Una investigación en la que han participado una quincena de expertos vincula las campañas de desinformación que se han vivido en Cataluña, con especial incidencia en los momentos más críticos del proceso independentista, con las que actualmente se llevan a cabo en Ucrania. En ambos casos -plantean los autores del informe- confluyen los intereses de la Rusia de Vladimir Putin en desestabilizar Europa y sus democracias. La eurodiputada Maite Pagazaurtundúa (Cs) presentó este viernes las conclusiones del estudio en la Oficina del Parlamento Europeo en Madrid.
La investigación, plasmada en el libro La guerra desinformativa de Putin: desmintiendo las falacias sobre la invasión de Ucrania, destaca que en los últimos años se han destacado campañas de desinformación a nivel mundial tras las cuales se encontraban “las zarpas del oso ruso”, en referencia a Vladimir Putin. Así se expresan José Antonio Muñiz-Velázquez y Pedro Rivas Nieto, de la Universidad Loyola, haciendo referencias -entre otros- al referéndum de 2018 de Macedonia del Norte, la eclosión de populismos de extrema derecha y extrema izquierda, los procesos de desestabilización en democracias occidentales… y al referéndum ilegal de Cataluña en 2017.
Ambos sostienen que “la Rusia actual no solo quiere ganar territorios en Occidente, sino influencia”, y citan el caso de Cataluña como “un buen ejemplo de injerencia rusa en el caso de España”: “La actividad rusa en el referéndum ilegal de Cataluña se centró en la trasmisión de mensajes falsos y verdaderos en redes sociales —Twitter, Facebook, trolls, bots, sockpuppets y amplia cobertura periodística de lo que pasaba en Cataluña en los medios de comunicación rusos”, destacan, al mismo tiempo que ponen en valor la “colaboración” de los servicios de inteligencia del Kremlin en estas labores.
Todo ello con la colaboración de diferentes divulgadores o medios afines a Moscú, con campañas que sugerían que España estaba “al borde” de una guerra civil, en la divulgación casi en exclusiva de las imágenes de uso de fuerza por parte de los cuerpos policiales, y destacando la “bajísima calidad democrática” del país. También se difundían mensajes sobre la inmediata aceptación en la Unión Europea de una Cataluña independiente, de la represión ordenada desde Bruselas para evitar un “Brexit español”, así como la equiparación con otros procesos como el de Crimea (Ucrania).
Debilitar a España... y a Europa
Los investigadores sostienen que todas esas campañas de desinformación tenían en Rusia un origen común. El Kremlin escogería los mensajes con la intención de debilitar a España, en particular, y a Europa, en última instancia, azuzando a través de Cataluña una sensación de fragilidad en las democracias occidentales. Todo ello con la ayuda de canales de difusión, tanto de medios de comunicación afines como de líderes de opinión o de los propios aparatos oficiales del Gobierno ruso.
En otro capítulo, Pablo Pérez Espigares, también de la Universidad Loyola, hace referencia a un documento elaborado por el Parlamento Europeo, recogido bajo el nombre de Informe sobre las injerencias extranjeras en todos los procesos democráticos de la Unión Europea, en particular la desinformación, en el que se aborda la aproximación de Moscú para desestabilizar Europea, con una cita precisa sobre Cataluña: “El texto señalaba también la necesidad de investigar los contactos regulares de funcionarios rusos con representantes del secesionismo catalán, así como con el mayor donante privado para la campaña del Brexit”, detalla el investigador.
Una línea de actuación que según las conclusiones que arroja el libro presentado por Maite Pagazaurtundúa guarda paralelismos destacados con lo que actualmente se está viviendo en Ucrania, con campañas de desinformación proyectadas desde Rusia para atraer a la población de democracias occidentales hasta sus propias tesis. Y así, en definitiva, lograr que los dirigentes de los países que apoyan a Kiev vean debilitada su posición. Vozpópuli ya informó de que las injerencias de Putin en España por la guerra de Ucrania son objeto de una investigación del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
El surgimiento de "populismos"
“Putin se ha convertido en una de las amenazas de esta época a la siempre frágil estabilidad mundial con su objetivo geopolítico de generar inestabilidad en los regímenes democráticos, así como el de apropiarse de un ámbito de influencia neoimperialista, mediante la desinformación, la guerra híbrida, o la guerra”, advierte la eurodiputada en el prólogo de la obra, presentada esta misma semana en Madrid.
Y añade: “Lo cierto es que la mancha que se extiende actualmente es la de los populismos que generan regímenes iliberales al calor de la desinformación industrial —que actúa como un virus— contra el pensamiento pluralista”.
En la obra, que cuenta con José Antonio Muñiz-Velázquez, Pedro Rivas Nieto y Fernando Delange, participaron expertos de diversos países, como Chris J. Dolan, Carmen Rocío García Ruiz, Albulena Halili, Manuel Iglesias Cavicchioli, Fernando Iwasaki, Olexandr Nekhay, Pablo Pérez Espigares, Alberto Priego, Pablo Rey-García, Luis Alberto Rivas, Francisco Salvador Barroso Cortés y Óscar Sánchez Alonso.
Tamuda
Ahora resulta que el Kremlin es el autor culpable de todas las descomposiciones europeas y españolas. Para Pagazaurtundúa no existen causas endógenas y mocho menos fracasos propios. Todo viene de fuera, de “las zarpas del oso ruso”, un concepto analítico de fina y elegante estirpe que señala el elevado nivel intelectual de Pagazaurtundúa y la banda de “expertos” que manufacturan semejante panfleto. Si estas son las élites políticas europeas, no hace falta recurrir a Putin para explicar la descomposición de la política en la UE. Dicen con infantil asombro “la Rusia actual no solo quiere ganar territorios en Occidente, sino influencia”. Eso debe ser un pecado mortal para estos “expertos”, como si la UE, la OTAN o los EEUU no pretendieran lo mismo. Y lo grave es que se llaman a sí mismos “investigadores”, cuando por emplear un término suave no pasarían de publicistas de sí mismos. Sobre la intervención rusa en el independentismo catalán, no tengo ni idea. Pero incluso aceptando que fuera así, ¿no hacen los EEUU, la OTAN y la UE una política agresiva para intentar desplazar la influencia rusa en su heartland? ¿A que se dedican esas ONG financiadas por los Estados? ¿A difundir la ideología homosexual, el aborto, la ideología de género, etc. tomadas como fundamentos actuales de la noción de democracia? Pero se ve que si lo hacen Pagazaurtundúa y su banda de “expertos” es una cosa muy buena porque está canonizada como “democrática”. Y todo lo que vaya contra esa santísima voluntad política, ya saben Vds. lo que es: “Populismos iliberales”, es decir, doble pecado mortal contra el “pensamiento pluralista” que ellos representan sin discusión de ningún tipo. Le podrían llamar ÚNICO en lugar de pluralista. El único pensamiento político admisible es el de Pagazaurtundúa y sus colegas de la UE. Unos funcionarios apalancados en las estructuras de Bruselas, saqueadores de los europeos, que nos toman el pelo y, encima pretenden que todos comulguemos con sus paridas progresistas estúpidas de la perspectiva medioambiental y de género. Ya saben, cualquier oposición a estas paridas es cosa de populistas y de Putin. Pagazaurtundúa dixit.