El PSE tiene vocación de aguantar todo lo que pueda al frente de la Lendakaritza y así se lo ha confesado a sus antiguos socios parlamentarios, el PP vasco. El deseo de Patxi López es terminar la legislatura, de modo que se plantea un escenario electoral autonómico para febrero, aunque esta voluntad puede chocar con la realidad de una situación muy, muy precaria, por la que le toca gobernar con 25 diputados de los 75 que tiene la cámara autonómica. Esa dificultad objetiva lleva a conclusiones muy distintas en los partidos de la oposición, que trabajan en cambio con la previsión de un adelanto para el mes de noviembre, entre otras cosas porque le será imposible a López aprobar los presupuestos para el año 2013.
En principio no parece que haya demasiadas dificultades para que el Gobierno vasco llegue a verano. No hay grandes cuestiones que tenga que debatir el Parlamento y, por tanto, tampoco derrotas que hicieran visible una y otra vez la soledad del Gobierno. Es más, intentan no quedarse solos en las cuestiones de trámite y se acercan al PP o al PNV según los casos. La única iniciativa importante para estos meses en la Ley Municipal Vasca, pero, según fuentes populares, los socialistas "la dan por perdida".
Además, a finales de septiembre toca el debate de Política General, que desea protagonizar Patxi López. Pero si hay dos citas importantes en el calendario vasco, esas son el 20 y 25 de octubre. La primera, porque se cumple un año del comunicado de ETA en que anunció el cese definitivo de su actividad terrorista, lo que quiere capitalizar el PSE como uno de los logros de la legislatura, la primera en que no ha habido un gobierno nacionalista en la Lendakaritza. Se trata, sin duda, de una cuestión capital para los socialistas vascos. También el día 25 hay otro aniversario, el del Estatuto. PSE y PP acordaron elegir esta fecha como fiesta oficial en Euskadi para conmemorar la aprobación del Estatuto vasco, del que se cumplen este octubre 33 años.
Desastrosas perspectivas electorales para López
Así, la idea del PSE es disolver a finales de año para convocar en febrero, esto es, acabar la legislatura (las elecciones de 2009 se celebraron el 1 de marzo junto a las gallegas). Y esta idea también responde a las desastrosas perspectivas electorales de López si se hace caso de los sondeos, aunque las encuestas han demostrado demasiadas veces su inutilidad. No sólo el PSE podría convertirse en la cuarta fuerza política por detrás de PNV, de los abertzales, y del PP, sino que sondeos de los populares arrojan un dato nada desdeñable: hasta un 20 por ciento del voto que consiguió López en 2009 está desencantado con el discurso socialsitas vasco y podría dirigirse hacia un PP centrado y moderado. Eso dicen los sondeos, aseguran en el PP vasco, "pero otra cosa es que finalmente nos voten".
El PP quiere ser determinante para que el PNV no dependa solo de los votos de los abertzales
En todo caso, la formación liderada por Antonio Basagoiti "luchará por esos desencantados que esperaban que Patxi López hiciera algo que luego no ha hecho" desde la defensa del constitucionalismo. Los populares creen poder "aguantar el tirón" y aspiran a quedarse con el escaño que UpyD tiene en Álava y que la formación magenta puede perder, dado que ningún sondeo le da por encima del 1,7 de voto, y eso que el mínimo para obtener representación parlamentaria en el País Vasco es del 3 por ciento, frente al 5 por ciento en la mayoría de las Comunidades.
La gran incógnita es qué va a hacer el PNV ante una izquierda abertzale que puede conseguir uno de los mejores resultados de su historia. En definitiva, los nacionalistas vascos se juegan la hegemonía del nacionalismo y temen que cualquier veleidad con el PSE o con el PP contribuya a alimentar a los Sortu, Amaiur, Bildu o cualquiera que sea la marca bajo la que se presenten los abertzales. Desde el PP aseguran que al PNV "lo que más le preocupa es gobernar teniendo a éstos a raya --en alusión a los proetarras-- Por eso es importante que el PNV no esté colgado de la brocha de ellos sino que nosotros seamos determinantes", de modo que los nacionalistas también puedan apoyarse en el PP, partido que, en ningún caso, gobernaría con el PNV, afirman tajantes.