Unicaja y Caja España-Duero tenían previsto sumar, antes del fin de noviembre, otro socio a su proceso de fusión. "Las negociaciones con Liberbank (el grupo liderado por Cajastur) se encuentran muy avanzadas. Incluso, cercanas a un acuerdo", apuntan fuentes del sector. Su posible entrada conformaría una entidad con algo más de 120.000 millones en activos, tamaño solicitado por los mercados para operar sin ningún tipo de restricción en los mercados mayoristas cuando vuelva a fluir el crédito en el interbancario.
Sin embargo, el Banco de España ha paralizado cualquier proceso de nueva integración hasta que la caja malagueña no cierre su fusión con las cajas castellanas. Así se lo ha comunicado el supervisor a Braulio Medel, presidente de Unicaja, entidad que tiene un 70% de participación en la nueva entidad.
La prohibición del organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez se basa en la falta de sinergias que destila este proceso. Por una parte, las dos cajas castellanas aún no han cerrado su integración, con duplicidad de consejeros y sin haber unificado sus servicios centrales. Por otra parte, a pesar de llevar más de seis meses de negociaciones entre Unicaja y Caja España-Duero, la fusión aún está muy poco avanzada.
Desde que el pasado septiembre los consejos de ambas entidades ratificaron el contrato de integración, para conformar el tercer mayor grupo de cajas, con unos activos de 80.000 millones de euros, apenas se han dado pasos en el camino hacia la fusión que debe formalizarse el próximo 15 de diciembre. De hecho, existe una cláusula en el contrato de integración que posibilita romper el acuerdo hasta esa fecha si alguna de las dos entidades así lo estima oportuno.
Hasta el momento, en los Consejos tanto de Unicaja como España-Duero se desconoce si las dos entidades segregarán su negocio financiero en un único banco o, por el contrario, cada caja operará su propia ficha bancaria. Incluso, en algún momento del proceso, se había apuntado la posibilidad de utilizar uno de estos dos bancos como banco malo al que aportar todos los activos nocivos de la nueva entidad para no castigar a la nueva sociedad cotizada.
"Ahora todo está abierto porque no se concreta nada", apuntan un par de consejeros de España-Duero. El otro aspecto en el que tampoco se han movido fichas es en la integración laboral. Hasta el momento, en las reuniones entre los sindicatos y las dos cajas sólo se ha establecido el marco formal del calendario. "No se ha hablado para nada de la unificación de los dos convenios que será uno de los mayores puntos de fricción en el proceso", explican fuentes inmersas de la negociación.
Otra china ha aparecido en el proceso. La millonaria prejubilación de Francisco Fernández, ex alcalde de León, que percibió algo más de 520.000 euros por su salida de Caja España-Duero, tras 38 años en la entidad. Braulio Medel ya ha comunicado a los directivos de las cajas castellanas que revisen las remuneraciones de su cúpula porque no quiere que aparezcan nuevos escándalos de este tipo. "Medel no quiere que se repita una situación similar a la de Novacaixagalicia (las prejubilaciones de cuatro ex altos cargos superan los 28 millones de euros)", aseguran fuentes del sector.
El aviso ha calado entre la cúpula de Caja España-Duero que, en su próxima reunión del Consejo, hará público, como así lo ha solicitado Medel, las remuneraciones de todos sus altos directivos.