España vacía, España vaciada, revuelta o 15-M rural. La proliferación de plataformas provinciales en zonas más o menos despobladas de España no es un movimiento homogéneo, ni por supuesto espontáneo. El término España vaciada se ha convertido en un cajón de sastre en el que se mezclan problemas del mundo rural con otros relativos a infraestructuras o de calidad de los servicios públicos.
La multiplicación de estas organizaciones ha supuesto la entrada de líderes rebotados de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, que han subido a esta ola para perpetuarse en política. La intervención del lobi creado por Manuel Campo Vidal, y su red de periodistas activistas, está jugando un papel decisivo en la multiplicación de estos grupos, que además han contado con una comprensión en La Moncloa de la que Pedro Sánchez reniega ahora.
Todo cabe en la nueva España vaciada. Teruel y Soria en el norte, Extremadura y Cuenca en el centro o Jaén, Huelva y Málaga, en el sur. Los problemas de Teruel y Málaga están en las antípodas, pero a los dos se les mete en el mismo saco. Cada movimiento ha nacido por razones diferentes, que en muchos casos nada tiene que ver con la despoblación o el agravio territorial. La explicación hay que buscarla en batallas internas entre dirigentes de partidos políticos tradicionales.
¿Qué es la España vaciada?
Las dificultades que origina la despoblación en algunos territorios, que existe, se confunde con procesos de descarbonización que han deprimido determinadas comarcas, una tendencia mundial de huida desde el campo a la ciudad y denuncias de falta de infraestructuras o de una deficiente prestación de servicios públicos en materia de Sanidad o Educación. Este discurso del agravio ha actuado como gasolina en estas provincias cuando, por ejemplo, el Gobierno pacta los Presupuestos para beneficiar a comunidades donde gobiernan nacionalistas y separatistas.
El impacto de las futuras candidaturas electorales de estos partidos "cantonalistas y populistas" -en palabras del presidente de Aragón, Javier Lambán- es todavía una incógnita. De hecho, ha generado un agrio debate entre las empresas de demoscopia sobre cómo valorar y asignar escaños a estas fuerzas políticas, de las que todavía no se sabe si concurrirán a todos los procesos o solo a algunos. En la III Asamblea General de la España Vaciada participaron casi 100 organizaciones. Estaba Cuenca, Jaén, Teruel o Soria, pero no Huelva y sí Burgos. Según sus propios cálculos, este movimiento pone en juego al menos 90 diputados en el Congreso si todos deciden presentarse a las elecciones en sus respectivos territorios.
Teruel Existe es el origen de todo y el espejo en el que mira este movimiento. Una plataforma nacida hace más de 20 años y que estaba moribunda hasta que la resucitó un anuncio de Ikea. Se presentó a las elecciones generales de noviembre del 2019. Logró un escaño y dos senadores tras ser la fuerza más votada en esta provincia aragonesa.
Sus representantes en las Cortes cumplen un patrón que se ha repetido en otros movimientos. El diputado Tomás Guitarte residía en Valencia y ni siquiera pudo votarse a sí mismo en las elecciones. Actualmente, según el propio Guitarte, su domicilio esta en el municipio de Cutanda, Teruel. Uno de los senadores de esta agrupación de electores, Joaquín Egea, ha estado en la órbita del PSOE, Podemos y ahora Teruel Existe.
Rebotados de PSOE y PP en Cuenca y Málaga
El caso de estas plataformas como refugio de “oportunistas” y buscavidas de la política se repite en otros territorios. Uno de los casos más singulares es el de Cruz Fernández, líder Cuenca Ahora. Fernández fue director general de Relaciones Institucionales y Asuntos Europeos en la Junta de Castilla-La Mancha.
El PSOE de Emiliano García Page le cesó. Fernández intentó recolocarse como subdelegado del Gobierno en Cuenca tras la moción de censura de Sánchez. Page, de nuevo, le vetó. Fue entonces cuando se subió a la marea de la España vaciada con Cuenca Ahora sin “haber vivido en Cuenca en su vida”, dicen fuentes consultadas por este diario. “Hoy vive en un chalet de Pozuelo de Alarcón (Madrid), aseguran estas fuentes.
Dos casos muy particulares se han producido en Andalucía. Por mi Pueblo es una formación de la provincia de Málaga que, con el pretexto del desagravio territorial, ha dado cobijo a rebotados del PP y Ciudadanos. De hecho, el partido nace de una escisión del PP encabezada por Abdeslam Lucena, enemigo provincial del hoy todopoderoso consejero de Presidencia de la Junta de la Andalucía, Elías Bendodo. A Lucena le ha secundado el exalcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, también del PP. Y a exdirigentes naranjas en la provincia como Juan Cassá y Juan Carlos Maldonado se les sitúa en la órbita de Por mi Pueblo. Maldonado abandonó Ciudadanos esta semana pero conserva su acta en la Diputación de Málaga.
