El embajador de la República Islámica de Irán en España, Hassan Ghashghavi, ha protagonizado uno de los momentos más incómodos de la jornada al evitar el saludo a la reina Letizia en el Palacio Real, donde los monarcas han recibido al Cuerpo Diplomático en una de sus citas tradicionales al inicio del año.
La situación se ha producido cuando ha llegado el turno del diplomático para saludar a sus majestades. Ghashghavi ha estrechado la mano de Felipe VI, pero al llegar el turno de la monarca se ha llevado la mano al pecho y ha pasado de largo. Un gesto que ha inundado de comentarios las redes en lo que, para muchos, se ha convertido en un "desplante" por parte del diplomático iraní.
Motivos religiosos
La propia Letizia, consciente de la situación, sostuvo la mirada sobre el embajador hasta que este abandonó la sala, y solo entonces volvió a mirar al frente para dar la bienvenida a la siguiente persona.
Si bien el gesto se ha interpretado rápidamente en redes como un "desplante" ante la monarca, este mismo se enraíza en motivos religiosos. En Irán, las mujeres y los hombres no se tocan en público, en el marco de los profundos valores del islam chiita en los que se asienta el régimen. Una costumbre que ha salido de las fronteras de Irán para, por unos momentos, generar una incómoda situación en el Palacio Real.