Galicia

El nuevo paraíso de los amantes de los vehículos clásicos se llama MAHI y está en Arteixo (La Coruña)

Veinticinco años después, el empresario Ángel Jove cumple su sueño de crear un museo con más de 300 coches de colección

  • Coches expuestsos en el museo MAHI de Arteixo.

Los aficionados a los vehículos clásicos cuentan ya los días para poder visitar el MAHI, un gran museo dedicado a la historia de la automoción que abrirá sus puertas el próximo 16 de diciembre en el polígono coruñés de Sabón, radicado en el municipio de Arteixo. Construido por la Fundación Jorge Jove, promovida por el reconocido empresario gallego Ángel Jove Capellán, dueño del grupo inmobiliario Anjoca, y presidida por su hijo Ángel, el nuevo complejo alberga más de trescientos automóviles de todas las épocas, la mayoría con un gran valor histórico, pero el MAHI es mucho más que un recinto en el que poder contemplar una de las colecciones de coches más importantes de Europa. Y es que uno de sus grandes objetivos es lograr sumergir a los visitantes en un fascinante viaje cultural y pedagógico que explica, a lo largo de muchas décadas, la relación del automóvil con artes tales como el cine, la literatura o la música, además de mostrar cómo ha evolucionado la técnica y el diseño desde el nacimiento de la primera ‘cafetera rodante’.

Sus 15.000 metros de extensión están divididos en doce salas temáticas dedicadas a marcas legendarias, a vehículos que supusieron un hito por razones muy diversas o a modelos que hicieron historia por su estrecha vinculación con el Ejército o con los cuerpos de emergencia, sin olvidar los automóviles que han tenido un especial protagonismo en España y aquellos que marcaron un antes y un después en los campos de la ingeniería y la técnica en general.

De esta forma, uno de los departamentos se centra en la marca Hispano Suiza, prestigiosa empresa española que, tras su fundación en Barcelona en 1904, asombró al mundo entero con sus audaces y bellísimos diseños en el terreno de los vehículos de lujo o deportivos. Los modelos clásicos que hoy se conservan alcanzan cotizaciones astronómicas entre los coleccionistas más exclusivos de vehículos con ‘caché’. Además de ser un referente en el mundo automovilístico, Hispano Suiza destacó también por la fabricación de excelentes motores de aviación. La misma sala está dedicada, asimismo, a la legendaria marca Pegaso, cuyos modelos deportivos están considerados como verdaderas obras de arte.

Otro de los puntos de parada obligada es el relacionado con la música, donde el eje principal de la visita gira en torno a los distintos reproductores que, según la época del vehículo, han amenizado los viajes de millones de automovilistas. Lo mismo ocurre con el espacio centrado en el cine, en el que se exhiben modelos que han guardado una estrecha vinculación con el séptimo arte o han participado en películas muy conocidas. Durante el recorrido, los visitantes también podrán apreciar desde la sencillez extrema de los primeros modelos automovilísticos, que a veces parecían simples triciclos, hasta el ‘barroquismo’ que inundó el diseño de carrocerías a partir de los años 50 del pasado siglo, cuando se impuso la fabricación de enormes ‘haigas’ cargadas de aristas, alerones imposibles y cromados por doquier, pasando por las elegantes formas de los vehículos característicos de la ‘belle epoque’ o de los típicos cochazos que tanto gustaban a los gánsteres coetáneos de Al Capone. Asimismo, los fans de la prestigiosa marca de la estrella podrán admirar varios Mercedes de distintas épocas restaurados hasta el más mínimo detalle.

Por supuesto, el complejo cuenta con innumerables libros y documentos sobre la historia de la automoción, pues uno de sus objetivos es que se convierta en un punto de visita obligado para los investigadores del mundo del motor y para los aficionados que deseen obtener información muy precisa sobre modelos concretos. Otra de las áreas más destacables es la dedicada a los automóviles que tuvieron y aún tienen una conexión muy estrecha con las fuerzas armadas, los cuerpos de seguridad o los equipos de rescate, como es el caso de los Land Rover y los típicos Kübelwagen de la Segunda Guerra Mundial.

Con la inauguración del MAHI, cuyo acceso costará 10 euros para el público general, con descuentos para jubilados, estudiantes y grupos amplios, se cumple un sueño que Ángel Jove Capellán acaricia desde hace ya veinticinco años. Gran aficionado al mundo del motor y a las competiciones deportivas de coches y motos, lo que le llevó a ejercer como ‘probador’ de los ejemplares más novedosos que iban saliendo al mercado, su introducción en el mundo de los clásicos llegó con la adquisición circunstancial de un Seat 1500, modelo que dominó el parque móvil ministerial en la España de los años 60 y 70 del pasado siglo, además de ser el preferido de los taxistas de la época y de las familias más acomodadas.

Ese fue el humilde germen de una inmensa colección que hoy figura entre las mejores y más valiosas de Europa. Los hijos del empresario se volcaron de una forma muy intensa en el proceso de restauración y documentación de los coches que su padre iba adquiriendo, pero uno de ellos, Jorge, falleció repentinamente en 1998, justo cuando la colección empezaba a definir sus líneas de crecimiento y sus criterios museísticos. Un año después, Ángel Jove confesaba por primera vez y de forma pública su deseo de crear una fundación que llevase el nombre de su hijo fallecido, momento a partir del cual el proyecto del museo de la automoción empezó a tomar cuerpo.

Veinticinco años después, el empresario y su hijo Ángel, que preside la fundación Jorge Jove, pueden al fin brindar por la materialización de un proyecto tan largo y complejo. ¿Lo harán a bordo de un Buick de los 60’s o de un Mercedes con aroma ‘vintage’? El próximo 16 lo sabremos.

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