Marisa, una vecina de 89 años de Puente de Vallecas, fue abordada en su portal por dos técnicos de la luz. Estos hombre la dijeron que tenían que revisar los enchufes de su casa. Mientras robaban en su vivienda, esta mujer se tuvo que sentar en el sillón con las piernas en alto para evitar calambres. Algo no la cuadraba a esta madrileña y se dio cuenta de que la estaban robando. Marisa denunció ante la Policía Nacional. Otros muchos lo sufren pero no lo dicen por el estigma social.
Muchos de nuestros mayores son víctimas de este tipo de estafadores pero no lo acaban denunciando. ¿La razón?. Que tienen miedo a que vuelvan este tipo de ladrones y tomen represalias. y también que sus hijos crean que pierden sus facultades y necesiten más ayuda.
A Marisa la robaron 1.000 euros
Marisa ni corta ni perezosa fue a Comisaría nada más darse cuenta de la situación. Estos dos falsos técnicos de la luz tardaban mucho en su trabajo y ella les siguió la corriente. La hicieron hasta quitarse los pendientes, las joyas, las alianzas.. todo para no sufrir calambres. También le pidieron sus datos de la cuenta bancaria y le sacaron unos mil euros.
La historia de esta vecina de Vallecas acabó bien porque los agentes de la Policía Nacional detuvieron a estas dos personas. Empleaban la excusa de que las víctimas estarían pagando de más en su factura para acceder a las viviendas y realizar una supuesta inspección.
Según las pesquisas de los investigadores, los presuntos autores de los hechos acudían de forma inmediata a un cajero automático para extraer el dinero. Finalmente, fueron identificados y arrestados.
El coronavirus frenó las estafas
Las estafas a las personas mayores se han incrementado año a año y van variando su modalidad. Solo bajaron con la pandemia. El coronavirus hizo que muchos de estos ancianos no salieran de sus casas. Esta circunstancia hizo que los ladrones bajaran la guardia.
Estos delincuentes utilizan todo tipo de métodos para buscar a sus víctima y van variando según la época del año, según explican fuentes policiales a Vozpópuli. Se hacen pasar por teléfono por representantes de grandes empresas o simplmente encuentran a sus objetivos en la vía pública y les piden dinero.
El método más utilizado en la actualidad es la ansiada declaración de la Renta. Ya puede ser por mensaje de texto o por correo electrónico buscan que los mayores pulsen la dirección equivocada. Hace unos días, la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) alertó de esta práctica.
Son un timo en el que caen tanto internautas jóvenes como mayores. El objetivo de estos estafadores es conseguir los datos personales y bancarios para después utilizarlos o venderlos a terceros. Este tipo de prácticas tiene un periodo estipulado, que es la campaña de la renta, pero es exprimido al máximo por sus partícipes.
El enemigo está en casa
También hay quien padece una falta de escrúpulos mayor. El presidente de la Asociación Cultural de Mayores de Fuenlabrada (ACUMAFU), Marcelo Cornellá, remitió a principios de año una carta a la Fiscalía General del Estado y al Defensor del Pueblo.
Este hombre alertaba del aumento de "posibles estafas" a ancianos por parte de "cuidadores e hijos sin escrúpulos" para que les den poderes ante notario para operar con sus "cuentas bancarias, gestiones de bienes y poder vender las propiedades".
Venta de biblias
Otro de los enganches que utilizan estas personas son las ventas de objeto, que en realidad carecen de valor. En el municipio de Móstoles fueron detenidos dos falsos comerciales de una empresa que vendían biblias a personas mayores solas de la localidad.
Llamaban por teléfono a sus víctimas y les exigían el pago de una antigua deuda, por la supuesta adquisición de una colección de libros, que no había abonado.
En todos estos casos, la Policía Nacional recomienda a las personas mayores que no se fíen de desconocidos, no dejen pasar a sus domicilios a este tipo de individuos y no divulgen sus datos personales, que pueden ser utilizados por terceros.
