De entre todas ellas destaca ACS. Las posiciones cortas sobre la empresa presidida por Florentino Pérez han pasado del 0,5% del capital antes del citado veto para los valores financieros hasta casi el 2,5% que presentan actualmente.
En este periodo, los fondos especuladores han comprado acciones del grupo de construcción e infraestructuras por valor de más de 176 millones de euros. Llama la atención la actividad de Amber Capital, uno de los más activos en la bolsa española, que se ha hecho con más de un 1% de la compañía.
Los cortos también se han cebado en Sacyr Vallehermoso, inmersa actualmente en la refinanciación de su deuda relacionada con la compra del 20% del capital de Repsol YPF. Desde que se prohibieron las posiciones cortas en valores del sector financiero, los cortos han elevado sus posiciones sobre Sacyr hasta el 2%, desde el 0,8% anterior, de acuerdo con los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)
La tercera en discordia es Ferrovial, en la que los especuladores también se han fijado, aunque con menor intensidad, ya que han incrementado su presencia en la empresa de la familia Del Pino hasta el 1,5% desde el 1% que controlaban antes del verano.
Sin duda, se trata de las tres empresas que en este momento presentan un mayor riesgo desde el punto de vista de sus abultadas deudas, donde los especuladores han encontrado el sustituto ideal para las compañías financieras en las que, por el momento, no pueden entrar, tanto en España como en Francia, Italia y Bélgica, entre otros mercados.
Tanto ACS como Ferrovial pusieron en marcha un programa de desinversiones para tratar de reducir sus respectivas cifras de deuda mientras que Sacyr Vallehermoso se está planteando la venta de una parte del paquete de acciones de Repsol YPF que están en su cartera.
No obstante, la empresa del sector que tiene mayor presencia de posiciones cortas es FCC. Los especuladores cuentan ya con un 5% de su capital, un paquete valorado a precios de mercado actuales en 103 millones de euros. En cualquier caso, durante el periodo de prohibición para las posiciones cortas, el peso de éstas en la compañía controlada por Esther Koplowitz apenas se ha incrementado.
En total, las posiciones cortas sobre el sector constructor están valoradas en 560 millones de euros, lo que consolida este grupo de empresas como el favorito de los especuladores, sólo por delante de bancos, aseguradoras y firmas relacionadas con el negocio bursátil.