La hecatombe vivida este miércoles en el socialismo madrileño activa las posibilidades de Esperanza Aguirre para la candidatura al Ayuntamiento de la capital. La presidenta del PP regional fue la primera en plantarle cara a las huestes de Pablo Iglesias, de hacerles frente sin miramientos, en contra de la estrategia diseñada por Arriola de ignorarlos porque eran cuatro 'frikis'. Cuando en su partido ni se hablaba de ellos o se miraba hacia otro lado, pensando que se extinguirían de muerte natural, Aguirre les recordaba sus vínculos con el chavismo totalitario y su simpatía ideológica hacia el mundo de ETA. Le costó una querella. "Pretenden amedrentar al adversario, amenazarlo, silenciarlo", dijo entonces Aguirre en una de las comparecencias en el juzgado.
La izquierda en desintegración
Con un socialismo en proceso de desintegración en Madrid, y una Izquierda casi enterrada por Tania Sánchez, los analistas de Génova ya no dudan de que el voto de izquierdas se movilizará masivamente en favor de Podemos. Una panorama inquietante. Madrid es plaza clave y algo más que un símbolo para el PP. De ahí que la figura de Aguirre vuelva a cobrar fuerza en ese tejer y destejer de las candidaturas madrileñas.
Los analistas de Génova ya no dudan de que el voto de izquierdas se movilizará masivamente en favor de Podemos
La lideresa, que aparece siempre en la cabeza de las encuestas, incluidas las que cocina su cordial enemigo Pedro Arriola, es ahora la única figura capaz de movilizar a un electorado que se muestra abúlico, escéptico o cabreado. El arriolismo aseguraba hasta ahora que Aguirre no es la mejor opción porque moviliza excesivamente a los rivales. La eterna teoría. Pero tras el estallido socialista, piensan en Génova que se necesita el tirón de una Esperanza para despertar a los suyos de la actual somnolencia y plantar cara a la embestida de Podemos, sumamente fuerte en las encuestas por Madrid.
Los ritmos y los tiempos
Este viernes se reúne el comité electoral del PP, que ya dio las bendiciones a las candidaturas de Moreno Bonilla por Andalucía y a Monago por Extremadura. No se esperan enormes sorpresas. El lunes 16 se reúne el Comité Ejecutivo, donde tampoco se prevén novedades. Las presiones llueven con insistencia sobre Rajoy para que desvele cuanto antes al menos las listas por Madrid. Pero el presidente del partido no comulga con estas inquietudes. Sigue a su ritmo. Y parece que sin modificar sus planteamientos iniciales. Es decir, Aguirre candidata para el Consistorio e Ignacio González a la Comunidad.
Un llamativo movimiento de juego sucio interno hizo trastabillar a este 'ticket' hace sólo unos días. Incluso cayó intensa metralla sobre el actual presidente de la Comunidad. Fuego amigo. Proyectiles teledirigidos desde Moncloa, desvelan fuentes conocedoras de la intentona frustrada. Pero el desastre del PSOE obliga al Gobierno a apostar sobre seguro, según las teorías que circulan en Génova, donde se defienden estos dos nombres. Cristina Cifuentes y Lucía Figar también andaban en las quinielas. Pero Aguirre es el 'martillo' de Podemos. Un arma muy necesaria, casi imprescindible en la nueva situación madrileña, aseguran estas fuentes.
Aguirre es el 'martillo' de Podemos. Un arma muy necesaria, casi imprescindible en la nueva situación madrileña
El terremoto del socialismo madrileño descuadra radicalmente el tablero político. Un corrimiento de tierras inesperado, una réplica, corregida y aumentada del cataclismo de IU. La batalla de Madrid está resultando devastadora antes de arrancar. Ningún partido, salvo UPyD, tiene aún candidato. Ni a la alcaldía ni a la Comunidad. Y ya se han vivido dos estropicios. Tania Sánchez y su defección de IU, y Tomás Gómez, fulminado al amanecer.
La convulsión vivida ayer en el PSOE se ha recibido en el Partido Popular como una mala noticia. El bipartidismo se resiente. Rajoy ha intentado amparar y hasta ayudar a Pedro Sánchez frente a la irrupción de Podemos. Los socialistas son necesarios para el equilibrio institucional. Este panorama se desmorona, piensan en Moncloa.
Por eso el PP reclamaba a su cúpula una respuesta rápida a las dudas sobre las candidaturas por Madrid. "Ahora ya estamos todos iguales", decía Ana Botella, alcaldesa saliente. Ninguno de los grandes tiene candidato. De ahí las presiones que se intensifican sobre Rajoy. "En Madrid hay que despejar el suspense cuanto antes para transmitir una imagen de seriedad y solidez", comentaban en fuentes del PP madrileño. Pero Rajoy sigue a su ritmo. Y no será Tomás Gómez quien se lo altere.