La esperada serie 'El caso Asunta' será estrenada por Netflix el próximo viernes, 26 de abril, con la intención de brindar a los espectadores un análisis pormenorizado de uno de los crímenes más inexplicables, complejos y mediáticos de las últimas décadas. Se trata del asesinato de la niña Asunta Basterra a manos de sus propios padres adoptivos, Rosario Porto y Alfonso Basterra, que fueron condenados a 18 años de cárcel cada uno tras ser declarados culpables de haber acabado con la vida de la pequeña tras drogarla durante meses con ansiolíticos.
El motivo que empujó a esta pareja, muy conocida en Santiago de Compostela por su activa vida social y su buen status económico, a dar muerte a la menor, que contaba 12 años, sigue siendo un misterio incomprensible tanto por tratarse de un asesinato que en teoría fue planificado y ejecutado por ambos de una forma metódica, algo muy inusual en la esfera de los filicidios, como por la forma en la que fue ejecutado, a base de una sedación prolongada en el tiempo que anuló la voluntad de la niña y permitió a su madre asfixiarla, sin apenas resistencia, en un chalet cercano a la capital gallega. No se pudo demostrar que el padre estuviese presente en la escena del crimen, pero fue condenado a la misma pena al ser declarado cómplice necesario en el transcurso de un juicio en el que quedaron muchos cabos sin atar.
Precisamente son dichas lagunas las que otorgan un especial interés al estreno de una producción televisiva que ha generado mucha expectación en torno a cómo abordará esos interrogantes y cómo reflejará la compleja personalidad de los dos principales protagonistas, la abogada compostelana Rosario Porto, papel que está interpretado por Candela Peña, y el periodista vasco Alfonso Basterra, al que da vida Tristán Ulloa en una serie de seis capítulos que a buen seguro será devorada por la audiencia. Producida por Bambú, el productor y guionista del nuevo estreno de Netflix es Ramón Campos, profesional que conoce al dedillo todos los pormenores del crimen tras haber rodado, en 2017, un documental de varios capítulos sobre el mismo caso bajo el título de ‘Operación Nenúfar’.
El cadáver de la menor fue hallado en la cuneta de un camino poco transitado del municipio de Teo, lindante con Santiago, a primeras horas de la madrugada del 22 de septiembre de 2013, poco después de que la pareja fuese a Comisaría denunciar la desaparición de la pequeña de origen chino, que fue adoptada siendo un bebé. El caso levantó desde el primer momento las sospechas tanto de las fuerzas de seguridad como del juez instructor, a los que no les convencieron las explicaciones que ofrecieron los padres sobre los movimientos que habían efectuado el día anterior.
Nadie daba crédito a lo ocurrido
Poco después, Rosario Porto fue detenida y Alfonso Basterra correría la misma suerte en las horas posteriores mientras la sociedad, estupefacta, no podía dar crédito a lo ocurrido. Resultaba muy difícil de digerir que ‘Charín’, una mujer de ‘familia bien’ y con la vida resuelta gracias a la generosa herencia que había recibido de sus padres, el conocido abogado Francisco Porto Mella y la profesora universitaria Socorro Ortega, fuese la autora de la muerte de su hija, a la que parecía adorar. Alfonso también daba la impresión de ser un padrazo y a ningún amigo o conocido le cabía en la cabeza que pudiese estar implicado en un crimen tan repugnante. La pareja, aunque estaba divorciada, seguía manteniendo un contacto estrecho por el supuesto bien de la hija y, de hecho, los tres habían comido juntos el día del asesinato. Pocas horas después, Asunta moriría asfixiada en el caserón donde sus abuelos maternos, con los que había tenido un trato muy estrecho, pasaban largas temporadas de descanso.
Aunque ambos acusados mantuvieron siempre su inocencia, el juicio concluyó con las condenas ya expuestas. Durante el mismo salieron a relucir muchos trapos sucios relacionados con sus vidas privadas, pero los interrogantes principales quedaron sin responder: ¿Qué les empujó a matar a Asunta? ¿Por qué la sedaron durante meses y no tuvieron siquiera la precaución de evitar que profesores y amigos la vieran drogada? ¿Sabía la niña algo que, de contarlo, podría comprometer seriamente su futuro? ¿Quién fue el misterioso asaltante que en teoría atacó a la niña cuando dormía en casa de su madre? ¿Por qué Rosario no denunció ese hecho?
Pasados casi once años desde la comisión de un crimen que hizo correr ríos de tinta y al que las televisiones dedicaron cientos de horas, las preguntas y lagunas siguen siendo las mismas. Y las respuestas sólo las tiene Alfonso después de que su exmujer decidiese quitarse la vida, en 2020, en la cárcel de Ávila donde estaba ingresada. Era la tercera vez que intentaba suicidarse y al final lo consiguió ahorcándose en su celda mientras el resto de internas desayunaba. Basterra lleva ya más de una década encerrado en el penal coruñés de Teixeiro y siempre ha mantenido que no tuvo nada que ver con el asesinato de su hija.
"Uno de los mejores personajes de mi vida"
Tanto Candela Peña como Tristán Ulloa han destacado en los últimos días la gran complejidad que supuso para ellos meterse en la piel de los padres de Asunta. En declaraciones a Efe, la conocida actriz, ganadora de tres premios Goya, no ha dudado en afirmar que interpretar el papel de Porto fue “uno de los mejores personajes que he hecho en mi vida”. Peña sostiene que “ni el peor acto que comete una persona es toda esa persona” y que un factor clave a la hora de entender a Rosario Porto es el de la salud mental. “Es una mujer que había tenido tres intentos de suicidio antes”, recuerda.
“Era fértil, pero sufría lupus y la protección de Alfonso Basterra sobre ella era tan enorme que yo creo que hasta él mismo fue quien le aconsejó no quedarse embarazada y fueron de los primeros matrimonios en adoptar”. También hace hincapié en la diferente percepción que se tiene sobre la violencia ejercida por un padre o una madre. “Ese es otro melón para abrir, la violencia vicaria en los hombres está bastante extendida por los malos tratos, pero en una mujer es una cosa terrorífica, por la idea de la maternidad”.
En cuanto a Tristán Ulloa, que venía de hacer una serie “lúdica y ligera” como era ‘Berlín’, confiesa que al principio tuvo reparos en aceptar el papel de Alfonso Basterra. “Me intimidó un poco, me pareció un abismo profundo, me daba un poco de miedo entrar ahí”. Pero el reparto, con Candela Peña a la cabeza, y el equipo, con el que había trabajado ya en ‘Fariña’ acabaron por convencerle.
Ulloa cree que la serie invita a reflexionar sobre la responsabilidad de cada uno en la gestión pública de un asunto como este. “Se cometieron muchas irregularidades y da que pensar sobre si nuestro Estado de Derecho es funcional o es disfuncional en muchos aspectos”, critica. En concreto, el actor se refiere a la decisión de implantar un jurado popular cuando había “un juicio mediático, con muchas audiencias y mucho dinero en juego” a costa del caso. “Así es muy complicado hacer justicia real”.
NEFAS
Carroñeros a la caza de dinero a cambio de cualquier inmoralidad. Que los muertos entierren a sus muertos.