismo sindicato ha remitido una carta al propio ministro Ábalos a la que ha tenido acceso este periódico. En ella la recriminan estas presuntas presiones. “Desde nuestro sindicato hemos podido averiguar y así lo han reconocido fuente del Departamento de seguridad corporativa de AENA que nuestro compañero fue apartado por presiones ejercidas desde el Ministerio que usted dirige".
“Es impropio de un Gobierno de izquierdas el cual además se vanagloria de ser un gobierno progresista el perjudicar a la clase obrera. En este caso a un trabajador con una nómina que escasamente roza los 1.000 euros y que el único mal que cometió fue cumplir escrupulosamente con su obligación y su trabajo”, denuncia Alternativa Sindical.
