España

Interior investigó en 2020 al grupo que EEUU señala por el envío de cartas bomba en España

El Movimiento Imperial Ruso consta en un informe redactado durante los peores compases de la pandemia por supuestamente alentar acciones ilegales contra el orden público

  • Un Agente de Policía en la embajada de Ucrania, durante el envío de cartas bomba. -

¿Qué es el Movimiento Imperial Ruso? Las revelaciones procedentes de Estados Unidos han obligado a poner el foco en este grupo de ideología extrema, considerado por Washington como una organización terrorista, al que ahora se atribuye el envío de cartas bomba en España el pasado otoño -una de ellas, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez-. En realidad se trata de un colectivo de sobra conocido por las Fuerzas de Seguridad del Estado. En 2020, coincidiendo con el crecimiento exponencial de la pandemia del coronavirus en nuestro país, se investigó a sus miembros por la difusión de mensajes que alentaban a cometer acciones subversivas para propiciar desórdenes públicos.

El Movimiento Imperial Ruso es una organización vinculada a la extrema derecha rusa, con proclamas supremacistas y lazos con organizaciones neonazis en diferentes partes del mundo. Según los informes de seguridad de Estados Unidos, tres ciudadanos procedentes de Rusia -Stanislav Anatolyevich Vorobyev, Denis Valiullovich Gariyev, y Nikolay Nikolayevich Trushchalov- son los líderes del colectivo, al que se le imputa el entrenamiento de individuos en Europa para perpetrar atentados terroristas. En concreto, se les culpa de formar a dos personas en Suecia que perpetraron una serie de ataques contra refugiados y solicitantes de asilo.

Los informes fechan su creación hace dos décadas, en el año 2002, y se les vincula -entre otras actividades- con el envío de voluntarios prorrusos al Donbás ucraniano durante la invasión de 2014. También se considera que han extendido sus contactos con otras organizaciones radicales en diversos puntos de Estados Unidos y Europa, principalmente con grupos de corte neonazi.

Washington, además, investiga supuestas conexiones entre el Movimiento Imperial Ruso y los servicios de inteligencia rusos. De nuevo, al igual que los mercenarios de Wagner, una organización de marcada inspiración neonazi a la que se le suponen vías de colaboración con Moscú.

Acciones durante la pandemia

Y en España, para las Fuerzas de Seguridad, también son viejos conocidos. Fuentes policiales consultadas por Vozpópuli señalan la influencia del Movimiento Imperial Ruso en foros y espacios de corte radical, principalmente de extrema derecha, donde alienta a cometer acciones subversivas y contra el orden público. A pesar de que su influencia es limitada para la población en general, su peligro radicaría en la inspiración que ejercería en individuos con cierta predisposición a la violencia.

Las mismas fuentes indican que agentes especializados en ciberseguridad investigaron al Movimiento Imperial Ruso en los primeros compases de la pandemia del coronavirus, cuando se decretaron las primeras medidas restrictivas para evitar el contagio. El país quedó prácticamente paralizado y la industria -salvo la considerada de primera necesidad- detuvo su actividad. A la población se le impondría el confinamiento obligatorio, dejando las calles prácticamente desiertas.

Grupos radicales trataron de aprovechar esa oportunidad para alentar acciones ilegales y de subversión pública. Un informe redactado por la Oficina de Coordinación Cibernética (OCC), formada por agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, remitió un informe al Ministerio del Interior donde alertaba de la circulación de mensajes de grupos radicales donde planteaban la comisión de ataques para multiplicar la crisis derivada de la pandemia del coronavirus. Como contó El Confidencial, también difundían teorías de la conspiración sobre el origen de la enfermedad, algunas de ellas también extendidas entre colectivos anarquistas, y advertía de que se habían producido sabotajes contra torres de telefonía en diversos países.

Entre otros, el informe detallaba el riesgo de que los grupos de ideología extrema -uno de los que cita es el Movimiento Imperial Ruso- inspirasen ataques contra personal médico en España o medios de transporte para multiplicar la crisis que atravesaba el país. Asimismo propusieron "exportar productos infectados con covid-19" a otras naciones con el objetivo de acelerar el colapso económico.

Las fuentes de seguridad consultadas por este diario no descartan que los mensajes lanzados por el Movimiento Imperial Ruso hayan servido de inspiración para el envío de las cartas bomba en España, en la línea de las revelaciones hechas por New York Times, que cita a fuentes de inteligencia para vincular los episodios que se registraron en España con el grupo calificado como "terrorista" por Washington.

En concreto, en nuestro país se intervinieron seis paquetes con material pirotécnico en su interior: uno, en Moncloa, dirigido a Pedro Sánchez; otro en el Ministerio de Defensa, a Margarita Robles; otro en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz; otro en una empresa de Zaragoza dedicada a la fabricación y exportación de armas; y otros dos dirigidos a las Embajadas de Estados Unidos y Ucrania. Sólo en éste último caso se produjo una deflagración, causando heridas leves a un trabajador de la legación.

El punto común entre todos los destinatarios es su implicación en la entrega de material armamentístico a Ucrania para hacer frente a las tropas de Vladimir Putin. Por eso la Policía siempre puso el foco en grupos de ideología extrema con manifiesta afinidad hacia Moscú en el conflicto que se libra en territorio ucraniano. La elaboración de los mecanismos y la cadencia de los envíos desecha la teoría de que un único individuo estuviera tras los episodios.

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