El viaje de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que realizó a Roma para visitar al Papa Francisco en el Vaticano solo costó 224,36 euros en concepto de dietas, según la respuesta que el Ejecutivo le ha dado vía Transparencia al diario ABC. En la respuesta, eso sí, no se contabiliza el viaje en Falcon ni la estancia en Roma de la ministra de Trabajo por los siete asesores que acompañaron a Díaz.
La vicepresidenta segunda realizó el viaje al Vaticano entre el 10 y el 11 de diciembre del año pasado. Ahí, mantuvo una reunión con el Pontífice de unos 40 minutos. El diario de Vocento solicitó la información sobre el "coste total del viaje sufragado con dinero público, incluyendo alojamiento, dietas y cualesquiera otros conceptos". En la respuesta del Gobierno, sin embargo, solo se comunica que, como el resto de viajes de Díaz, los gastos se rigen según el Real Decreto 462/2002, de 24 de mayo, sobre indemnizaciones por razón de servicio, cifrando el gasto en concepto de dietas en esos 224,36 euros.
De esta forma, eluden contestar al coste del viaje en el Falcon, la aeronave militar utilizada por las altas personalidades del Gobierno. Se trata de un avión que consume cerca de 1.300 litros por hora. El gasto que podría haber generado por el viaje de la ministra de Trabajo al Vaticano, incluyendo mantenimiento, tasas y personal, podría rondar los 5.000 euros al día. En la respuesta, el Ejecutivo tampoco detalla el número de acompañantes de la vicepresidenta ni sus cargos.
El uso del Falcon durante el mandato de Pedro Sánchez es, a menudo, objeto de polémica. La oposición ha calificado en numerosas ocasiones que el empleo que hace el presidente del Gobierno de la aeronave del Ministerio de Defensa es indebido.
En varias ocasiones, el dirigente socialista ha utilizado el Falcon para trasladarse a actos del PSOE. El presidente y su equipo suelen repetir el mismo modus operandi. Moncloa y Ferraz sincronizan sus agendas para hacer coincidir un acto institucional, al que Sánchez acude como jefe del Ejecutivo, con un posterior mitin del PSOE, al que asiste como secretario general del partido.
A pesar de las exigencias de los partidos políticos, no existe ninguna ley que regule para qué tipos de viajes de altos cargos deben emplearse las aeronaves. Su uso, por tanto, no depende de la oficialidad del acto. Desde los diferentes Gobiernos socialistas siempre han alegado razones de seguridad.