Cuando parecían cerrados casi todos los flecos sobre el acuerdo de mejora salarial, un cambio de última hora ha desatado un incendio en las bases de la Guardia Civil. Los agentes de menor rango denuncian que una parte del dinero destinado a mejorar sus salarios terminará en los bolsillos de los mandos. A su juicio, la decisión agrava la brecha entre lo que percibe uno de sus miembros con lo que cobran en otros cuerpos -incluida la Policía Nacional- a final de mes y estudian movilizaciones frente a la dirección del cuerpo.
Asociaciones representativas han manifestado su sorpresa ante el borrador presentado esta semana por la Guardia Civil, donde se modifica el reparto de las productividades. Con la aplicación del tercer tramo de equiparación salarial, esta remesa debía alcanzar casi 50 euros mensuales -supone alrededor del 10% del total del acuerdo- para cada uno de los agentes; la dirección, no obstante, sugiere otro modelo de reparto y redistribuir esa partida en “otros conceptos”.
Una propuesta de última hora que irrita a las bases de la Guardia Civil. Consideran que este modelo beneficia a los mandos del cuerpo y que ellos perderán parte de los beneficios alcanzados con el acuerdo de mejoras retributivas. También afirman que la partida se repartirá bajo criterios menos específicos y, por tanto, sometidos a una mayor arbitrariedad.
Asimismo, lamentan que los servicios extraordinarios se abonen bajo una “tarifa plana” de 80 euros: “No es lo mismo un servicio extraordinario en un fin de semana cualquiera que el día de Navidad, por poner un ejemplo”, señalan fuentes conocedoras de la propuesta a Vozpópuli.
División de criterio
Cabe recordar que el acuerdo de equiparación salarial, que pretendía acordar los sueldos de policías y guardias civiles con otros cuerpos autonómicos -principalmente con Mossos d’Esquadra- tenía pendiente el pago del tercer tramo, que había generado un hondo debate entre uniformados de azul y de verde: el Ministerio del Interior había pedido a asociaciones y sindicatos que se pusieran de acuerdo en el reparto de los 247 millones de euros correspondientes.
Los guardias civiles trabajaron prácticamente en unidad de acción para alcanzar sus objetivos. Una vez alcanzados, la dirección del cuerpo gestiona cómo se reparten los fondos; punto en el que surgen diferencias de opiniones. Las asociaciones que representan a un mayor número de agentes de las escalas básicas rechazan de plano esta propuesta sobre las productividades.
Tensión en las negociaciones
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ya ha anunciado protestas frente a la Dirección General del cuerpo, en Madrid, “para que el borrador de Productividad no siga adelante”: “Ha sido el detonante para que AUGC anuncie movilizaciones en contra del plan”. También ha hecho un llamamiento al resto de asociaciones a “sumarse” a su convocatoria.
Otros grupos representativos, como Independientes de la Guardia Civil, aseveran que esta propuesta amplía la brecha respecto a los policías nacionales. Sobre los servicios extraordinarios, afirman que “el Cuerpo Nacional de Policía ya hace años que los tiene regulados”: “Consisten en que la Dirección General decide qué comisarías o destinos pueden hacerlos, y los Policías que en sus días libres deciden voluntariamente acudir a realizarlos cobran entre 80 y 140 euros”. Y añaden: “La Guardia Civil ha querido copiar este tipo de servicio pero a lo low cost”.
Sobre la productividad, Independientes de la Guardia Civil afirma que “la Dirección General de la Guardia Civil pretende detraer dinero de las familias” de los agentes “de base” y destinarlo “a los generales que están en la cúpula”.
La propuesta está encima de la mesa y la dirección y asociaciones debatirán sobre su futuro. Las negociaciones, de partida, están marcadas por la tensión.