Frente a la firmeza española, la reivindicación nacionalista. Estos días muchos balcones gibraltareños han aparecido engalanados con banderas británicas y gibraltareñas. Es su manera de reivindicar su identidad. "Envidio el patriotismo de los llanitos; ante cualquier dificultad, se unen", señala a Vozpopuli un policía de frontera.
Las banderas halconeras no son la única manera de reivindicar. En las calles suenan himnos militares británicos y varios monumentos honran a los soldados que defendieron la plaza. "Somos británicos antes de que los americanos fueran estadounidenses", afirman. Exagerado si tenemos en cuenta que Gibraltar fue poblado principalmente con gentes del Mediterráneo.
En todo caso, todo intenta ofrecer la imagen de estar en Gran Bretaña. Desde la tradicional cabina telefónica a los buzones de correos, pasando por las oficinas de cambio de moneda a pesar de que el 100% de los comercios admiten euros. Hasta mantienen el Gibraltar Chronicle, "el periódico más antiguo del mundo", según reza de su publicidad. Antiguo, pero escaso. Apenas tira 2.100 ejemplares diarios. ¿Ventas? "Depende del día". Traducción: marginales.
Todo propaganda. Porque los 'llanitos' tampoco quieren ser británicos; quieren ser gibraltareños. ¿Y eso que significa? Renta per cápita de 64.000 euros (la tercera en el mundo), paro cero, y fiscalidad cuasi-nula. A esto hay que sumar todas las ventajas de estar en España: Sanidad, ocio y sol.
Por si fuera poco, los gibraltareños no pagan por su vivienda. La mayoría de las viviendas son propiedad de la colonia. Su Ministerio de la Vivienda las va adjudicando a precios simbólicos que rondan los 50 euros. Las casas son viejas y no muy agradables. Pero son gratuitas y el Gobierno gibraltareño se encarga de su reparación, conservación y mantenimiento. Un chollo si tenemos en cuenta que el mercado libre sitúa -por ejemplo- en casi 297.000 euros un apartamento de 56 metros cuadrados. Oferta escasa, demanda elevada, precio disparado.
La alternativa es ganar terreno al mar para construir con calidades del siglo XXI. O vivir irregularmente fuera. Las cifras de los 'llanitos' que viven en España bailan entre los 1.500 y los 7.000. Teniendo en cuenta que hablamos de una colonia de 20.000 habitantes, cualquiera de las cifras es muy abultada. Por eso los controles minuciosos y la posible tasa o peaje son letales para la población de Gibraltar. Muchos viven fuera y entran y salen como el que cambia de barrio.
El Gobierno gibraltareño anima el pulso. Para que la gente se encienda en 'tiempo real' ha colocado una webcam en frontera desde donde visualizar en streaming las polémicas colas. Se equivocaron al enfocar hacia la cola de salida, donde tradicionalmente se realizaban los controles. Error subsanado: ahora la cámara enfoca ya a las colas de entrada. Para encender los ánimos.
No. No quieren ser españoles, pero tampoco británicos. Quieren mantener el actual statu quo de privilegio fiscal y seguir gozando de todas las ventajas de España sin asumir coste o responsabilidad alguna. Y cuando los intereses se ven amenazados, saltan las banderas a los balcones.