No dio ni una sola clase de Filosofía en el instituto, pero sus cómics se han convertido en un gigante de la divulgación de ideas filosóficas por Internet. Desde los existencialistas Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Albert Camus hasta la filósofa post-estructuralista y feminista Judith Butle (Cleveland, EEUU, 1956), pasando por el padre del materialismo dialéctico Karl Marx, todos los filósofos son susceptibles de protagonizar las tiras cómicas que el desarrollador de software Corey Mohley publica semanalmente desde Portland bajo la cabecera de Cómics existenciales. "Un cómic de filosofía sobre la angustia de vivir una vida breve en un mundo absurdo. También chistes", subtitula a modo de explicación.
Tiene 32 años, estudió Matemáticas y las ideas de los principales pensadores las aprendió de forma autodidacta. "La filosofía es un buen área para la comedia porque los filósofos tienden a llevar sus ideas de extremo a extremo y, a menudo, terminan en algún lugar muy alejado de la intuición común [...] Los tratados filosóficos son a menudo muy abstractos, y son muy difíciles de trasladar a situaciones corrientes, como puede ser una reunión para jugar a un juego de mesa", comenta Mohley a altavoz. Aparte de eso, las personalidades de muchos de los filósofos más grandes de la historia son también absolutamente divertidas. "Tendemos a verlos como dioses, que sólo se dedican a desarrollar grandes pensamientos y tienen vidas maravillosas, pero tenemos que recordar que después de todo eran solo personas justas y mostrarles metiéndose en argumentos mezquinos es muy divertido", considera.
La obra del joven estadounidense ha sido recopilada por la editorial de temática liberal Stirner -con sede en Alicante- en formato digital y en papel, en un libro de 320 páginas a todo color que está en fase de preventa y que sale al mercado el próximo 16 de octubre. "Todas las tiras son adaptaciones oficiales al castellano de la publicación semanal de Corey Mohler Existential Comics con traducción y edición de Adriano Fortarezza, revisión de Víctor Olcina y M. Vega, mientras que la elaboración gráfica de rótulos en castellano es de David Martínez. "Para nosotros, Cómics existenciales supone la fusión de diversos elementos que en principio no parecen destinados a converger, pero que aquí se unen de una manera muy natural: la filosofía clásica, la literatura moderna y la comunidad meme de internet", considera Adriano Fortarezza, traductor y editor de Stirner.
"Aunque la mayoría de tiras funcionan de manera independiente, su conjunto acaba conformando un universo propio. Cuando decidimos editar un libro recopilatorio, de hecho, quisimos que su lectura encontrara una cierta cronología que en principio no buscaba cada cómic en particular en el momento en que fue escrito. El precedente directo en este aspecto, en relación a la editorial, fue Mandioca de Eduardo A. Vidal, un libro de relatos en el que pretendimos el mismo tipo de construcción", explica. Así, filósofos y pensadores de todas las épocas, tales como Dostoievski, Platón, Wittgenstein, Nietzsche, Sartre, Sócrates o Spinoza convergen en un mismo tribunal, en una oficina moderna o en un terreno de juego para disputar un partido. Y si el lector no "lo pilla", podrá recurrir a las explicaciones pertinentes sobre las claves del pensamiento de los filósofos que protagonizan las humorísticas viñetas.
Desde Portland, Corey Mohley, que prefiere que su imagen siga siendo un misterio, reconoce que no tiene un background formal en filosofía, que es totalmente autodidacta y que si alguien quiere estudiar filosofía por su cuenta, como él, que es totalmente autodidacta, tiene recursos para hacerlo, tal y como explicó en un artículo de su blog. Sobre cómo convertir en chiste un tratado filosófico, la progresiva pérdida de peso de la asignatura de Filosofía en los currículos o el filósofo que más carcajadas provoca, el autor de Cómics existenciales también ha charlado con altavoz:
¿Cómo un tratado filosófico puede despedazarse en una serie de tiras cómicas?
Para la mayoría de ellas, simplemente aplicando el tratado filosófico a situaciones corrientes como un juego de mesa, la comedia puede surgir de lo absurdo. Las teorías filosóficas son a menudo muy abstractas y difíciles de trasladar a situaciones comunes. Aparte de esto, las personalidades de muchos de los filósofos más grandes de la Historia también son bastante divertidas. Tendemos a ver a los grandes filósofos casi como dioses, que sólo conciben grandes pensamientos y llevan vidas maravillosas. Pero si les mostramos mostrarles haciendo cosas estúpidas y metiéndose en discusiones mezquinas resulta muy divertido. Rompemos esa imagen construida y, a menudo, estamos más cerca de la verdad. Tenemos que recordar que, después de todo, sólo eran personas.
¿Cuál es el filósofo que más te hace reír? ¿Por qué?
La filosofía es un buen campo para la comedia porque los filósofos tienden a llevar sus ideas al extremo absoluto y, a menudo, terminan en algún lugar muy alejado de la intuición común. Ya sea porque invite a dudar de la existencia de cosas que pensamos que son obvias o porque recurra a alguna idea metafísica salvaje para explicar ciertos aspectos, la filosofía puede ser bastante graciosa por sí sola. Probablemente, el ideal de esto sea alguien como David Hume, quien no cree que la causalidad existe ni en el razonamiento inductivo. Si te tomas todo esto en serio y te comportas como si la causa y efecto no existiese, ya es gracioso".
¿Cómo se documenta para hacer sus historietas filosóficas? ¿Le resulta más difícil que para desarrollar otros cómics?
Por lo general, leo y voy a algunas charlas de filosofía, para asegurarme de que estoy haciendo las cosas bien. Sobre algunos filósofos es más difícil estar seguro que con otros, naturalmente, pues los menos conocidos o más oscuros a menudo no tienen tantos buenos resúmenes en internet sobre sus obras y esto lo hace más difícil. Kant, por ejemplo, es un pensador bastante complicado, pero hay un millón de lugares que ofrecen sus grandes pensamientos de manera digerible para el lector, así que es fácil hacerse una idea de sus ideas principales. Para alguien menos conocido, como Simone Weil, no hay mucho de donde tirar, así que tuve que comprar uno de sus libros y leerlo yo mismo cuando quise hacer un cómic con ella.
En España, la Filosofía es una asignatura con un peso cada vez menor en el currículo académico. ¿Cree que es importante que los estudiantes aprendan esta materia en clase? ¿Podría un cómic ser una buena forma de aprender?
Tampoco se enseña en Estados Unidos, lo cual es muy malo. La filosofía es un tema único porque es una de las únicas asignaturas que recoge y presenta el material de los grandes pensadores para luego pedir a los estudiantes que critiquen y debatan las ideas. Les pregunta por qué esas ideas podrían ser equivocadas y este es un método de pensar muy diferente al de las demás asignaturas. Por ejemplo, cuando aprendemos física, no les decimos a los estudiantes que piensen por qué Newton podría estar equivocado al pensar que la fuerza es igual a la masa por la aceleración. No, sólo les decimos que memoricen la fórmula y confíen en que todos los científicos inteligentes tienen la fórmula resuelta.
Les decimos que la ciencia como institución siempre se está cuestionando a sí misma, pero ciertamente no les decimos a los estudiantes que la cuestionen en ese momento. Lo mismo ocurre con otros temas como la historia. Decimos que Napoleón fue derrotado en Waterloo, pero no nos cuestionamos si realmente era él y por qué lo sabemos... Sin embargo, cuando enseñamos filosofía, se espera que los estudiantes se dediquen a cuestionar lo que se enseña de inmediato, y esta es una herramienta muy valiosa para aprender.