Galicia

El municipio más rico de Galicia, Oleiros, tiene un alcalde comunista, republicano y fan del Che Guevara

Ángel García Seoane gobierna esta localidad, cuya renta por habitante supera los 22.700 euros, desde hace más de dos décadas

  • Ángel García Seoane -

El municipio coruñés de Oleiros ha vuelto a destacarse como el más rico de Galicia al ser el que cuenta con una mayor renta bruta por habitante, según señala el último informe del Instituto Galego de Estadística. En concreto, la renta media en esta localidad asciende a 22.755 euros, a bastante distancia del segundo clasificado, La Coruña (20.451 euros), y del tercero, Santiago de Compostela (19.747).

A tenor de dichos datos, cabría pensar que esta pequeña ciudad de unos 38.000 habitantes cuenta con una población mayoritariamente conservadora desde el punto de vista político, que es el que parece cuadrar más con las clases acomodadas, pero los tiros no van por ahí. Al menos no cuando los vecinos votan en clave local para elegir a sus representantes más cercanos, es decir, a los que ocupan la Casa Consistorial y tienen a su cargo tareas tales como mantener limpias las calles, cambiar las bombillas a las farolas, regular el aparcamiento, organizar fiestas de pequeño formato, impulsar la construcción de viviendas o velar por la buena convivencia ciudadana.

En ese caso, los habitantes de Oleiros votan de una forma mayoritaria a un partido, Alternativa dos Veciños, cuyo líder se confiesa abiertamente comunista, republicano y revolucionario. Se trata de Ángel García Seoane, ‘Gelo’ para los amigos y para todo el mundo, un político singular que lleva al frente del Ayuntamiento de forma ininterrumpida desde 2003, aunque ya había sido alcalde entre 1985 y 1996. Además, las mayorías absolutas que cosecha son tan repetitivas que ya han dejado de ser noticia. En las últimas de 2023 recibió el apoyo del 54,28% de los vecinos y obtuvo 13 de los 21 escaños de la Corporación. La segunda fuerza más votada, el Partido Popular, tuvo que conformarse con solo cinco concejales.

La pregunta clave es: ¿por qué un ferviente admirador de Fidel Castro y del Che Guevara arrasa de esa forma en una localidad con una renta per cápita tan holgada? Cada votante tendrá sus razones, evidentemente, pero es un hecho que la mayoría de la población defiende con convicción los puntos básicos del programa de Gelo en materias tales como el urbanismo, con rígidas normas que impiden construir en la costa o levantar edificios de más de tres alturas; la cultura, con la creación de una amplísima red de bibliotecas públicas y de museos, o los servicios públicos.

Frente a esas realidades, a los vecinos parece importarles poco el perfil comunista de su alcalde, que ha llenado el municipio de calles bautizadas con el nombre de sus grandes ídolos, desde Salvador Allende a Dolores Ibárruri, pasando por Emiliano Zapata, Simón Bolívar o Nelson Mandela, entre otros muchos por el estilo. Por si su ideología no estuviese del todo clara, en 2008 inauguró una gran estatua dedicada al Che Guevara, que desde entonces es el símbolo más característico de este municipio pegado a La Coruña.

Gelo, que de joven quiso ser músico profesional y aún toca la batería y el acordeón, también se caracteriza por no tener pelos en la lengua y por repartir ‘estopa’, en el terreno político, a diestra y siniestra. A Manuel Fraga, con quien viajó en dos ocasiones a Cuba y una a Libia, le recuerda con mejores palabras que a otros políticos en teoría mucho más cercanos a su ideología, y en ocasiones tampoco ha dudado en reconocer, con gran pesar, algunos logros sociales impulsados en su día por Francisco Franco. De él ha dicho, por ejemplo, que “lamentablemente (…) hizo más viviendas (protegidas) en este país que ningún gobierno democrático”.

Cuando García Seoane no baja a la arena electoral, la población de Oleiros cambia por completo de perfil político y se decanta con claridad por el Partido Popular. En las últimas elecciones autonómicas del 18-F, el PP obtuvo casi el 50% de los votos, seguido por el BNG, con el 31,85%. A mucha distancia quedaron los socialistas, que consiguieron solo el 11,7% de los apoyos. De la izquierda ‘moderna’, Sumar y Podemos, mejor no hablar, pero los resultados dejaron muy claro que los votantes de Oleiros no comulgan con los comunistas de nuevo cuño.

Los años han pasado con rapidez desde que Gelo, en 1983, fundó el partido Alternativa dos Veciños y el alcalde ‘perpetuo’ ya es ‘setentón’, pero todavía sigue fiel a su negativa a tener teléfono móvil y a utilizar tarjetas de crédito, artefactos que considera como un arma de control por parte de los poderosos. ¿De verdad es posible sobrevivir sin ambas cosas en pleno siglo XXI? Ya ven que sí. Al menos en Oleiros.

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