El “Fortuna”, el yate que un grupo de empresarios regaló a Don Juan Carlos en el año 2000 y que ahora han recuperado por falta de uso del Monarca, colgará hoy el cartel de "se vende". El patronato la Fundación Turística y Cultural de las Islas Baleares (Fundatur) --integrada por los responsables de Sol Meliá, Barceló, Globalia y La Caixa, entre otros-- se reúne hoy para recibir oficialmente de manos de Patrimonio Nacional la embarcación y aprobar la fórmula de la operación de venta, según revelan fuentes de esas empresas. Fundatur pretende evitar la elaboración de un catálogo como el del palacete de Pedralbes de la Infanta para evitar el "morbo" de mostrar el camarote del Rey o los dormitorios de sus invitados al público.
Se quiere evitar que se repita el "morbo" que levantaron las fotografías del interior del palacete de Pedralbes
La preocupación de los empresarios implicados en la operación es la de dar lo que definen como un "uso coherente" a la embarcación. Para ello, se pretende realizar una venta "discreta" mediante un broker o intermediario directo y que exija garantías sobre el origen de los fondos del comprador y el destino que se le pretende dar a la embarcación. Los responsables del patronato han mantenido contactos con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a la que se ha informado de la operación de venta.
El yate será trasladado en los próximos días a Port Adriano con el que Fundatur ha alcanzado un acuerdo para atracar y exhibir la embarcación con lo que dejará el amarre de Porto Pi en que se encontraba y que había utilizado el Monarca. La nueva ubicación será la que sirva de escaparate para los posibles compradores a los que los empresarios de baleares pretenden traspasar un barco que costó unos 3.000 millones de pesetas –unos 18 millones de euros—cuando fue encargado en 1997 y que ahora podría venderse por una cifra que ronde los 10.
Los problemas económicos y políticos de la operación
Técnicamente, lo que se denomina una "operación de desafección" del yate comporta dos problemas que se han coordinado con Vicepresidencia del Gobierno: el económico y el político.
En el terreno económico, el traspaso desde Patrimonio Nacional hasta manos privadas de los empresarios ha resultado mucho más caro y lento de lo que se esperaba. Desde que el consorcio de empresas lo recuperó el pasado 5 de julio, la operación cuesta casi dos millones de euros que han pagado las arcas públicas por varios conceptos.
- Las 10 personas que constituían su tripulación han sido sometidas a un ERE que ha costado 1.235.441 euros y que ha tenido que abonar el erario público
- El “Fortuna” estaba matriculado como un vehículo militar porque pertenecía al Jefe del Estado. Su cambio de matriculación como embarcación civil ha supuesto un desembolso que ronda los 120.000 euros
- Finalmente, el coste de mantenimiento de la embarcación ha conseguido reducirse drásticamente porque ya no realiza operaciones. El Fortuna requiere unos gastos de 1,6 millones anuales si está operativo. Sin embargo, sin tripulación y sin operaciones, esos costes de mantenimiento apenas alcanzan los 600.000 euros, afirman fuentes conocedoras de la operación. Sólo llenar el depósito cuesta 26.000 euros porque sus turbinas de gas Rolls Royce que le equiparaban a un navío de guerra y le permitían alcanzar velocidades de hasta 65 nudos frente a los 20 a los que navegan yates similares (de unos 40 metros de eslora).
Junto a las complicaciones económicas hay una preocupación "política" y es la de evitar más ruido sobre una operación que no pretende generar ningún escándalo y que Fundatur está manejando con criterios púramente técnicos. El problema en ese terreno es que el mercado de yates de lujo "se ha estrechado" y se pretende garantizar la solvencia y reputación de posibles compradores.
18 millones de ida y unos 10 millones de vuelta
El “Fortuna” costó unos 3.000 millones de pesetas –unos 18 millones de euros—cuando fue encargado en 1997 a los astilleros de Bazán en San Fernando (Cádiz). El regalo de los empresarios pretendía sustituir al anterior “Fortuna” donado en 1979 por el rey saudí Fahd al monarca español. El barco le fue entregado a Don Juan Carlos en el año 2000. 13 años después, el precio de la embarcación puede haber variado mucho. Las fuentes del sector consultadas por Vozpópuli aseguran que los 15 millones a los que se anunció su venta pueden resultar excesivos porque el mercado de ese tipo de embarcaciones también se ha acortado. A día de hoy, los empresarios consultados confían en conseguir una cifra que ronde los 10 millones de euros.