-Zaragoza-. Pedro Sánchez ha escuchado una palabra impronunciable este jueves en Zaragoza. Pese a que Moncloa intenta dar por enterrada la crisis abierta por la inclusión 44 etarras en las listas electorales de Bildu -con quien el PSOE ha cerrado varios pactos esta legislatura-, la banda terrorista ETA ha perseguido al presidente del Gobierno en el auditorio de la capital aragonesa. Y muy a su pesar. El jefe del Ejecutivo autonómico y candidato a la reelección, el también socialista Javier Lambán, ha escupido el nombre de marras ante la manifiesta incomodidad de su jefe de filas en Ferraz, quien, además, ha podido ver el famoso 'que te vote Txapote' en un cartel de protesta en la entrada de un edificio colindante.

Lambán, que profesa una fuerte animadversión al presidente del Gobierno, ha sido claro: "Nosotros, los socialistas aragoneses, pensamos que con los herederos de la banda terrorista no hay que tener ninguna relación. Pero es abyecto, miserable, obsceno e inmoral la utilización que el PP hace del terrorismo y de ETA. Sobre todo por parte de un partido que, a veces, ha pactado con los herederos de ETA y que, en un momento, su presidente Aznar llamó movimiento de liberación nacional".

El presidente de Aragón tiene un anhelo antes de 2036, el año del centenario del estallido de la guerra civil española. Lambán también ha deslizado ante el presidente algunas de sus preocupaciones sobre España intensificadas por los pactos de Moncloa en el Congreso con partidos independentistas como el propio Bildu o ERC: "El proyecto nacional en los últimos 20 años viene ofreciendo algunas grietas. Antes de que se cumpla el primer centenario de la guerra civil, hemos de procurar cerrar todas las heridas pendientes. Y llegar a esa fecha con todos los muertos enterrados en paz. Un país que no vive en paz con su pasado, no se puede proyectar en paz hacia futuro".

Sánchez, sin embargo, ha obviado toda referencia a ETA y a la crisis que ha dinamitado la campaña. El presidente no ha querido castigarse el estómago tras el golpe de Lambán a su política de alianzas con Bildu. Y eso que el presidente aragonés ha loado al jefe del Ejecutivo antes del puñetazo. Hasta el punto de que no parecía Lambán: "Cuando vemos a un presidente del Gobierno yendo por el mundo defendiendo a España, a la Unión Europea y los valores de la paz universal, los aragoneses, Pedro, nos sentimos profundamente orgullosos de nuestro presidente". En efecto, Lambán se ha subido a la ola del "actor global" que pregona el aparato de Moncloa.

El líder socialista ha descartado, pese a que estaba encima de la mesa, hacer un nuevo anuncio en materia de educación. Sánchez ha cortado su frenesí electoral, aunque él lo ha considerado simplemente "resolver los problemas de la gente", consciente del peso de la maldita palabra en el mitin. Eso sí, ha insistido en los beneficios de la ley de vivienda y ha sacado pecho por las 113.000 viviendas que ha 'vendido' a los españoles, de las que alrededor de 5.000 estarán disponibles en Zaragoza. Es más, Sánchez ha dado todo su apoyo a la candidata a la alcadía, Lola Ranera, también presente en el acto, para llevarlas a buen puerta si logra gobernar.

El propio Lambán ha agradecido a Moncloa su entrega con las casas. "En asuntos como la vivienda hemos trabajo de la mano del Gobierno de Pedro Sánchez. Y hemos planificado un ambiciosísimo plan de la vivienda que va a ser fundamental. Van a venir a Aragín muchas gentes a trabajar y necesitan casa". Junto a Sánchez, Lambán y Ranera, ha estado la ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, aunque solo el presidente del Gobierno y la candidata de Zaragoza la han mencionado. Lambán, como ya contó este diario, está abiertamente enfrentado a la titular de Educación por el control del PSOE en Aragón.

Una mala relación

La mala relación de Sánchez con los presidentes de Castilla-La Mancha y Aragón es recíproca. Políticamente, ninguno de los dos barones está alineado por completo con el presidente del Gobierno, con el que ambos son especialmente críticos. Y el escándalo de las listas de Bildu ha tensionado aún más si cabe el vínculo. Page y Lambán fueron muy duros con el asunto y dejaron claro que si por ellos fuera, el PSOE no solo rompería sus alianzas con la izquierda abertzale, sino que no irían con ellos "ni a la vuelta de la esquina". Todo un dardo al presidente, quien eludió comprometerse este martes en el Senado ante el líder del PP a no pactar con la izquierda abertzale tras las elecciones.

La maquinaria de Moncloa, como ya contó este diario, ha avisado a ambos barones de que se contengan de aquí a que se abran las urnas. Es más, en Ferraz les dan por "controladísimos". Y eso es lo que se ha celebrado en Zaragoza. Es más, fuentes de la dirección del partido creen que el tirón de orejas de Lambán ha sido sutil y que se ha portado, aunque reconocen que esperaban la alusión a Bildu. En parte, porque no puede no seguir la estela de su colega castellanomanchego, Emiliano García-Page.

Los principales candidatos socialistas, en mayor o menor medida, han admitido el impacto que las listas de Bildu están teniendo en este ecuador de campaña. Una de ellas, en conversación con este diario, reconoce que sus adversarios la han arrastrado en varios debates a hablar de Bildu, Y eso es tanto como admitir que los electores han interiorizado que el partido abertzale es socio habitual del Gobierno. Todos reconocen, al menos en privado, el "daño" que les hace esta polémica. Y Lambán la ha recordado.

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