Después de entrevistarse el martes con Mariano Rajoy, Albert Rivera informó de su intención de comunicar con Pedro Sánchez para conocer su foto de situación. En el PSOE se da por descontado que ambos tienen un encuentro pendiente y que en él abordarán cómo pueden encajar las estrategias de las dos formaciones en la sesión de investidura prevista para fin de mes. Se trata de una conversación a la que destacados dirigentes socialistas prestan gran atención, pues están convencidos de que de ella puede depender el futuro inmediato de Rajoy. “De lo que se trata”, resumen fuentes socialistas”, “es de que Ciudadanos exija junto a nosotros la cabeza del candidato del PP, el precio mínimo que este partido debería pagar por la investidura”.
Pedro Sánchez y Albert Rivera tienen un encuentro pendiente después de haber hablado por teléfono
Sánchez dejó claro este miércoles que su ‘no’ inicial a Rajoy puede acabar convirtiéndose en una abstención en la segunda votación de la investidura siempre que el candidato del PP sume a sus 137 diputados el apoyo de los 32 obtenidos por Ciudadanos. En la frontera de los 170 escaños, contando también con la diputada de Coalición Canaria, ¿quién sería el guapo de decir que no?, se preguntó hace unos días el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, uno de los más firmes partidarios de dejar que gobierne Rajoy.
El problema es que Rivera no ha llegado todavía a comprometerse con un voto afirmativo en la investidura y se ha limitado a anticipar la abstención de Ciudadanos en segunda votación. “Es muy cómodo decirnos que nosotros resolvamos la papeleta convirtiendo a Rajoy en presidente con nuestra abstención, mientras ellos se reservan solo para apoyar al futuro Gobierno en los Presupuestos de 2017”, comenta un dirigente del PSOE, convencido de que su partido no tiene la obligación de ser el que se deja más pelos en la gatera.
En este contexto de dificultades, un sector del PSOE está persuadido de que Sánchez tiene a su alcance un acuerdo con Rivera para condicionar el desbloqueo de la situación política a una retirada de escena de Rajoy. Este movimiento del Partido Socialista y de Ciudadanos podría producirse después del hipotético fracaso de la primera investidura, cuando el PP tenga que elegir entre prescindir de su líder o, por el contrario, ir a unas terceras elecciones.
PSOE y C's, los más penalizados por otras elecciones
Ante este escenario, en la dirección del PP predomina el convencimiento de que lo último que entregaría el partido sería la cabeza de su líder. “A los que menos interesa ir a unas terceras elecciones es a Sánchez y a Rivera, de ahí que la apuesta por exigir la cabeza de quien ha ganado por dos veces consecutivas es, además de extemporánea, totalmente absurda”, afirman fuentes del Gobierno, convencidas de que en este supuesto, todo el PP preferiría ir a otras legislativas.
Las únicas ventajas que aportaría a Sánchez exigir la cabeza de Rajoy como trofeo sería dilatar los tiempos y demostrar a su partido que está dispuesto a exigir un precio muy alto a cambio de la abstención. El riesgo principal de esta aventura sería el de enfrentar al PSOE a unas terceras elecciones en las que, si se mantuviera la tendencia de voto, volvería a perder presencia parlamentaria. El pasado 26J se quedó en 85 escaños, cinco menos de los obtenidos en diciembre.
En el PP se da por hecho que antes de entregar la cabeza de Rajoy, se iría a otras elecciones
En la comparecencia protagonizada este miércoles por Sánchez ante los medios después de su encuentro con Rajoy, quedó clara su obsesión por el manejo de los tiempos. Con la continua repetición de latiguillos y frases como “a día de hoy”, “en estos momentos” o “la democracia tiene sus tiempos”, demostró que lo que hoy es blanco, mañana puede ser negro, dependiendo de cómo evolucionen los acontecimientos. En otras palabras, que el PSOE puede abstenerse en la investidura de Rajoy o de otro candidato del PP a la Presidencia, sin con ello puede evitar una nueva comparecencia ante las urnas.
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