Yolanda Díaz vuela alto. Tanto, que se ha publicado el primer sondeo que la sitúa por encima del presidente, Pedro Sánchez, como favorita para liderar el Gobierno. El estudio, un panel de electomanía, eleva el órdago que la vicepresidenta segunda ha lanzado a la popularidad y al liderazgo de Sánchez.
Si el último barómetro del CIS apuntó que Díaz era la preferida para los españoles entre 25 y 44 años, el electopanel —publicado este lunes— sube la apuesta: ya lo es para todos los consultados (54,2% frente a 45,8%) cuando se les da a elegir entre uno de los dos.
Esa fotografía inquieta tanto en el lado socialista del Gobierno, que Podemos asume que Sánchez ya ha dado la orden a sus ministros de disparar a Díaz en público. En todas las guerras hay heridos y los morados, según las fuentes consultadas, entienden así el primer ataque directo de un ministro del PSOE a Díaz en público.
Díaz no quiere bajar al barro
La titular de Defensa, Margarita Robles, abrió la veda el mismo lunes: "Las proyecciones personales no son aceptables cuando uno forma parte de un Gobierno". Robles reaccionó de manera airada al auge de Díaz, a la que, de forma velada, señaló por aprovecharse de su cargo y de la visibilidad que le granjea para sus intereses personalistas, en referencia a la construcción de un liderazgo con el que armar una futura plataforma electoral.
La vicepresidenta, no obstante, ha evitado bajar al barro. "[A Margarita Robles] la respeto muchísimo. La tengo un gran aprecio y respeto todas sus declaraciones", ha remachado en los pasillos del Congreso con una sonrisa cínica que tapaba su mascarilla pero confesaban sus ojos. Díaz evita confrontar ante las cámaras. Pero el equipo de la vicepresidenta explica que ella "no ha usado el Gobierno para su proyección personal".
Pese a que la bala de Robles es la primera que Díaz recibe públicamente, lo cierto es que no es el primer impacto que le llega desde que anunció su intención de construir una plataforma para competir electoralmente. A la batalla entre PSOE y Podemos por la autoría de la reforma laboral y el control del proceso de negociación con el diálogo social le siguió, recuerda Podemos, un mensaje lanzado por algunos ministros socialistas por mandato de Sánchez: "Yolanda es más peligrosa que Pablo".
El "peón" Robles
Margarita Robles vuelve a ser la elegida por el presidente del Gobierno para morder a sus socios. Los escarceos de la ministra de Defensa con Podemos han sido varios y variados. Primero, con Pablo Iglesias, después con Ione Belarra y ahora con Díaz.
En el entorno de Podemos sorprende que sea de nuevo la titular de Defensa quien les ataque, porque creen que la imagen de orden que transmite no sirve tanto para confrontar mediáticamente con Díaz como servía con Iglesias. Aunque la sensación es que Robles vuelve a ser el "peón" porque es de las pocas ministras que no tiene nada que perder en un Gobierno recién remodelado y en el que han entrado tres caras jóvenes: Isabel Rodríguez, Raquel Sánchez y Pilar Alegría.
La salida de Iglesias del Gobierno fue vendido por el lado socialista del Gobierno como un descanso. Entre los altos cargos del PSOE con asiento en la sala sala de mandos de La Moncloa cundía la sensación de que con el adiós del exvicepresidente segundo terminarían las polémicas y los desencuentros de la coalición.
Pablo Iglesias se fue, pero dejó regalitoUn miembro de Podemos de peso
Ahora, el lado morado del Ejecutivo no puede evitar relamerse con la incomodidad de Sánchez ante el auge de su adversaria: "Pablo Iglesias se fue, pero dejó regalito", ríe un miembro de Podemos de peso. Eso sí, Díaz no solo tiene abierto el frente con Sánchez, también con Podemos. Y también por la plataforma.
Los de Ione Belarra llevan varios días presionando a Díaz para que concrete cuanto antes su proyecto político y aclare el papel que tendrá en él cada partido de izquierda que pretende aglutinar por temor a un posible adelanto electoral en Andalucía que les pille con el pie cambiado.
El problema es que la insinuación de Podemos para que Díaz arme ya su oferta electoral levanta suspicacias en la vicepresidenta, porque no ve a sus aliados tan dispuestos a aceptar que haga y deshaga a su antojo a nivel estatal, donde Podemos reclama un papel mucho más determinante. Llueven misiles sobre Díaz.