Seguir las huellas de Washington Irving entre Sevilla y Granada tiene un punto anacrónico que siempre resulta atractivo. En 1829 este viajero romántico se convirtió en uno de los principales responsables de la imagen más romántica y tópica de Andalucía. Decenas de emplazamientos se han convertido hoy en una ruta turística con paradas gastronómicas, espacios naturales o leyendas fascinantes que quedan ‘hilvanadas’ por la autopista A-92 y sus ramales.