Iberdrola ha ganado su batalla en los tribunales al exdirectivo José Antonio del Olmo. El que fuera jefe de Funciones Corporativas ha sido condenado por un juzgado de Bilbao en relación a las facturas que sustrajo de la compañía relativas a los pagos a José Manuel Villarejo. El exempleado, que se convirtió en un testigo clave para los investigadores de la Audiencia Nacional, tendrá que devolver todo este material a la eléctrica después de que la Justicia dictamine que lo sustrajo "ilícitamente".
En el fallo, conocido este 30 de septiembre y al que ha tenido acceso Vozpópuli, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Bilbao concluye que las facturas incorporadas al caso Villarejo "contenían secretos empresariales" y recuerda que el propio Del Olmo explicó que se llevó a su domicilio copias de estos pagarés sin el consentimiento de la eléctrica. Por todo ello le obliga a entregar a Iberdrola "la totalidad de los documentos sustraídos ilícitamente" y que publique la sentencia condenatoria.
Se trata de uno de los muchos frentes judiciales que la eléctrica abrió contra el controller cuando éste entró en escena en el caso Villarejo. El magistrado y la Fiscalía Anticorrupción le citaron hasta en tres ocasiones para que explicara, en calidad de testigo, los motivos por los que denunciaba que estas facturas escondían operaciones triangulares para pagar al Grupo Cenyt. Del Olmo razonó que la empresa le dijo que se iba a utilizar a la proveedora de seguridad, Casesa, para que fuera ella la que abonara el coste del primer encargo de espionaje al comisario jubilado.
Por ello elaboro un informe en el que advirtió de la existencia de actividades anómalas y apuntó que serían conocedores de las mismas varios directivos imputados en la causa, entre ellos el exjefe de Seguridad Antonio Asenjo y el presidente Ignacio Sánchez Galán. Además llevó el documento a la notaria de Luis Ramallo junto con el conjunto de facturas que sustrajo de la compañía. Ello provocó que la defensa legal de Iberdrola denunciase estos hechos querellándose contra su antiguo trabajador.
Ahora la Justicia ha fallado a favor de la compañía y argumenta que, aunque la Ley permite la revelación de secretos empresariales siempre y cuando el objeto sea defender un interés legítimo superior al titular del derecho, éste no es el caso. "El demandado conservó en su casa las facturas y las depositó ante notario, no las puso a disposición de las autoridades para descubrir alguna actividad ilegal en defensa de un interés superior al de la titular de la información. Lo hizo, según dice en el juicio, 'por su seguridad'", recoge el fallo.
El fallo también explica que la existencia del caso Villarejo -en el que también está imputado Del Olmo- no impide en absoluto que haya pronunciamiento de estos hechos en la vía civil. Según recalca, se trata de depurar responsabilidades "de distinta naturaleza". En este caso la demanda la interpuso Iberdrola por los delitos de violación de secretos empresariales y obtención y divulgación ilícita de facturas empresariales.