Una vez prolongado el estado de alarma, el Gobierno prepara una nueva fase de contención con restricciones más duras para aplicar en caso de que la crisis de coronavirus provoque el colapso del sistema. Pedro Sánchez contempla una mayor restricción en los movimientos y limitaciones en la producción, sin llegar al cierre total del país que empiezan a plantearle desde algunas autonomías. El Ejército ocupa un papel destacado en el esbozo del plan.
Como adelantó Vozpópuli antes de que se extendiese el estado de alarma, las Fuerzas Armadas se preparan para un "despliegue indefinido" en el marco de la actual crisis sanitaria. En las reuniones interministeriales, el Gobierno analiza la situación de países golpeados por la pandemia. La curva de contagios no hace pensar que la situación remita pronto dentro de nuestras fronteras.
Pedro Sánchez aboga por nuevas medidas restrictivas, pero desecha la idea de decretar un cierre a la italiana. Al menos, de momento. Allí se ha paralizado toda la industria y el comercio que no se considere estrictamente necesario para hacer frente al virus. El Ejecutivo considera que un cierre de estas características agravaría la brecha provocada por la pandemia.
La batería de medidas que esboza el Gobierno incluye más restricciones en los movimientos, tanto de ciudadanos a pie como de vehículos. También se estudia una mayor intervención en el tejido industrial para reorientar su actividad hacia el desarrollo de bienes dirigidos a combatir la enfermedad. Asimismo, se traza un plan para incorporar personal público -militares o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- a algunos sectores críticos, tal y como ya ha ocurrido en las residencias de ancianos.
Músculo militar
Las nuevas restricciones requerirían una mayor colaboración de las Fuerzas Armadas. Es ahí donde Sánchez espera encontrar músculo para hacer cumplir con los nuevos protocolos que estudia implementar. El Gobierno considera que Policía Nacional, Guardia Civil, policías autonómicas y locales están en sus topes de actuación: entre todos ellos suman 250.000 agentes sobre el terreno. Pero que en el ámbito militar todavía hay margen para encontrar más efectivos.
Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Defensa, 2.550 militares están desplegados en 149 localidades de toda España. Margarita Robles ha insistido en las reuniones interministeriales contra el coronavirus -que junto a este Departamento incluyen a Sanidad, Interior y Transporte- que esa cifra puede incrementarse para cumplir con las nuevas peticiones del Ejecutivo.
Las fuerzas militares se centran ahora en tres labores fundamentales: vigilancia, seguridad y desinfección. Además se les han atribuido otras funciones urgentes, como la gestión de algunas residencias de ancianos, el traslado de controladores aéreos a Melilla o la instalación de puestos de socorro para personas vulnerables.
Debate interno en el Gobierno
El proyecto de Sánchez prevé dar un mayor protagonismo a las Fuerzas Armadas en el cumplimiento de estas tareas. Por un lado, la vigilancia de infraestructuras críticas, para así liberar a policías nacionales y guardias civiles que actualmente desempeñan esta función. Por otro, dotarles de mayor autonomía en la patrulla de espacios públicos. Finalmente, ofrecer los recursos castrenses en espacios en los que hasta ahora no han participado, sobre todo en el sector sanitario.
Con esta batería de medidas, Pedro Sánchez busca un equilibrio entre las dos vertientes que hay en el Gobierno y dentro del propio PSOE. Voces de Unidas Podemos y algunos barones socialistas claman por aplicar medidas más restrictivas cuanto antes. Otros sectores -con la vicepresidenta tercera Nadia Calviño a la cabeza- descartan por completo el cierre total del país por las consecuencias que acarrearía. Las estadísticas y el número de contagios tendrán la última palabra en el debate.