Discreción frente a exhibición. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quiere que el previsto despliegue en Barcelona de varios cientos de agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP, los célebres antidisturbios) para reforzar la seguridad de los edificios de la Administración central en Cataluña antes, durante y después de las elecciones del 27 de septiembre sea 'muy visible', en contra de lo que se había hecho hasta ahora en situaciones similares. Una postura que cuenta con el respaldo de los cargos de su Ministerio y de altos mandos policiales, pero que se ha encontrado con el rechazo frontal de otros miembros del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Entre ellos, el del titular de Justicia, Rafael Catalá, que considera que demasiada presencia de la Policía en las próximas jornadas puede tener un efecto contraproducente y decantar una parte del voto indeciso hacia las formaciones independentistas como rechazo a dicho alarde, según coinciden en señalar a Vozpópuli varias fuentes consultadas en los últimos días.
Frente a Fernández Díaz, el ministro de Justicia defiende la necesidad de que el despliegue de las UIP en Barcelona sea lo más discreto posible
Un debate dentro del Ejecutivo que debe dilucidarse en las próximas horas, ya que el departamento de Fernández Díaz hace días que comenzó a comunicar a los responsables de las unidades que participarán en el dispositivo su traslado en breve a Cataluña, según han confirmado a este diario fuentes policiales. De hecho, los máximos responsables de la Policía mantuvieron el pasado viernes en Madrid una reunión para decidir qué número concreto de agentes de las UIP participa en el despliegue y, sobre todo, cómo se hará éste. A la misma acudieron el director general, Ignacio Cosidó; su 'número 2', el comisario Eugenio Pino; los comisarios generales de Seguridad Ciudadana e Información, Florentino Villabona y Enrique Barón; y el máximo responsable de los antidisturbios, el comisario José Miguel Ruiz Iguzquiza.
Al cierre de estas líneas no había transcendido el número exacto de efectivos ni el lugar de procedencia de las unidades que integrarán el dispositivo, y que fue decidida en dicho encuentro de altos mandos. Sin embargo, varias fuentes policiales apuntan que será "elevado", en torno a diez grupos, lo que representa cerca de medio millar de agentes. Un número que las fuentes policiales consultadas consideran "muy alto", sobre todo si se tiene en cuenta que en la capital catalana ya hay desplegados de modo permanente dos grupos de las UIP (aproximadamente un centenar de policías) y que las competencias de seguridad ciudadana están transferidas a los Mossos d'Esquadra, que cuentan con su propio grupo antidisturbios, la Brigada Móvil (BRIMO).
Un aparcamiento discreto
Hasta ahora, en los envíos de antidisturbios a Cataluña, Interior había buscado la discreción. De hecho, dichos traslados se producían de manera escalonada e, incluso, se intentaba alojar a los policías desplazados en localidades de los alrededores de la capital catalana, en concreto, en la comarca del Maresme, para evitar que llamase la atención la presencia en las calles de la Barcelona de las numerosas furgonetas con emblemas del Cuerpo Nacional de Policía utilizadas. Además, se buscaban aparcamientos donde dichos vehículos quedasen fuera de la vista de los ciudadanos durante el tiempo que permanecían desplegados. Los agentes volvían también a sus bases poco a poco, para no llamar la atención. Ahora, sin embargo, Interior apuesta por todo lo contrario y quiere que allí donde estén desplegados, su presencia sea claramente visible.
Los máximos responsables de la Policía mantuvieron el viernes una reunión en la que decidieron el número de efectivos que serán trasladados estos días a Cataluña
En principio, estos lugares serán los edificios de la Administración central, desde las sedes de la Capitanía General y de la propia Jefatura Superior de Policía en la capital catalana hasta el edificio que alberga la Delegación del Gobierno, a los que hay que añadir lo que desde el ámbito policial se denomina "infraestructuras críticas". Cuando se pregunta en Interior cuáles serán las funciones concretas de los antidisturbios durante estos días, la respuesta es un lacónico "cumplir rigurosamente con las competencias que tienen asignadas". No obstante, el detalle final y los objetivos finales del despliegue se tomarán en función del contenido de los informes que los responsables de la Brigada de Información están elaborando sobre el riesgo real de altercados y la posible procedencia de los mismos.
De Can Vies al 9-N
No es la primera vez en el último año y medio que Interior hace una demostración de fuerza en Cataluña con el envío de numerosos agentes antidisturbios a la comunidad autónoma. Así, en mayo de 2014, y con motivo de los graves altercados violentos registrados en la capital catalana con motivo del desalojo y posterior derribo del centro Can Vies, el departamento de Jorge Fernández Díaz envió con carácter de urgencia a cerca de 200 antidisturbios. Entonces, como ahora, los agentes fueron destinados a proteger los edificios públicos dependientes del Estado, aunque también recibieron órdenes de prestar ayuda a los Mossos d'Esquadra para hacer frente a los violentos si lo solicitaba el Govern. Esta petición de colaboración no se llegó a producir pese a que los incidentes continuaron durante varios días. Aquellos agentes terminaron retornado días después de modo urgente a Madrid tras conocerse la noticia de la abdicación del Rey y de que las redes sociales se llenaran de llamamientos a la participación en las concentraciones convocadas para esa misma jornada en numerosos lugares de España en apoyo a un referéndum sobre el futuro de la monarquía.
En los últimos meses, Interior ha enviado en varias ocasiones antidisturbios de refuerzo a Cataluña ante la previsión de incidentes. Hasta ahora no han tenido que actuar
Meses después, volvía a producirse el tralado de agentes antidisturbios a Cataluña. Fue en septiembre de 2014, con motivo de la celebración de la Diada de aquel año. Entonces, el departamento de Fernández Díaz envió a 250 integrantes de la UIP en prevención de que se produjeran altercados violentos durante aquella jornada. Los policías recibieron instrucciones de llevar consigo toda su dotación de material antidisturbios. Dicho dispositivo también contó con la participación de los dos grupos de antidisturbios que había desplegados permanentemente en la ciudad y no se descartó, incluso, el envío de otras unidades estacionadas en provincias cercanas o en la frontera si la situación lo hubiera requerido. En total, unos 400 agentes. Desde Interior se justificó entonces parte de este dispositivo en el hecho de que en aquellas fechas se celebraba también en Barcelona el Mundial de Baloncesto.
Sin embargo, pocas semanas después Interior volvió a mandar antidisturbios a la ciudad. La causa fue, entonces, la decisión del Tribunal Constitucional del 29 de septiembre de 2014 de suspender la consulta del 9-N. Los expertos policiales temían que precisamente a partir de esa jornada se iniciase una escalada de la conflictividad en las calles de esta comunidad autónoma y que parte de esos altercados tuvieran como objetivo los edificios oficiales dependientes del Gobierno de Madrid. Entonces fueron cuatro grupos de las UIP, unos 200 agentes, los que acudieron de urgencia a Barcelona en previsión de altercados que finalmente no se produjeron. De hecho, hasta la fecha, todos estos despliegues se han saldado con la vuelta de los agentes sin que tuvieran que intervenir.