Según los datos con los que trabajan el PP y el PSOE, en las elecciones de mayo los socialdemócratas del PSE sacarían una ventaja de 20 escaños al Partido Popular Europeo (PPE), lo que daría al alemán Martin Shulz la presidencia de la Comisión. Como contrapartida, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, el candidato preferido por Alemania, se colocaría al frente del Consejo Europeo. La presidencia del Parlamento de Estrasburgo se la repartirían entre el PPE y el PSE para un nuevo mandato de cinco años, dos y medio para cada uno.
PP y PSOE creen que Shulz será el presidente de la Comisión Europea y Juncker el presidente del Consejo
Los sondeos que manejaban hace un mes los dos grandes partidos sobre estos mismos comicios a nivel de España reflejaban un empate técnico, con una ligera tendencia al alza del PP. Esta inclinación va en aumento y el equipo electoral espera que cuando Mariano Rajoy anuncie la composición de la candidatura, se refuerce todavía más. Las dos formaciones saben que el secreto consiste en movilizar durante la campaña solo a los suyos sin congregar al contrario a las urnas, una estrategia muy difícil de aplicar teniendo en cuenta que quienes realmente actuarán como candidatos serán Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, los únicos que pueden desempeñar eficazmente esta misión en sus respectivos partidos. El desenlace posiblemente será una alta polarización del voto entre los dos grandes.
Las encuestas anticipan que el PP puede conseguir en mayo 21 escaños y el PSOE 16, frente a los 23 y los 21 que lograron hace cinco años
Si todo sale como anticipa la tendencia de las encuestas, los socialistas se quedarían con el 26% de los votos, 12 puntos menos que hace cinco años, resultado que les daría 16 escaños, cinco menos que en 2009. El PP obtendría el 30% de los votos, frente al 42% de entonces y conseguiría 21 eurodiputados, dos menos que en 2009. Se prevé una alta abstención, más elevada que el 55% de las últimas europeas sobre un censo que rozó los 16 millones de ciudadanos. En aquellos comicios, el PP se impuso al PSOE por casi 530.000 votos y una diferencia de dos escaños y cuatro puntos.
Los dos grandes partidos miran, sobre todo, a las consecuencias internas que tendrán para ellos los resultados electorales
Las consecuencias de estas elecciones se miden en los dos grandes partidos, sobre todo, en clave interna. Su resultado hará que Mariano Rajoy pueda caminar con mayor o menor tranquilidad hasta las locales y autonómicas del año que viene y esté en condiciones también, o no, de resistir con el mismo Gobierno. A Rubalcaba, las europeas le condicionarán su carrera hacia las primarias y su decisión de abandonarla y apostar por alguno de los aspirantes en liza o intentar repetir en el cartel electoral.