179 'síes' frente a 171 'noes'. El 'debate de los pinganillos' en el 'Congreso de Babel' dejó claro ayer que el PP no cuenta con una mayoría suficiente para la investidura de Feijóo y que Pedro Sánchez se mantendrá en La Moncloa si logra mantener contentos a Puigdemont y los diputados de Junts cuando sea designado por Felipe VI. Más allá de estas conclusiones, la cesión del PSOE a los independentistas deja una Cámara con más gastos extra al inicio de legislatura, en torres de infrarrojos y traductores a través de contratos urgentes de "dudosa legalidad" para los populares.
En los días previos al pleno de ayer, se habló mucho de los 53.500 euros para pinganillos que ya ha gastado el Congreso de los Diputados pero, según explican a Vozpópuli fuentes parlamentarias, a esa partida hay que sumarle también las torres de sonido, las pantallas para las transcripciones, y los intérpretes que irán traduciendo, pleno a pleno, las intervenciones que no sean en castellano. El montante total está próximo a los 300.000 euros.
Torres de infrarrojos
Más allá de los 450 auriculares a disposición de los diputados y de los periodistas, el Congreso ha tenido que comprar seis torres de infrarrojos, instaladas en la tribuna más alta de la Cámara, para que el sonido de la traducción simultánea llegue a todos y cada uno de los pinganillos encendidos.
Cuando hay una intervención donde traducen los intérpretes, las torres activan los infrarrojos y llevan el sonido a los pinganillos
Según explica a este diario uno de los técnicos responsables de su puesta en marcha, la instalación se realizó en la tarde del lunes, con diversas pruebas para que nada fallara en el pleno de ayer: "Cuando hay una intervención donde traducen los intérpretes, las torres activan los infrarrojos y llevan el sonido a los pinganillos".
Ese proceso, de hecho, se cumplió ayer en el Congreso, aunque con interferencias: "Es verdad que, si los auriculares son tapados por un ordenador, un cuaderno o lo que sea, la señal emitida por las torres no llega. Y por eso se producen los cortes".
Transcriptores y traductores
En el pleno de ayer, en todo caso, la mayoría de los diputados optó por leer en las dos grandes pantallas de transcripción simultánea lo que estaban diciendo los oradores en gallego, euskera o catalán. Un nuevo servicio, con su consiguiente gasto, que se inauguró el martes en el Congreso. El coste previsto por la secretaría de la Cámara para este servicio de transcripción es de 8.500 euros.
Además de 'transcriptores', el Congreso también ha tenido que contratar traductores. Según las fuentes consultadas, "la idea es que haya uno por grupo", aunque también se contempla crear una bolsa de trabajo para una docena de personas que realicen este trabajo. En el pleno de ayer, ya se pudieron oír, a través de los pinganillos, las traducciones de varias personas, que iban tomándose el relevo por intervención y en función de la lengua cooficial a traducir.
Los emolumentos a cobrar por estos intérpretes serán de unos 100 euros por cada hora de traducción. El coste total del servicio será de unos 15.000 euros, apuntan desde el Congreso.
Los contratos de urgencia, en la lupa
Todos estos gastos se han aprobado mediante contratos de urgencia para un servicio que, en el momento de 'contratarse', "no estaba claro que fuera a ser necesario", ya que "la votación sobre la reforma del reglamento del Congreso se ha producido después de su uso", destacan desde el PP.
Cargos del Grupo Popular en el Congreso explican que "los contratos urgentes deben fundamentar esa urgencia" y, en este caso, "todavía no se había confirmado una modificación que haría necesario el uso de las herramientas a comprar". Toda una "alegalidad" que los de Alberto Núñez Feijóo ya están estudiando para acudir, si fuera preciso, a la Justicia.