El Brexit, además de provocar el tambaleo de los cimientos de la City, ha activado el temor a una 'fuga de cerebros' en el ámbito académico. Profesores universitarios y alumnos europeos desconocen los derechos con los que contarán, tanto ellos como sus familiares, por su condición de inmigrantes, una incertidumbre que ha llevado al Comité de Educación de la Cámara de los Comunes a estudiar las consecuencias de la salida de la Unión Europea en el ámbito de la Educación Superior.
Constatado el riesgo de un desvío del flujo de estudiantes e investigadores, los parlamentarios han emitido un informe para instar al Gobierno a proporcionar tranquilidad y garantías al sector académico con la mayor urgencia posible. Desde hace meses, varios agentes vinculados a la Enseñanza tratan de evitar un posible "escape" de talentos que pueda ser aprovechado por instituciones de otros países de la Unión Europea.
Muchas universidades de Reino Unido han alcanzado los más altos niveles de reconocimiento internacional gracias a los esfuerzos de miembros de la UE"
"En las universidades del Reino Unido hay muchos nervios por el Brexit, ya que muchas de ellas han alcanzado los más altos niveles de reconocimiento internacional gracias a los esfuerzos de los miembros de la UE que trabajan en ellas. En algunos casos, suponen el 25% del personal docente. ¿Qué significará específicamente el Brexit para estos profesionales? ¿Podrán obtener derechos de residencia ilimitados? ¿Qué pasa con los futuros cónyuges y con los futuros niños? ¿Pueden confiar en el Gobierno indefinidamente después de la decisión del "pueblo"?", plantea Graham Bishop, consultor en integración europea. "Numerosos académicos están haciendo estas observaciones", señala.
Departamentos en riesgo
Consciente de estas dudas, el presidente de la Comisión Parlamentaria de Educación, Neil Carmichael, explica que la "competitividad internacional" de las universidades corre el riesgo de verse dañada por el Brexit. Según ha explicado a la BBC, uno de cada tres académicos de Reino Unido es extranjero, mientras que uno de cada seis pertenece a la UE. Atendiendo a los departamentos, el de Matemáticas y Ciencias sería uno de los más devastados, pues casi el 40% del staff académico son nacionales de países miembros, una cifra que desciende al 35% en el caso de las Humanidades.
El gobierno debe actuar con urgencia para hacer frente a la incertidumbre y evitar el riesgo de una fuga de talentos más allá de nuestras orillas"
La comisión, formada por miembros de múltiples partidos, considera que el derecho a trabajar y quedarse en el país les debería ser otorgado antes de que finalice el año y de forma unilateral, independientemente de que se haya un acuerdo recíproco con los países de la UE.
"El gobierno debe actuar con urgencia para hacer frente a la incertidumbre y evitar el riesgo de una fuga de talentos más allá de nuestras orillas", dice Carmichael. Además, los diputados han destacado el valor económico que supone para Reino Unido el sector de la Educación Superior, haciendo una estimación de 73.000 millones de libras al año.
El informe solicita al Gobierno de Theresa May "controles leves" en lugar de barreras que desalienten a los estudiantes a la hora de aplicar a los programas. Según los diputados, en un país donde existen unos 127.000 estudiantes de países de la UE, debería haber un sistema similar a la "libre movilidad", en lugar de arriesgarse a perder una parte del lucrativo mercado de estudiantes extranjeros.
La Comisión de Educación británica deja clara su postura ante la amenaza del Brexit para la Educación Superior, un campo que suministra unos 750.000 empleos al Reino Unido: ni quiere que los estudiantes extranjeros sean el blanco para reducir la inmigración ni quiere favorecer el "saqueo" por parte de otros centros más allá del Támesis.