España

El Gobierno cree imposible reducir a la mitad los diputados de la Comunidad de Madrid

Partidario de una disminución, cree que la Cámara debería rondar sobre los cien parlamentarios autonómicos para mantener los porcentajes de representatividad

De nuevo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, consiguió sorprender a todos, incluido el Gobierno, con su propuesta de reducir a la mitad el número de diputados autonómicos de la Cámara regional, pasando de 129 a 65. No es que fuera un debate inédito, ni mucho menos, pero sí la proporción del corte. Porque no faltan en el Ejecutivo y en su partido los que comparten los argumentos de la oposición madrileña en el sentido de que una reducción tan drástica en el número de parlamentarios autonómicos puede afectar a la proporcionalidad de la representación.

Es cierto que la Cámara madrileña comienza ser casi elefantiásica. 129 diputados para una población de 6.489.680 a 1 de enero de 2012 es una proporción mucho mayor a la relación escaño/habitante a la que tiene el Congreso de los Diputados, que debería acercarse a los 938 parlamentarios nacionales. Pero para mantener cierta proporcionalidad corregida, la cifra más adecuada en la Asamblea  de Madrid estaría en torno a los cien diputados, lo que, afectos de representatividad, no afectaría al actual reparto de fuerzas. Una Cámara muy reducida beneficia al partido más votado y, en cambio,  la proporcionalidad crece conforme lo hace el número de representantes.

Sin límite en el número de parlamentarios

Y es que a diferencia de lo que pasa en el Congreso de los Diputados, --en que no se ha variado el número de parlamentarios a pesar del crecimiento de la población en los últimos treinta años—en la Comunidad de Madrid, al igual que en otras regiones, crece en un diputado, en este caso, por cada 50.000 habitantes nuevos. El Palacio de la Carrera de San Jerónimo podría aumentar hasta los 400 parlamentarios según recoge la Carta Magna, pero Madrid no tiene límite, situación que intenta paliar Esperanza Aguirre.

Una vez más, la presidenta de Madrid ha conseguido llevar la iniciativa y ponerse al frente de un debate que suscita muchos adeptos entre la ciudadanía pero que Gobierno y PP temen que acabe escapándose de las manos. Para el secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez,  se trata de una “cortina de humo” destinada a desviar la atención de los “recortes” en materias como “sanidad, educación y salarios de los empleados públicos. Ha hecho –agregó—lo que hizo hace unos días con el partido de fútbol del Athletic de Bilbao con Barcelona: intentar desviar la atención de los ciudadanos”, para acabar calificando esta iniciativa de “ataque permanente al sistema democrático”.

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