Por Huelva es otro ejemplo parecido. Y cuenta en sus filas con numerosos exafiliados de Ciudadanos. Cada uno de estos movimientos tiene en sus filas perfiles similares. Se trata, dicen fuentes consultadas por este diario, de “oportunistas” de la política que han detectado esta ola creciente de malestar por el agravio territorial y se han subido a la misma sin dudarlo. Lo que mueve a Por mi Pueblo o Por Huelva está en las antípodas de Levanta Jaén, que ha reunido a casi 15 plataformas de la provincia con la intención de concurrir a las próximas elecciones andaluzas.
El papel de Campo Vidal
Jaén se reivindica como un territorio abandonado frente al impulso que, por ejemplo, se le ha dado a Málaga, que tiene muy difícil quejarse de falta de infraestructuras. Tampoco se puede decir que los movimientos extremeños como Milana Bonita, que reclama un tren digno para su región, tenga nada que ver con Huelva. Sin embargo, todos quieren ser parte de lo mismo. Soria, por ejemplo, también cuenta con plataformas a imagen de Teruel Existe desde hace 20 años.
Una de las personas que juega un papel determinante en la amplificación de estos mensajes y la organización de los movimientos es Manuel Campo Vidal, que está detrás de casi cualquier congreso o reunión que organizan estas plataformas. El periodista, nacido en un pequeño pueblo del norte de Aragón -Camporrells, Huesca-, se reivindica como "un hijo de la España vaciada". Y ha impulsado un sinfín de foros y seminarios sobre esta problemática desde su escuela Next International Business School, en la que ha creado una cátedra de despoblación y reto demográfico.
Campo Vidal también ha puesto en marcha la red de periodistas rurales que reúne a profesionales de estos territorios. Esta red ha amplificado de manera decisiva el discurso de estos grupos, asentando la sensación de agravio en sus respectivas opiniones públicas. "Nuestra voluntad es mover mediáticamente el asunto para ponerlo en la agenda política. Y creo que lo hemos conseguido", asegura Campo Vidal en conversación con Vozpópuli. "La red se ha limitado a intercambiar cosas que se publicaban. Nada más".
Campo Vidal redactó y leyó el manifiesto de la manifestación que la España vaciada celebró en Madrid el 31 de marzo del 2019. "España tiene que resolver el desequilibrio territorial que tiene", explica. "El 80% de la población estamos viviendo en el 15% del territorio". En su opinión, el salto electoral de estas plataformas abre ahora muchas incógnitas sobre el futuro de este movimiento.
"España vaciada es ahora el nombre de una probable candidatura. Están en su derecho y es legítimo. Y es importante recordar que movimientos como el de Soria y Teruel existen desde hace más de 20 años", señala. "A partir de aquí lo que se necesita son soluciones. Lo que no se necesita es decir cosas absurdas como que necesitamos un AVE donde no tienes población ni para llenar un vagón. Hay que ser sensatos".
Sánchez: de la complicidad a la preocupación
Esta marea de partidos amenaza los equilibrios de poder en muchos municipios (grandes y pequeños), parlamentos autonómicos y las Cortes Generales. PP y PSOE han comenzado ha organizarse para intentar apagar este incendio antes de que sea demasiado tarde. La cumbre de ocho comunidades esta semana en Santiago (Galicia) quizá no hubiera sido posible sin la presión que sienten los grandes partidos ante el avance electoral de estas plataformas.
El Gobierno de Sánchez nunca prestó demasiada atención a este fenómeno. Incluso mostró cierta comprensión hacia Teruel Existe cuando el diputado Guitarte decidió apoyar su investidura. El PSOE y en especial el exdirector de Gabinete, Iván Redondo, vio en estas plataformas una oportunidad de desgastar al PP y sumar apoyos para futuras mayorías.
Esa visión ha cambiado, según explican fuentes socialistas. El PSOE ha perdido fuelle en las encuestas y esta fuga de votos no le conviene, en especial si no es la primera fuerza política del país. Los avisos lanzados por los barones territoriales han terminado de convencer al presidente de que es necesario parar este fenómeno ante el riesgo, por un lado, de seguir cediendo votos. Y, por otro, de enfrentarse a parlamentos ingobernables.